Literatura Infantil: pequeños que se empeñan

Blanditos y entrañables...


“Por esta ventana y otros poemas” 
Liliana Cinetto  
Grupo Editorial Norma  Torre de papel Naranja


Deliciosos, suaves, confidentes, cómplices, los versos de Liliana para hablar del cuerpo: ojos, nariz, orejas, manos, pies, boca…los que nos comunican con el mundo y nos ayudan a sentirlo. El corazón, tamborcito batiente para caminar los días, y ese caracolito dormido que fue principio: el ombligo. Poemas breves para las estaciones. Linda ronda festiva, fresca, graciosa, de los meses. Un lindo homenaje –en tercetos- a las cinco vocales. Y otro poquito…¿se puede pedir más?





De mundos chiquititos...


“Historias de hormiguero” 
María Cristina Ramos 
 Grupo Editorial Norma  Torre de papel  naranja


Cuestiones de hormiguitas que van a la escuela en chancletitas, moños de alelí, meriendas de pan y canela. Las labores hormigueriles de la semana; cortar madera, juntar sol en madejas, por si llueve; columpiarse en la hierba, armar caballitos de arena. La reflexiones de las hormiguitas a orillas de la mar. ¡Ay, el trabajo del hormigo carpintero, que construye bancos de piel de ciruela para que los niños lleven a la escuela!... Del llanto de aquella que pierde su cuadernito de pétalos finos. De mirar la luna de espuma reflejada en la laguna. Del amor de hormigo que carga hojas de olivo y de hormiga que lleva ovillitos de hojas de retama…de cómo ella le escribe en granos de arroz y de cómo él guarda el secreto de su amor dentro de un caracol.
Versitos. Rimados. Un mundo de trabajos y ternuras, chiquito, con patitas y antenas.

La sutileza y la gracia redentora de María Cristina, tramada en las palabras…




De rescatar hábitos y buenas costumbres...


“Diario de un ogro”  
Valeria Dávila  Mónica López   Laura Aguerrebehere  
La Brujita de Papel


Bueno bueno. Parece que hay al menos un ogro que ve que el prestigio de la raza ogresa  está declinando con esa costumbre de acicalarse con champúes y jabones. ¿Oh, no!: lo delos ogros son los baños de lodo…y para que reaprendan los hábitos ogreses, nada mejor que una ESCUELA DE OGROS. De las materias, cursos y talleres pertinentes es que trata este “Diario”.

Un dechado de sinceridades para un lugar propio de la intimidad. Con buena letra. En verso rimado. Mayúsculas y desmesuras al por mayor. Abrir este diario de color verde ogro es una promesa de mucho y variado divertimento. Gente demasiado aplicada en la higiene…mmmm ¡¡¡mejor abstenerse!!!





Manjares y personajes...

“La mesa está servida”  
Javier  Peña  
Calibroscopio  Col. Líneas de arena

Si ya estuviste en la tribuna de “Un partido diferente”, y fuiste testigo de los desopilantes episodios de “Un desastre olímpico”, solo falta que visites el restorán donde cocinan, sirven y se sirven platos exóticos todos los animales que jugaron , fueron atletas. Acá tienen un apetito extraordinario, y saben quejarse cuando algo parece no estar bien…¡la iguana llama al mozo, porque en su sopa de cucarachas encuentra un asqueroso fideo!.
Todo en verso rimado, breve, pegadizo, gracioso. En mayúsculas, por si sos de los que recién empiezan. ¡Y qué fotos! ¡qué composiciones!. Una edición fabulosa (a la altura de los manjares, los comensales y los peculiares anfitriones)



De solidaridad tibiecita

“Hace mucho mucho frío, oso” 
Emile Jadoul  Edelvives  
Col Escondite


Con solapitas para encontrar amiguitos pequeños y friolentos. Oso vuelve a su madriguera porque empieza  a nevar.. Escucha ruidos bajo la piedra, halla una hoja que tirita, un tronco que estornuda. Menos mal que lleva sombrero, bufanda con bolsillitos, su canastito. ¡Delicioso!. Cartoné. Letras gordas y grandotas. Mayúsculas. Para que vayas con oso, y lo ayudes.



De ceder lugares

“Cómo bañar a un marciano” 
Franco Vaccarini  Carlos Higuera  
Edelvives  Aladelta Serie  Roja


Mamá le pintó un moisés en el que pintó lindas cosas. Lucio pensó que le haría falta también algún dragón, y una nave espacial, por si se le daba por retornar a su planeta alguna vez. Papá dijo que iba a quedarse para siempre, que iba a crecer. La casa  se llenó de pañales, óleo calcáreo, bañera, chiches…
El marcianito tomaba un baño todos los días, y hacía un zafarrancho que no enojaba a nadie. Se le festejaba que tirara la papilla por todos lados. Le miraban las orejitas y reían. Lo sacaban a pasear después de enormes preparativos. Compartía el cuarto con Lucio. Hacía ruiditos y abría enormes ojos cuando no dormía. Solo Pachuco el gato no se muestra más contento desde que llegó. Pero los gatos son así, medidos.
Hubo que ponerle nombre, al marcianito. Encantador. Visto desde la perspectiva del marciano mayor de la casa, claro.




De tibias prevenciones


“Historia de un pulover azul” 
Florencia Gattari  MarinaZanollo  
Edelvives  Aladelta  Serie Rojo


Cuando la abuela Elsa supo que iba a nacer Nando, fue a elegir la lana. No “celeste bebé”: AZUL. Y fue paciente. Armó las madejas –Nando crecía en su moisés-, se puso a  tejer. Con paciencia. Nando caminaba. Decía “mamá”  “papá” “velita”. La abuela tejía mientras el nene se enredaba de azul. Tejía cuando se anunció la hermanita. Tejía ante la curiosidad. Simplemente aclaraba   “Te tejo una tibieza para cuando… Tejo un pruebo de nuevo y dos puntos de paciencia…”
Cuando la paciencia de Nando cumplió tres, lució el pulover azul. Al principio para los cumpleaños y las fiestas, y después SIEMPRE.
Cuando Nando tuvo cuatro, Elsa se fue y se fue. Quedó la tibieza de la abuela tejida en el pulover. La llevaba encima hasta que le quedó apretadito. Hubo muchos “pruebo de nuevo” y muchos puntos de paciencia. Tantos, que un día accedió a que la tibieza alcanzara también para su hermanita. Ahora veía el azul en otro cuerpo querido…y ahí estaba la abuela.

Azul de ternura, de calorcito, de entrega. Después de leerlo, corré a abrazar a tus abuelos, silos tenés cerca. Ellos siempre tienen un poco de paciencia y un montón  de aliento para tus “pruebo de nuevo”.



Amores que matan...

“Mi gato Maravilla” 
Silvina Rocha  Vanessa Zorn   
Del Naranjo  Col. Luna de Azafrán


Es miope y torpe -¿raro,no?-  . Padece insomnio y si duerme tiene pesadillas. Le tiene terror a las hormigas, a las alturas. Un poco sordo, quizás. Y entonces ¿por qué es un gato maravilla? ¿eh?.
Entrá a este libro mullidito como un almohadón, colorido, sugestivo y lleno de razons para que MARAVILLA sea es…una maravilla, y lo descubrirás con ayuda de Silvina (confesó ante como mil quinientas personas que adora los gatos y acá muestra por qué) y de Vanessa, que consintió en dibujarle un ambiente de cobijo y amor. DI-VI-NO

  



De los terrores nocturnos...

“La decisión de Teodoro”  
Irene Singer 
Calibroscopio  Col. Líneas de arena

Con algunos chicos hay que tener una dosis especial de paciencia, comprensión y ternura blandita. Irene lo tuvo con Teodoro, y convidó un poco a la mamá de Teodoro según se ve en este libro que tiene páginas bastante oscuras y llenas de miedos de Teodoro, que no se anima a dormir solo porque la oscuridad y la habitación se le llenan de monstruos y pesadillas, y páginas cobijaditas de luz, de cobertores mullidos, de caricias con que mamá, despacito, enseña a escuchar los sonidos de la noche, y aclara poquito a poco los terrores de Teodoro, hasta que él se anima a decir lo que  mamá y papá esperaban…




De compartir sabrosura

“Yyoké y el gran pastel Koki” 
Nathalie Dieterle  
Edelvives

Yyoké tiene un pastel enorme…se lo arrebata el viento y un pedazo queda en las fauces del león…uh, en los picos de los pájaros….habrá migas para el camaleón. Cuando del pastel solo quede un trozo redondo redondo, habrá hormigas jubilosas. ¿Logrará Yyoké rescatar un poquito de dulzor anaranjado?
Un álbum troquelado, divertido y dinámico, con un gran pastel como protagonista, y un niño sorprendido corriendo tras los caprichos del viento. Dejate atrapar por esta brisa juguetona vos también.


 

Para aprender de todo...

“La escuela de gatos de la señorita Cara Carmina” 
Germán Machado  (Textos)  Norma Andreu (Dioramas)  
Calibroscopio


Cuando Germán –que es uruguayo-  vio los exquisitos dioramas –escenas tridimensionales- de Cara Carmina, delicadamente trazados con cartón plegado o troquelado, con pequeños objetos, papelitos, su entusiasmo llegó hasta Montreal, donde vivía ella, y así juntos imaginaron esta escuela para una maestra aplicada y cuatro gatos capaces de aprender  a leer, sí, pero también a viajar, navegar, volar, trepar, esconderse, despachar cartas, enhebrar, fruncir. Bordar…
Poemitas rimados, versos “con aromas / a peces de los puertos / y a vuelos de palomas… “ .Renglones inflados de runrunes y aleteos nubosos… La maestra Cara Carmina enseña a los gatos, y a los lectores –nosotros- que tenemos que tratar con esos seres enigmáticos y particulares que son los felinos.
Maravillosos. Los versos –candorosos, ocurrentes, juguetones- de Germán y las escenas de Norma. Mucho cartón, mucho papel, flores desecadas, brochecitos, palitos, troncos, cajitas, fantásticamente ensamblados para llevar a los gatitos de riguroso papel, a los lugares más inusitados (además de a la escuela gatuna, claro). Blandito y amigable. Para convidar al amigo, a la abuela, y al buen vecino, te juro.





 De juegos, saltos, aprendizaje

“Pepa y Bidú”  
María Inés Bogomolny  Mirta Goldberg  Nora Hilb  
La brujita de papel  Libros del Cucú

Un cartoné delicioso. Pepa y Bidú son dos ranas. Aprenderán a cazar moscas, mosquitos y moscardones, a saltar, a juagar a las escondidas, a buscar charcos…a zambullirse. Las letras –mayúsculas, grandooootas- juegan con ellas, saltan, se enrulan, se deslizan, se mojan, ¡juegan con vos, que estás aprendiendo la linda aventura de conocer el mundo y sus secretos, leyendo!




De perseverancias que se valoran

“Liebre y león”  
Alberto Pez  Roberto Cubillas  
 Edelvives    PequeLETRA

Ay, cuando estos dos se juntan, es solo para hacer aventuras divertidas. Son como Lola Liebre y Lalo León, que se levantan temprano, toman la leche y limpian sus cuencos para salir a trabajar. Lola, de liebre y Lalo, de león. O sea, una, de escapar y el otro de rugir y perseguir. Así toooooooodos los días…¿o no?. Una delicia que no corre, y que se lee a salto de liebre y persistencia de león. Para atreverse solito, o casi.





Descubrimientos

“La ola” 
Suzy Lee   
Bárbara Fiore Editora

Un álbum de puras imágenes. Carbones y témperas. Negros, blancos, azules. 
La niña descubre el mar. Está en la orilla –carbones-. El mar lame, golpea, convoca, se levanta –témperas, salpicados-. La niña tienta, se tientas, se escabulle. El mar se acerca, se va, trae una ola y otra y otra. La niña entra al mar. Se azula. Se hermanan… Cuando la niña se va, tomada de la mano de mamá, las olas dejan …dejan…
Cada cual escribe y narra su propia historia, porque los ojos pueden ver diferente, desde diferentes miradas.




Unas olimpíadas diferentes...

“Un desastre olímpico” 
 Javier Peña  
Calibroscopio Col. Líneas de arena

Ya conocíamos al Javier que imaginó el gran “Partido diferente”. Aquello fue el futbol. Acá, unos olímpicos muy especiales. La cebra, pobre, debería correrse del campo de lanzamiento con arco. Pobre rinoceronte: tanto esfuerzo con las pesas ¡y perder los pantalones!. Oh, la jirafa y el camello en competencia de judo.
Acá hay disciplina para todos. Practicadas por muy avezados atletas, tal vez un poco distraídos. Una delicia.
En verso. Poco texto. Muchos lindísimos montajes de excelente fotografía. Un olímpico que va a dar que hablar.



 Miedos...¡verdes y escamosos...


“Una cama para tres”  
Yolanda Reyes  Ivar De Coll   
Alfaguara Infantil

Ja Ja. Andrés demora la hora de irse a dormir. Da vueltas, vueltas. Cepilla, cepilla sus dientes. Se enreda en las cobijas. Pide un cuento. Otro. Otro.
Cuando lo dejan solo…¡pesadilla! Un gran dragón verde…
-          ¿Puedo dormir con ustedes?
Que no, dice papá. Que no, mamá. Consultan con la experta en pesadillas, que receta y aconseja. La abuela colabora con tecitos caseros. Se prueba de todo. Pero a la cama de papá y mamá NO.
Así que, cada media hora, se levanta uno, se desvela otro. El dragón insiste.
Hace tanto frío…¿puedo  estar con ustedes?. Bueno. Solo por hoy.
¡Cómo duerme Andrés!. Pero mamá cuelga de las sábanas y papá es despedido de la cama, así que decide mudarse al cuarto del nene…Entonces, en ese lecho “calientico” y pequeño, ocurre lo que ocurre.
¡Increíble! ¡Divertidísimo!. Esta historia empieza a ponerse verde dragón justo desde que mamá dice el primer “¡te duermes inmediatamente y ni una oveja más!”…porque las ovejas no eran el problema  “pue”

Que lo puso particularmente gracioso esta Yolanda, que cuenta tan bonito. Que colaboró con lo suyo Ivar…¡Ah, este papá de barba crecida, a medio andar entre el sueño y el enojo!





De sueños veleidosos...


¡Ay, Renata!  
 Estela Smania  Valeria Cis  
Primera Sudamericana  Col. Los caminadores

Renata no come ni duerme. Ganas y miedo tiene de ir a la ciudad, con su prima Escarlata. Paca la desalienta, Pero las ganas ganan y un día, con su vestidito de lino  azul con flores, se va. La ciudad es más linda que en las fotos. Ahí puede comprar papas fritas, ver a Papá Noel, deslumbrarse con las luces y el gentío.
Poco a poco –después de comprarse muchos vestidos, sandalias brillantes, comer muchas papas fritas y ver tele - se da cuenta de que si le escribe a paca, que se quedó en el campo, le tiene que poner “TRISTE”, o tal vez escribirle la palabra “SOLA”, para contarle cómo está. Es que Escarlata trabaja todo el día, y los programas de la TV se los conoce de memoria.

Pucha…¿qué hará Renata? ¿tendrá otras ganas, diferentes y nuevas?. Acá la veo, soñadora, pensativa. Podés hacerlo vos también. En mayúsculas grandotas para los animosos de seis y siete.






De caer bien...


“El día de campo de Don Chancho” 
Keiko Kasza  
Grupo Editorial Norma  Col Buenas  Noches


Don Chancho va a invitar a  la señora Cerda un día de campo. Quiere impresionarla bien, por eso corta y se coloca una flor. Los amigos quieren colaborar. Don Zorro le presta su elegante cola, el león su briosa melena, Doña Cebra sus llamativas rayas…¡ay! ¡cuando llegue a la puerta de la cerdita!.
Hacé  esta divertida caminata con el cerdito, y sabrás. Desde los cuatro, para divertirse en serio, con ganas, con vocación.




De autoestimas bien altas...

   
“Fernandito” 
Silvina Rocha  Verito Rivarola 
QUIPU


Fernandito estaba convencido del valor insuperable de su mente. Brillante. Rápida. Poderosa. La educaba, para que su perro salchicha se comiera la horrible tortilla de espinacas. Para que la maestra llamara al frente a otro…A veces le iba bien. A veces…no tanto. Porque adiestraba su mente, no sabía andar en bici, ni trepar, ni resolver cuentas, ni dibujar un tren.
Él estaba para torcer el camino de las hormigas, por ejemplo. Así estaba, cuando tropezó con un par de zapatillas rojas, y más arriba unas piernas y más más arriba, dos ojos brillantes como escarabajos. Ups. Parece que perdió todo dominio. ¿Perece o está con la cabeza licuada, un nudo en el estómago, una puñalada en el pecho?. ¡Ay! Míralo hacer y no hacer. Capaz te pasó o no te pasó alguna vez. Un súper héroe este Fernandito hasta que…hasta que…Bueno. Vos verás. Que Silvina y Verito te lo pusieron atractivo, colorido, sorprendente…




De las pequeñas alegrías...


“La sorpresa de Nandi”  
Eileen Browne  
Ediciones EKARÉ / 
Calibroscopio



Nandi decide visitar a  Nindi, que vive en otra aldea. Le llevará una hermosa sorpresa. Carga siete frutos en la canasta que coloca sobre su cabeza, y emprende la marcha pensando “¿cuál será su preferida?” “¿la banana amarilla, la guayaba olorosa, la naranja jugosa, el mango maduro…?, ¡Ay, cuando llegue a casa de Nindi, qué sorpresa increíble tendrán las dos!



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