Literatura infantil: para perseverantes

En territorios de la Fantástica



“El bosque encantado” 
Oche Califa 
El gato de hojalata

En este bosque conviven –cada cual con su espacio, sus misiones, sus labores, su historia- una bruja mala como la peste -Masbrulla se llama-, un hada reparadora –Pieralinda-, un montón de pequeños duendes que viven bajo la protección Calibán… y un dragón que atemoriza con sus fauces que echan grandes llamaradas.

En la aventura que protagoniza Masbrulla, habrá una visita que por accidente pierde algo valioso…¡justo en la marmita de hechizos de la bruja!. Asomate y verás desesperados tanto a Masbrulla porque pasa lo que pasa, y al buen caminante porque lo que llevaba tenía un destino especial.

Si Masbrulla no te abruma, podrás llegar a los territorios de la levísima Pieralinda, para ver cómo es que reparte “casualidades” para mejorar el destino de todos, y cómo sabe conducirse en la geografía y los hechizos de la bruja, para lograr propósitos para beneficio de los débiles.

Calibán, Calibea y Calibín deben velar por una buena cosecha de frutillas. Los duendes se esmeran, pero…alguien mete su gran cola. ¿Intervendrá Pieralinda o los duendes hallarán remedio a esta desgracia que para alguno fue nada más que una travesura?.

Si llegaste hasta acá, unos pasitos más y conocés a Maldragón. Auch. Se la pasaba genial asustando al mundo entero, corriendo a los aldeanos, aterrorizando a la nobleza con el fragor de sus fauces en llamas… ¡Puf! Masbrulla prueba la eficacia de sus recuperados dones dejándolo seco seco. Pudo disimular por un tiempo haciendo cháchara y jaleo, pero a la postre todos se enteran: Maldragón ya no tiene fuego…ni humito. Pobre…ahí anda detrás de Pieralinda, a ver si ella puede. Ella puede, claro, pero no va a facilitárselo tanto. Así que como sin querer lo hace tropezar con una “casualidad” tan especial. Me muero por contártela. Pero ¡qué gracia!

Te invito a transitar este lindo libro majestuosamente dispuesto para vos con la dosis justa de relatos y graciosas ilustraciones. Hay brujas, hadas, duendes, dragones… y más. Más…y serás premiado con un final ¡¡¡de película!!!





De fraternas solidaridades... 


El año de los secretos” 
Laura Santullo 
Edelvives Aladelta Serie Verde

Catalina nunca imaginó que dejaría de ser la nena menor a la que sus hermanos Fabricio y Sebastián, y el amigo Rómulo siempre espantaban con eso de “salí de acá, Cata”. Creyó que sus días siempre estarían signados por el terror a los Pérez Valverde, los extraños vecinos del fondo, gente rara que no se sabía de qué vivía, aunque ella sólo compartía grado con Jeremías.

Un día papá regresa preocupado del trabajo y enciende el televisor. Hay comunicado militar en todos los canales. Poco después, Carlos, papá de Fabiola, el mejor amigo de la familia, llama a casa: el abuelo Tito había sido detenido, y él debe irse para no correr la misma suerte. Fabiola quedará con ellos. Pese a la tristeza por lo del abuelo y la partida del papá, la alegría de Cata no puede ser mayor: Fabiola será su hermana, su cómplice, y en casa la amiga volverá a tener mamá. Ya no sentirse marginadas. Juntas construirán su propio refugio –Romulo y los chicos tienen el suyo- bien disimulado en la parva de pajas y desechos del fondo del terreno, detrás del labradío de frutales, lindando con la propiedad de los Pérez Valverde.

Fabiola mantiene un discreto lazo con su familia a través de las cartas que envía a Juan Alberto, un primo adolescente que milita en el centro estudiantil de su liceo. Un día enferma y hay que llevarla al hospital. La casa está vacía. De puro triste, Cata decide buscar cobijo en la guarida. Alguien la atrapa, le tapa la boca, la paraliza. Sólo puede pensar en sus malos vecinos, a quienes estuvieron espiando. No: es Juan Alberto, que debe esconderse porque hubo un acto de rebeldía en el colegio, salvajemente reprimido. Está herido y no tiene dónde ir.

Cuando Fabiola regrese a casa, tendrán la misión de cuidar a JuanA. Ellas. Solas. Protagonistas. En secreto. Pero todo se complica. Cata recibe un enigmático mensaje : “Sé el secreto”. El joven empeora. Habrá que confiar en Fabricio, Batán y Rómulo, que es hijo de enfermera, podrá conseguir la medicación que se precisa, administrar procedimientos de cura. Se develará el misterio “sé tu secreto”…

Lo que viene después es consecuencia redentora del paso de SUMAR. De responder al “fuera Cata” con generosa y comprometida inclusión.

Acá, la historia dolorosa y reciente de nuestros pueblos, nuestras naciones latinoamericanas. El infierno del secuestro, la represión, pero también la solidaridad, la resistencia, la resiliencia de los humildes por la defensa de lo mejor que tenemos: familia, afectos, valores y sueños y eso que Cata tal vez no pudo dimensionar, porque es apenas una niña: la utopia.

Para que los chicos aprendan la historia desde la ventura de la buena y amorosa Literatura, esa que no elude ni temas ni problemas, y que sabe decir lo que se debe, con altura, belleza, hondura.

Laura Santullo, la autora, es uruguaya, y vivió muchos años en el exilio, como la familia de Fabiola. Sabe de solidaridades de los pueblos de acogida, y da testimonio donde mejor puede valorarse…





de gratitudes y devoluciones...



“Los zorros del norte” 
Ricardo Gómez 
Edelvives Aladelta Serie Azul (Lectores autónomos)

Una preciosa leyenda nórdica recreada por la pluma y la ternura de Ricardo Gómez.

Katrin vive en el bosque. Lo ama, porque cree entender el lenguaje de pinos, abetos y abedules. Se siente hermana de los animales y descubrió que cuando cae la nieve y todos deben guarecerse, el bosque habla con voz más lenta y densa. La apesadumbra que papá sea cazador y leñador. Abate los seres con quienes mejor se siente Katrin. Cuando él empina la escopeta o el hacha, la pena le penetra por los ojos y anida largo tiempo en el estómago…

Ahora está más preocupada que nunca. Ha visto una familia de zorros plateados, ahí, tan al sur. Son los que traen las auroras boreales. ¿Por qué papá va tras ellos, si tienen crías? ¿Por qué , cuando fracasa una y otra vez se alía a ese desconocido que no puede ser bueno, si ni siquiera puede mirar a los ojos?.

Cuando papá no regresa a casa y el miedo se derrama negro sobre la pequeña cabaña , alguien llama…la zorra. Pedirá que la sigan. Mamá Anna y la niña emprenderán una búsqueda ansiosa. Descubrirán al macho herido protegiendo la cría. El zorro guiará hasta el padre, herido a orillas del río. El regreso será lento y penoso. Incluirá a un hombre tambaleante amparado en el abrazo de una mujer fuerte y amorosa, una niña procurando calor para el cuerpo del zorro que se desangra, una zorra plateada y sus cuatro cachorros…

Llegá hasta la preciosa aurora boreal que cierra esta nouvelle, para descubrir su sentido, y el camino que lleva desde el despojamiento hasta la gratitud. Para lectores tenaces como la voluntad indeclinable de los protagonistas.





De elegir entre lo ¿mejor?  ¿peor?


“El aroma más monstruoso” 
Esteban Cabezas Marko Torres

Juas. Junta anual de monstruos. Viscosos. Descarnados. Peludos. Pelados. Escandalosos. Casi invisibles. Todos amigos. Todos horribles. Después del fétido festín con el que se agasajan habrá que decidir cuál es EL AROMA MÁS PESTILENTE. ¡qué horrort! ¡pobre vampiro, presidir tanto desalmado y desarmado desacuerdo! ZILENZIO ZILENZIO zezea desespera…

Llega alguien…¡un mortal! UUUUHHHHH, el acuerdo es TAN precipitado, TAN rotundo, TAN INDISCUTIBLE, que la sesión queda desierta

¿Cuál espantoso aroma repelente consiguió tan prodigioso y precipitado desbande?.

Abordar con valentía este albumcito cargadito de zombies, momias, fantasmas, vampiros, ectoplasmas…porque aunque los manjares apestan, lo mejor viene después








De desearlo tanto tanto ...


“¡Cuidado con el perro!” 
Liliana Cinetto O` Kif – MG 
Alfaguara Infantil

Federico cuenta en primera persona cómo, después de desearlo, anhelarlo, pedirlo por muchos años, pudo hacerse de un perr-ito. Pedía y papá –poco creativo- decía “no-casa chica – patio chico- terraza chica”. Rogaba y mamá –más creativa- opinaba “atan- requieren cuidados- hay que ocuparse. Comida- baños- vacunas” . Imploraba y Carolina, la insoportable de su hermana que no, que le daban alergia los perros.

Así las cosas, se lo encuentra medio sin querer. Por ahí. Del tamaño de la palma de una mano. Se lo mete en el bolsillo. Hay batalla en casa, como no… pero siendo tan pequeñín, capaz se lo pueda quedar. Hay que decidir el nombre. Colita, no; Pequeñín, tampoco. Uno importante. _Sansón no iba. Aristóteles era más grande que el diminut…¡¡¡¡¡¡DIMINUTO!!!!!. Diminuto estaba bien. Y si seguís leyendo te enteraras de vida, enredos y GLORIA FINAL con contratiempos varios de este pequeño héroe que se gana el corazón –y a menudo los bolsillos- de la familia.

Una novelita igual a la de los grandes, pero para gente diminuta, desde los ocho…







De superar barreras


"Hola Andres, soy María otra vez"
 María Fernanda Heredia Roger Icaza 
Alfaguara Infantil

Cuando el médico dijo “Lo siento…es hepatitis, no podrás ir al colegio por un mes”, María sintió que su enfermedad era una bendición. Es una niña tímida de la que se burlan los dos hijos de la dueña del Instituto. No puede hablar sin sonrojarse, no tiene amigos, no es graciosa… Un mes en casa. Aburrida y toda amarilla. ¿Será así porque en casa esperaban a ”Andrés”, y no a ella, con sus pelos de cepillo, su poca gracia?. La tía Susi llegó con lo que consideraba el mejor regalo: “Las aventuras de Tom Sawyer”. A ella, que odiaba leer. Al cuarto día de asilamiento se sentía tan vacía, que empezó a hojear, desganad…¡uh! ¿cómo se había perdido de tanta maravilla?. Así también redescubrió el diario que su papá le había regalado hacía tiempo, y para el que no tuvo más palabras que una desabrida presentación.

Así empezó todo. No quiso poner “Querido Diario”. Recordó que debería haber nacido Andrés, así que “Querido Andrés, soy María Zambrano… y le contó de sus miedos, su soledad, del colegio que detestaba… de su abuela, que la consolaba y la quería como era, del abuelo, que se había despedido para un viaje sin regreso, llevándose en el corazón la palabra “gracias”.

Pronto descubre que “Andrés” la guía y se enoja cuando ella se desmerece envidiando ser como Jerry Manuel y Julie Ximena, que detesta que tenga esos locos deseos de venganza…

El mes de convalecencia le devolverá un saludable color aceituna y cierto aplomo para volver al colegio. “Andrés” estará lleno de historias y confidencias. María se descubre mucho más interesante de lo que imaginaba. Su tío Jaime, yudoko-aikidoka (“chifladópata”, opina papá) le dice que la mejor llave para vencer al enemigo es ignorarlo.

En el colegio la esperará Juana, quien también aprendió la lección de ignorar, y en casa, un nuevo diario de tapas rojas para estrenar con nuevas historias.

Con el sello inconfundible de María Fernanda Heredia. Ese tacto para abordar los miedos, las ansiedades, los sueños de ese territorio complejo que llamamos INFANCIA. Con desprejuicio, esa confianza, esa extraña ternura. Leerla dan ganas de volver a esos días, aún los dolorosos, quizá para poder sortearlos con ella como amiga de travesía.

Se festeja cada uno de sus libros, porque iluminan, contienen, divierten, elevan y nos hacen sentir un poquito héroes a nosotros, los “normales”, los previsibles, los aparentemente aburridos. Desde los once o doce, imperdible.




Nunca más...


Las maletas de Auschwitz” 
Daniela Palumbo 
Grupo Editorial Norma Torre de papel Serie Amarilla

Antes de llevarlos a los campos de concentración y a las cámaras de gas, los invitaban a preparar sus maletas con la más necesario. Todos intentaban llevar lo más tibio, lo más querido.

Carlo, en Italia, había sido hijo del jefe de la estación. Adoraba los trenes y ayudaba a papá a recoger los boletos para controlar el pasaje. Un día, papá dejó de trabajar, y otro, él mismo ya no pudo ir a la escuela. La única luz de la casa entonces fue la abuela, que se mudó a vivir con ellos. Fue ella quien invitó a Carlo a llevarse sus amados boletos de tren…los que había guardado como tesoros todos esos años…

Hannah y sus papás querían mucho a Jacob, aunque a él le costaba entender las cosas y era bastante torpe. Papá estaba preocupado por su empresa y la imposibilidad de seguir negociando con “empresas arias”. Un día Hannah ya no fue admitida en la escuela, y no hubo para Jacob ni consulta médica ni medicina. Pronto se lo llevaron “a control”, porque era retrasado y anormal. No lo volvieron a ver y Hannah ya no volvió a hablar…contaba estrellas de veinte en veinte: veinte era el número que manejaba su pequeño hermano, -contaba y anotaba en un cuaderno. Estuvo un poco ausente cuando apareció tía Nora, a refugiarse una noche. Y cuando planearon migrar a la Argentina, con el resto de la familia y no pudieron, porque las fronteras se habían cerrado para los judíos. Solo habló cuando vinieron por ellos, para preguntar a mamá si en sus maletas había lugar para el cuaderno de las estrellas…tal vez adonde iban había astros, quizá pudiera seguir contándolos, capaz allí estuviera esperándolo el hermano…


Emeline, en París, hija de Brigitte, británica, y Pierre, papás artistas. Habitantes del único apartamento con postigos de un azul encendido que se abrían alegres todas las mañanas en un edificio de ventanas de un color verde sucio. Una familia que miraba todo con ojos diferentes y profundos. Por eso no les costó entender que ya no hubiera parque para la niña. Por eso estaban resueltos a resistir.

Una noche Emeline descubrió que aunque llevara cosida la estrella de seis puntas en el brazo, le faltaba su pequeña estrella de plata, la que para protegerla le había regalado la abuela. Fue a buscarla al parque al que iba a diario hasta la prohibición, y así conoció a Jacques, que dormía ahí, junto a los bancos. Era amable y sabio Jacques. Le gustó. Era mejor el parque prohibido con Jacques a la noche, con sus cartones y mantas, lavarse la cara al amanecer en la fuente, que la tristeza derramada en su casa

Se quedó con él. Por eso no se la llevaron cuando vino la Gestapo y se cerraron para siempre los postigos azules.

El encargado del edificio se las arregló para encontrar a la niña y enviarla a lo de su abuela, y también de hacérselo saber a Briggite y Pierre. Siempre le habían resultado simpáticos esos vecinos, por su independencia y su espíritu rebelde. Cuando a Pierre y Briggitte les tocó hacer sus maletas, no hubo nombres, solo un mensaje “Te quiero mucho ,Emeline. Mamá”



En el gueto de Varsovia, papá esconde a David y le deja el tesoro de la casa: un violín clásico de cuidada calidad. No hay tiempo para preguntas. Enseguida sobrevienen los golpes, los gritos, los disparos. Cuando el niño se atreve a salir, Marja, su hermana, y sus papás yacen ensangrentados. Ruidos. Otro niño, más pequeño, que llora. Es Piotr. Salen juntos y se las arreglan para salir del confinamiento del gueto.

David tocará el violín y Piotr cantará… lo harán con otros nombres no judíos, que no los delaten. Así, sucios y desfallecientes los encuentra Tereza, que fue nana de David y debió renunciar porque ella era aria, católica . Tereza vive en una pequeña casita heredada de una tía. Dirá que los niños son parte de las cláusulas de la herencia. Habrá días de alegría, música, buen humor, trabajo.

La joven se las apaña cosiendo para señoras burguesas. Pero la anciana de la puerta en de enfrente no puede tolerar que en sus narices una vecina irresponsable acoja a dos pequeñas ratas judías. Ella es buena ciudadana. Denuncia. Es su deber.

Los tres marchan a los campos. David lleva el bulto con el violín. Obedeció a papá… jamás se desprendió de él.



De volver a vivir...


“Los chimpancés miran a los ojos” 
Andrea Ferrari 
Alfaguara Juvenil

Ema no puede aferrarse a la vida. Todo le resulta indiferente o doloroso. Hasta despertar. Sus papás se mudaron a Buenos Aires y desesperan por vincularla a la esperanza. Mamá se entera del Proyecto –Especial del Zoológico, un programa para vincular niños o jóvenes especiales, con animales, especiales también. Con abulia fue. Decidida a concurrir una vez, para conformar. Pero una vez fue otra y otra y otra: Se encontró con Nina, una chimpancé bebé. Se miraron a los ojos y entre ambas se creó un vínculo especial. Ema avanzó hasta solicitar que la destinaran al sector de los monos. Entre tanto, pudo establecer una relación apenas tibia con Marcos, que terminaba el programa con tanto éxito que lo iban a contratar como cuidador.

Un incidente grave pone en riesgo todo el plan. Ema lo protagoniza. Deberá cambiar de sector si es que quiere permanecer en el voluntariado. Atravesará también esta prueba. Entre cóndores que deben evitar el contacto humano es como empieza a recuperar el hilo de su historia. Podrá hablar de lo que pasó, sacarlo afuera, llorar y elegir VIVIR.

Siempre sabrá que la mirada de Nina, la que sigue buscando cada vez que necesita afirmarse, fue la que la condujo por los escarpados caminos del retorno. La mirada de Nina y las manos de Marcos.

A veces los dolores desorientan y desgarran y no se puede siquiera intentar el recuerdo. Los traumas no resueltos nos hunden en un pozo de negrura y desesperanza. Habrá que descubrir la manos, el hombro, la voz que ayuden al regreso. De eso trata esta novelita que se puede abordar a partir de los doce





Esto que nos pasó...


“El niño estrella” 
Rachel Hausfater Douïeb Olivier Latiyk
Edelvives

Hubo una vez un loco que en un rico país obligó a los distintos a llevar una estrella de seis puntas. Hasta al niño que no sabía qué era una estrella.

Al principio estuvo orgulloso, aunque su estrella tenía demasiadas puntas. Empezó a sentir vergüenza. Cuanta más vergüenza, más grande la estrella…ya no se veía al niño que había detrás.

Cuando los cazadores de estrellas llegaron, todos intentaron huir, pero los atraparon y los llevaron lejos, en un tren negro.

El niño vio cómo las estrellas mamás y las estrellas papás se encendían en las noches…y se apagaban. Entonces se replegó y ocultó su luz hasta que ya no pareció un niño. Se ocultó y esperó hasta que la larga larga noche terminó.

Las estrellas fugaces ya no volvieron. Tuvo que aprender a encenderse con otros que eran un poco soles y un poco lunas.

Qué más agregar. Que deberíamos aprender a recibir los brillos diferentes de las diferentes luces para no convertirnos en sombras pertinaces y odiosas, tal vez.





belleza color arena...



“Africa, pequeño Chaka…” Marie Selle Marion Lesage Mini álbum Edelvives

Sugerente. Telúrico. El pequeño Chaka le pide a papá Dembo, su abuelo, el hombre más sabio de la aldea, que le cuente de Africa, de sus colores, del principio de todo…lo invita a que le hable de sus papás, los abuelos Kadiya y Samba, a que le narre sobre la pesca y la siembra, a que le cuente sobre el espíritu de la sabana, sobre la magia…Dembo relata, enorme como el baobab que siempre fue centro de reuniones de la aldea, y vemos desplegarse en acuarelas sugestivas, en óleos festivos, retratos y paisajes de un continente misterioso y profundo. Contemplamos reproducciones de tallas, máscaras, objetos de culto y labranza. Asistimos a las tareas, las danzas atávicas, a la alegría y la redención de un pueblo hermanado con su tierra, sus dioses, su legado , sus misterios.

Un maravilloso álbum para atesorar y para aprender cómo se cuenta una buena historia.







Legados que se vienen con sorpresas...



“Heredé un fantasma” 
Laura Escudero
 SM Barco de Vapor Serie Naranja

Una Laura en clave de humor…y misterio.

Ana recibe una carta ¡¡¡de Tía Dorotea, muerta desde hace diez años!!!. No estuvo perdida ni llegó tarde. Guardad estuvo. Tiene una extraña invitación: heredará la casa -Ana la recuerda…amplia, hermosa, con una gran galería, un jardín de ensueño, una cocina donde se preparaban manjares suizos- si se muda AL INSTANTE y guarda con cuidado el secreto que encierra.

Así que considera su frágil situación económica y vital, se arma de coraje, y va.

Previa entrevista con el abogado de la tía que la pone al corriente de todos los pormenores, la espera un bosque que franqueará con ayuda de Mario, un buen vecino. La aguarda una casa que estuvo cerrada por mucho mucho tiempo.

Cuando logra hacerla habitable –los generosos vecinos colaboran, aunque la miran con pena- tiene oportunidad de conocer “ese secreto”. Un fantasma. Por días cree que se trata de Dorotea…pero no. El mismo la llevará a las pistas para dar con su identidad, y su desgracia. Se trata de un tío bisabuelo, víctima de un amor prohibido…No puede descansar hasta que alguien escriba su historia de amor y le dé un final digno.

Ana compartirá sentimientos encontrados solo con Stravinsky, un sapo que habita el baño principal, y es su confidente, hasta que se atreve a sumar a Marito a sus cavilaciones.

El fantasma del tío George es bastante exigente en materia de escritura –se comprende, fue amigo de Göethe y una nutrida cofradía de intelectuales- . Ana deberá intentar varias historias -la de la muerte de Grenaway, el loro que también compartía morada con Stravinsky, finalmente dará el tono que pide el tío, que se comunica con el mundo de los vivos mediante una pluma y un block- enojarse, buscar datos, hacer las paces… antes de sentir que George se ha liberado…solo para dejar lugar ¡a otro fantasma!

Si tenés interés en saber quién es ese nuevo compañero/compañera y predecir cuán amigable o no puede llegar a ser, atrévete. Te van a gustar los habitantes de la casa, los vecinos, Ana y hasta las excentricidades de estas ánimas. Desde los once, se puede.






Estrenarse como hija...recuperar el lugar del padre



 “Rumbo sur” 
Manuel Alonso 
Edelvives Aladelta Verde

Clara y Juan deben volver a aprender. Ella, a ser hija, después de tantos años de tristes hogares de tránsito. El, a recuperar su lugar de padre, perdido cuando tras la partida de mamá –Clara tenía tres- extravió el rumbo. Se quedó sin música –él, tan hermanado con el funk de fusión, el jazz, iluminados por su trompeta-, sin trabajo, sin orgullo…Papá debe pasar un primer examen de confianza. Libre –hubo cárcel porque hubo robo-, con domicilio y trabaja, tiene la posibilidad de diez días con Clara. Ella no facilita nada, porque no puede olvidar tanta ausencia ni el dolor de tantos hogares sin lumbre.

Los primeros días en esa casa retirada donde la única alegría es un cachorro que consiguió papá para ella, son tensos y tristes. Eso decide a Juan por la propuesta de un viaje. Destino: el mar…playas calidad del sur de la península –estamos en España-.

Las vicisitudes del viaje –habrá ómnibus y humildes piezas de hospedaje, pero mucho más autostop y lo que deje la clemencia- ablandarán La postura de la nena, despertarán otra vez los sueños de ese hombre dispuesto a levantarse, pero no solo. Recorrerán paisajes, anudarán ciudades, se tenderán puentes amistosos muy tibios y duraderos con la gente que conocen en el trayecto. Habrá trompeta, música, mar y una posibilidad abierta a los arbitrios de ambos.

¿Quién dijo que la infancia es siempre nido y luz? ¿Quién, que simplemente el amor hace buena y sana la paternidad?. A veces la vida pone pruebas duras, a pesar de los afectos. De eso trata esta preciosa novela para chicos a partir de los diez. Fuerte, entrañable, poderosa





De volver a empezar...


“Casimira” 
Silvina Rocha Gerardo Baró 
Quipu Los amarillos de Quipu

Era maga Casimira. Sin traje de tules ni estrellas. Sin caldero. Sin varita. Solo palabras. De las buenas. Especialista en “casos difíciles”. Hasta que pasó que se le trenzaron, se le enredaron las palabras de los conjuros, y ya no hubo caso. Solo producía pequeñas hecatombes.

Doña Clara,la panadera, se moría de tristeza de verla tan atribulada. Le ofreció trabajo. Don Vittorio, el maestro pastelero, se encargó de devolverle la autoestima. Casimira aprendió el secreto de merengues, masas, tiempos y temperaturas. Empezó a mezclar, amasar, batir con denodado entusiasmo…Palitos, merengues, medias lunas que se armaban al son de bellas canciones inventadas al tun tun del optimismo.

Empezaron a lloverle pedidos… y a multiplicarse maravillas. Los merenguitos insuflados de canciones para Adair, que cumplía años, apenas disueltos en las bocas provocaron que estallaran todos los globos, disparando serpentinas decolores, que diluviara papel picado, que las velitas se encendieran solas y acudiera un vientito azul para apagarlas. Brotaron burbujas tornasol que cayeron como caramelos de mandarina.

Eso solo fue el principio. Arcoiris de mansedumbre para el bautismo de Benito (¿encerrados en la galletitas de queso?)…Carruaje y vestido de princesa, enanitos meseros y muchos personajes de cuento en la boda de Ivana y Sebastián…para qué seguir contando. Sumergite en esta novela cargadita de pura maravilla y te vas a enterar si Casimira volvió a hermanarse con la pura magia o si prefirió la pastelería. Si pudo o no tener discípulos…Diría que para animosos y amantes de la Fantástica, desde los nueve.







 De hacerse de ganas...


“El escondite de las ganas” 
Jonás Ribeiro Laura Michel 
V&R editoras

Dicen que dicen que las ganas empiezan a gestarse y a crecer en lugares silenciosos y abrigados, muy dentro de las personas, y que si no se las atiende y no pueden llenarse de luz, salen se divierten, se llenan de sol antes de anidar en otros seres, adentro adentro de quienes tienen tiempo para escucharse y escucharlas, atenderse y atenderlas…

Erase que se era una ciudad donde nacían y se nutrían muchas muchas ganas. Una ciudad alegre y solidaria. Un lugar donde la costurera tenía ganas de estudiar moda en París, el panadero soñaba hacer panes esponjosos y livianos, el pianista anhelaba ser concertista…

Un lugar con nido para las ganas ¿qué tipo de lugar ha de ser? ¿qué ocurre cuando las ganas son escuchadas, mimadas, vistas, abrigadas?. De eso, de lo que pueden las ganas –la voluntad, también las llaman- trata esta linda historia cobijadita en un libro bonito bonito, donde las ganas vuelan , reposan, matizan y alumbran, casi a la vista de quien quiera descubrirlas. Desde los nueve, para llenarse de bríos… y emocionarse.






 De cuidados especiales...

“Pichón de hada” 
Cecilia Pisos 
Ed. Hola Chicos Serie Abrazo de letras

Joaquín se muere por un Miniexterminator (nueva serie), o por los ladrillitos para armar su propio parque de diversiones. Por eso anda con su varita buscatesoros. Mirando firmemente el suelo. A la varita –un metro desplegable de papá- le puso un gran chicle rosado bien masticado, para asegurarse de atrapar moneditas y brillantes. Nunca imaginó que iba a atrapar ¡un hada perdida! . Un hadita. Pichón de hada, pero que se las trae con sus travesuras y su atrevimiento.

Joaco le promete a Teodora –así dice llamarse- que la va a ayudar a encontrar a su mamá. Mientras la cuida también debe lidiar con tres compañeras curiosas, su propia mamá, las mellis Lola y Mora, sus hermanitas, meteretas y ocurrentes como el hada. Tenerla cerca, velar porque la encuentren sanita y salva, será todo un desafío. Acompañá a este nene y descubrirás un mundo que ni siquiera imaginabas. Novelita. Para nenas y nenes. Para abuelitas y hadas . Mejor desde los nueve, pero si te atrevés antes, mejor que mejor.




Para entibiarte con versos...



“Dentro de una palabra” 
María Cristina Ramos Claudia Deglioumini 
Sudamericana

Cuánta delicia para saborear letra a letra por estos caminitos de verso, y gozar de la torcacita que vive en las ramitas celestes de un árbol de la luna, y ver cómo teje la araña sabanita fina con hilos de siesta, acompañar a la hilanderita que hila para su abuela tejedora con letras de lana, brotes de luna, huellas de cabra. Si querés, acompañamos a grillito a soñar con su casa de dos ventanas pequeñas y rincón para leer, o armamos con María Cristina un castillo de arena para que vivan pulpos, sirenas, corales iluminados por estrellas marina hasta que se los lleve un oleaje sin pena… Poemas poemas poemas. Amarillos y con silencios. Dulce, con pedacitos de pan. Versos para días perdidos que buscan nido alumbrado en pluma, tapizado en hilo. Para regalarse ternura uno solo nomás, leyéndolos en voz alta, de agua, canción y tiempo. No hay edad para disfrutarlos. SIEMPRE.






 A la luz de la luna...


“Topotiño - Rosina y el sombrilunio” 
Anamaría Ponce 
Ed. Hola Chicos Serie Abrazo de letras

Rosina vivió triste mucho tiempo. Amaba la luna e inventaba modos de entablar relación con ella. Le hacía pequeños obsequios, le regalaba versos…hasta que un día apareció en su casa una preciosa capelina celestito luna, con lunares del tono de preciosas lentejuelas. Oh, cuando descubrió que su sombrero podía hablar –solo de noche- y vivir grandes aventuras, contarlas, compartirlas con ella…

Sí seguís a Sombrilunio y a Rosina vas a protagonizar momentos especiales y conocer personajes maravillosos.

¿Y de Topotiño? ¡ah! Es un topo habilidoso y tenaz. Cava y cava, mientras investiga. A veces se tiñe de colores insólitos, para mimetizarse y pasar desapercibido. Es amigo de una familia de ratoncitos, que lo ayudan con lo que “hay que ver” , porque como todo topo, es corto de vista. Así investigando, es como descubre la bolsa con la piedra, con…bueno. Lo que viene es delicado de contar y maravilloso de creer. Yo que vos leo estas dos mininovelas –con capítulos y todo-, porque te contactan con lo más noble de la Fantástica. Desde los nueve.



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