De construir puentes y redimir amores...
“La bruja del laurel” Sandra Comino Edelvives Colección Alandar
Corel –“arena” en calé, la bonita lengua de los gitanos- desde su vitalidad, su inocencia, su envidiable coraje de niña, unirá territorios separados por los prejuicios, el miedo, la desconfianza. Amplias parcelas dedicadas al cultivo por parte de unos;
Los naranjales de Algidez, el laurel protector, la casa llena de misterios y esencias de Águeda; los caballos de Sinhué; la danza hechizante de Soleá que supo volcar su ritmo y la riqueza de la cultura en esa niña preciosa que es Corel…todos tan lejos, tan mal vistos y escondidos del mundo.
Territorios que encuentran frontera en un paraje que no alcanzó a ser pueblo, en el hospedaje, almacén, lugar de encuentros “Alegrías del hogar”.
Ahí, a ese pequeño bastión que es tregua para unos y para otros, llegan una noche, extraviados en la niebla a un lugar que debió ser ruta, Samuel y el pequeño Lucas. Conmoverán la seguridad de Violeta, hija de los caseros Salvador y Vera.
Violeta es también, desde su trabajo en la biblioteca de la escuela, puente de esos dos mundos divergentes. Narra con seductora pericia la historia de los brujos de la zona: Águeda, la bruja del Laurel, Algidez, el brujo de los naranjos y el amor, la amistad, la protección que se prodigan por cien años… Acerca, vincula, compromete.
La mirada de Samuel, fotógrafo, ablandará fronteras, hará crecer otra vez la llama de la confianza en esa joven endurecida por el desengaño: Sinhué no la esperó y buscó esposa entre los de su pueblo, abandonó el vagabundeo gitano y se dedicó a la cría de caballos y familia, de la que Corel es entusiasta primogénita.
Nada será igual a partir de la llegada de los extraños. Lucas acompañará a la niña y cruzará territorios igual que lo harán su padre y Violeta.
Cuando el brujo de los naranjos despida en una noche de tormenta de vaticinio a su compañera de vida, que siente que ha cumplido su misión en la tierra, se sabrá que los mundos nunca estuvieron cerrados, que se comunicaron en lengua de hierbas, esencias, aromas, embrujos y desembrujos, y `por eso la ronda del despedirse será grande, tibia de relatos en un idioma y en otro.
Cuando los viajeros culminen esas extrañas vacaciones, habrá miradas nuevas, desprejuiciadas y amorosas… y promesas de otros encuentros.
Bella, sugerente, cuidadosa en su abnegada comprensión de lo diferente. Delicadísimo perfil de personajes, hermosos todos en sus peculiaridades y su afincarse.
Hay nieblas y vaticinios. Hay misterios y secretos celosamente guardados. Hay murmullos y hay hechizos. Hay mucha literatura y una ficción que subyuga. Te convido, de corazón, en nombre de Sandra Comino, que hizo en esta novela una preciosa entrega
De Dolores y redenciones...
“El diario de Adelina” Olga Monkman Edimba Libros (Faja de Honor de la Sade)
No imaginó la abuela Ernestina cuánta falta le haría a su nieta ese cuaderno rojo, de tapas duras, candado y pequeña llave, para vivir, gozar, sufrir, dolerse, ese año de tantos acontecimiento.
La revelación del primer amor, el valor de la amistad, el refugio de nido de la relación con los abuelos y por eso mismo el dolor inconsolable de la pérdida, las confusiones de la adolescencia –los primeros ocultamientos, las salidas clandestinas, la desobediencia, la rebeldía-, el remezón que en la familia produce la pérdida del trabajo, el cobijo y la seguridad, la angustia del desprenderse del hogar y los ambientes queribles y conocidos…Todo eso confiará Adelina en ese diario que le obsequia la abuela, poco antes de empezar a callar, a estar ausente, y morir.
Adelina, muchas veces puesta en ridículo por compañeras que la consideran una nena ridícula, se sentirá segura y apropiada con Paula, la amiga del alma que carga el dolor de la separación de sus padres. Segura de que está bien salir y compartir todo con mamá , papá y su hermano… aunque cuando otros hábitos más desprejuiciados la tienten dudará, y ocultará y llorará por un control que considera exagerado y anacrónico.
Aprenderá el candor del primer amor cuando conozca a Marcos, amigo de Leandro, su hermano mayor.
Apenas salga del largo duelo por la pérdida de esa abuela amorosa y comprensiva, será sometida a pruebas mayores. Papá pierde el trabajo y surge una gran oportunidad, lejos de Buenos Aires. La familia deberá trasladarse a Concordia. La chica asumirá pérdidas y revoluciones de ese año diferente porque puede volcarlas ahí, en el diario que sabiamente puso Ernestina en sus manos.
Los acontecimientos que hacen avanzar esta historia, vistos por un narrador omnisciente, y los impactos, consecuencias, miradas de lo que pasa, en la palabra escrita de su protagonista, Adelina.
Los temas que hacen peculiar esta edad de transición, a menudo temida tanto por adultos como por sus azorados protagonistas, tratados con una mirada comprensiva, abierta y valiente. No se soslayan temas incómodos: se los aborda con cautela y cuidada ternura… Púberes y jóvenes van a disfrutarla , porque van a verse dignamente reflejados.
Tributos...
“Mala luna” Rosa Huertas Edelvives. Col. Alandar
Cuando los remordimientos afloren al verse en el espejo del hijo, tan parecido a él -llevan el mismo nombre- , cuando sienta que puede redimirse en ese nieto apacible, Aurelio escribirá su desgraciada historia en un viejo cuaderno. Fue amigo de Miguel Hernández, el poeta, aquel a quien el padre negó la posibilidad de formarse porque lo quería apacentando cabras en los campos de Orihuela…reconoce que fue Miguel quien le consiguió su primer trabajo como tahonero. Tras sus pasos fue Aurelio a Madrid. Pero el destino quiso que vivieran el horror de la guerra civil en bandos opuestos. Aurelio Sánchez escalaría hasta ser funcionario servil del fascismo. Miguel padecería el rigor de la cárcel. Hambre, frío y la tuberculosis que no perdonará. Aurelio no pudo olvidar el desplante del amigo que le negó la posibilidad de compartir sus versos –pésimos, lo sabía, pero encendidos de amor por un espejismo- en un tertulia de poetas. Se lo hará pagar demasiado caro. Tendrá en sus manos la vida del amigo. Sólo acudirá a la prisión oscura en que yace para dejarle un cuaderno de tapas oscuras- Miguel, esperanzado había pedido cuartillas para escribir versos, liberadores siempre, y la intercesión por su libertad: afuera Josefina y su hijo padecen miseria- : “toma, es negro, como tu suerte, Visenterre”… y se retira.
Pero en la celda está también José Castillo, mudo testigo de esa escena, y de la otra, más lóbrega y definitiva: a la muerte del poeta, Aurelio viene a llevarse el cuaderno de tapas negras, que seguramente contendrá un tesoro…
Aurelio escribe la triste, ominosa historia de su vida, sus traiciones, su escalar en el gobierno franquista agobiado por la culpa y por la sentencia de José Castillo, que lo buscará donde esté para reclamar la devolución del cuaderno a quienes corresponda. La dejará escrita para su nieto. Le dará claves para que la encuentre. Difíciles.
Clara es nieta de José Castillo. No sabe que desde hace unos meses comparte las mañanas con otro nieto de un abuelo tan diferente. El suyo hace honor a su apellido. Es una fortaleza noble y sabia. Se esté reponiendo de una dolencia cuando ve la noticia en un periódico: Aurelio Sánchez hijo, funcionario de Cultura, cree estar en condiciones de decir que hay un pequeño cuaderno con versos del poeta, todavía inhallado. Vuelve a hervir de furia, como cuando fue testigo del hurto. Confía su profunda desazón desde lo que sabe. Le narra a su nieta los encuentros con Aurelio Sánchez Macías, sus amenazas. Clara descubre entonces que hablan del abuelo de Víctor.
El chico vino desde Alicante a Orihuela con su madre tras la muerte de ese abuelo que le regaló libros valiosos y una llave con un misterio; tras la separación tortuosa de sus padres, para terminar el colegio en el mismo Instituto en que se educó Miguel Hernández. Cuando ella pregunte, él se cobijará en Clara, tan resuelta, tan bien avenida a la vida. Le contará que sí, que su padre sospecha la existencia de ese cuaderno, que por eso no terminó de deshacerse del último domicilio del abuelo, pese a que la relación entre ambos nunca fue buena, aunque se parecían tanto, sobre todo después de la muerte de Consuelo, la abuela.
Juntos irán tras el enigma de la llave y de los pocos datos que tienen.
Habrá intimidad, enojos y desencuentros. Juntos alumbrarán sobre un secreto, el de ese cuaderno. Podrán comparar y apiadarse por dos vidas desgarradas por la guerra que sometió vilmente a una nación. Pero no podrán admitir juntos la revelación, porque Víctor se siente burlado, desmerecido, atribulado por ese abuelo tan mal anclado en la historia. Irá callado y resignado tras su madre cuando ella decida regresar a Alicante. No habrá despedidas ni explicaciones. Silencio y distancia.
En Orihuela muere el abuelo Castillo. Deja a Clara sumida en la pena y el desamparo, y en la sensación de que debe cerrar heridas. El tiempo ayudará para que busque la reconciliación con Víctor con el mejor de los tributos: una larga carta –todo un celebrado anacronismo en tiempo de rápidos y breves mensajes- y una vieja hoja amarilla con un poema de puño y letra… los trazos puntiagudos y firmes de Miguel en “Ausencia de Aurora”, escrito para celebrar a otra Josefina, la de José Castillo, abuela de Clara.
Luminosa. Doliente. Para celebrar el poder liberador de la poesía, su epifanía y sus hacedores. Para homenajear a tantos luchadores.
Y no te conté nada del cuaderno. Descubrilo, porque es una búsqueda frenética, apasionada, con luces, sombras, odios, amores. Con candor y reciedumbre.
De la autora de la bella “Muerto, maldito y enamorado”, que abordará vida y obra de otro grande: Lope de Vega
Matices...
“OK., señor Foster” Eliacer Cansino Edelvives Col alandar (IX Premio Alandar)
Umbría es un bella punta de arena rodeada de pinos que se adentra en el Atlántico. Pueblo de pescadores y pequeñas escaramuzas para vivir. Ahí recaló Ismael hace muchos años, después de la guerra. Construyó su cabaña lejos, con apenas lo imprescindible, y se dedicó a la caza y a la pesca. Vende pieles y carnes, siempre sobrio y taciturno. Un ermitaño.
En la colina, después de las dunas, quedó el último inglés, Mr. Foster. No se sabe demasiado de él. Pasa horas en la playa, tomando fotografías extrañas. Perico Mosca, que necesita desesperadamente construir su sistema de valores, salir de la trampa de las mentiras, distinguir lo bueno y lo malo, algo condenadamente difícil con tantos matices como se le presentan, vive ahí, y decir ahí es decir cerca de Moguer, la patria chica de Platero… Se siente desamparado: desde que murió Luz María, su madre, el padre se echó a la mar sin más, y no se dirige a él sino para mandados y monsergas.
El niño abandona la escuela y se ampara en Fermín, auxiliar de correo, que junta para él valiosas estampillas. Así descubre que el señor Foster no retira su correspondencia, acumulada por meses, y se anima a proponerle ser su cartero. Cuando Mr. Le tiende una “podaroshna” –similar a la que el zar dio a Miguel Strogoff-, siente que tiene dos amigos: en la playa, Ismael, que lo acoge con algo parecido a la ternura, en la colina, Mr. Foster, que le enseñará los secretos de la fotografía.
Cuando el señor Mosca ordena a Perico pagar la licencia anual de pesca, se desencadenan los acontecimientos que te mantendrán en vilo. Intervendrán dos portugueses, dueños de un barco de gran porte y raras conductas dispendiosas; Efrén, el jefe de la guardia civil hasta entonces solo entretenido en vigilar a Ismael “que algo se guarda”, y a “ese” inglés, que no se sabe de qué vive y seguro es un espía que complota para la corona británica …y sus subalternos, hombres más bien poco dados a la acción.
Leyendo sabrás que el inglés se dedica al periodismo -firma como Red Fish -, y que se quedó en Umbría por dos motivos: su hermosura y el reencuentro con Ismael, quien en otro momento de su vida –ahora lo creen un analfabeto ignorante- se llamó Rafael, luchó por la causa republicana desde su oficio de reportero, y debió guarecerse en otro lugar, bajo una nueva identidad para salvar la vida. Que los une una amistad a toda prueba y un entrañable amor por la poesía, la filosofía, la narrativa…
Cuántos descubrimientos deberá hacer Perico, mientras asume que papá no podrá ser amable con él, porque la muerte de Luz María es un dolor que no cesa…
Una pequeña novela de iniciación, con aroma a sal, arrullo de mar y violencia de ola desatada. Del amor, de la crueldad, de los prejuicios, de la indiferencia. De la lectura salvadora. De todo eso –no poco- trata esta apuesta jugada, amorosa y tan bien tramada.
Por algo este profesor de filosofía, cercano a los jóvenes a quienes enseña, se llevó el premio Alandar 2009
Otra "mujercita" para la delicia de todas...
“Anne, la de Tejados Verdes”
Lucy M. Montgomery
Emecé
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Un gran clásico que ahora merece re edición. Quien disfrutó de “Mujercitas” o de “Tom Sawyer” seguramente será conquistado por Anne, una nena flacucha, de cabellos encendidos de rojo , rostro pecoso, vitalidad arrasadora, imaginación inagotable y una labia que haría palidecer al más pintado.
Esta pequeña huérfana que cuando no estuvo interna en un asilo debió servir y trabajar hasta el cansancio, sabrá ganarse el cariño inmediato y sin reservas de Matew Cuthbert, y el fervor reservado de su hermana Marilla, que le llevará años.. Es que los hermanos –maduros ya- esperaban a un muchacho que los ayudara en las labores de la granja –Tejados Verdes- y no esta chica delgaducha de imaginación indomable, que encima lo pone TODO en palabras, que brotan a raudales mucho más ligeras que la sensatez.
Habrá aventuras desopilantes, tiernos momentos de absoluta entrega, amigos, escuela, lágrimas, rivalidades…todo en la pequeña aldea de Avonlea, bien al norte canadiense.
En los cuatro años que transcurrirán desde el momento en que el viejo Matew la recoge en la estación porque el corazón no le da para decirle que no es ella la esperada, Anne sabrá granjearse el cariño y hasta la devoción de su nueva familia, sus amigos y el pueblo entero.
Esta es la primera entrega. Emece promete la pronta aparición de otros títulos. Advertencia: hay que detenerse y gozar. No es de lectura rápida. Pero adhiero a lo que de esta saga opinó Mark Twain: “la más dulce recreación de la niñez que se haya escrito”… y espero con entusiasmo los otros títulos
“Anne, la de Avonlea”
Lucy M Montgomery
Emecé
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Anne es una hermosa jovencita de cabellos rojos, ojos clarísimos y siete pecas que le quitan el sueño… aunque no tanto como su preocupación por convertirse en la mejor maestra de Avonlea, su pueblo de la Isla del Príncipe Eduardo, en Canadá.
No podrá –al menos por ahora- continuar sus estudios superiores, porque Marilla está perdiendo la vista, se hacen cargo de los mellizos Davy y Dora, que quedan huérfanos, en la granja hay mucho que hacer y la aldea precisa de su entusiasmo, sus ensoñaciones y su empuje.
Con sus amigos, Anne pondrá en marcha un grupo de voluntarios para mejorar la estética y las relaciones en Avonlea. Los “Fomentadores” lograrán lentamente la adhesión pueblerina. La muchacha deberá contrastar teorías y sueños con dolorosas realidades; descubrir amigos adorables en la campiña; convertirse en un referente cálido para los niños y los ancianos y ver concretados muchos anhelos.
Cuando muera el bueno de Thomas Lynde y Rachel –vigorosa mujer un tanto metiche, un tanto maliciosa, amiga del alma de Marilla- queda sola, en Tejados Verdes encontrarán nuevas razones para que Anne y Gilbert puedan partir para continuar sus estudios.
Así, en esa extraña mezcla de gratitud, nostalgia y saludables expectativas dejamos a esta chica soñadora, un poco impulsiva, plena de optimismo, en el umbral de la adultez, esperando encontrarla pronto en otro tomo de la prometida re edición de este clásico de la literatura juvenil. Deliciosa, divertida. Un canto a la vida y al hermanarse de las generaciones jóvenes y adultas, que juntas construyen valiosos proyectos de vida.
“Anne, la de la isla”
Lucy Maude Montgomery
Emecé
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Para quienes amaron “Mujercitas” y en consecuencia encontraron ese espíritu en “Anne, la de Tejados Verdes” y “Anne, la de Avonlea”, simpatizarán con esta jovencita de encendida cabellera rojiza, grandes ojos grises y un único orgullo: su pequeña nariz. Acá abandona la casa de Marilla para continuar estudios superiores en Kingsport, en el afamado Instituto Redmond. Con ella irán Gilbert, que la ama desde que son niños –precisamente desde que ella le desarmó una pizarra sobre la cabeza- y Charlie Sloane. Conocerá a nuevas amigas de pensión y juntas cumplirán el sueño de habitar un lugar de ensueño: “La casa de Patty”, que compartirán con la anciana Jamesina, quien con gracia y ternura velará por todas y por tres gatos muy particulares.
De los días de ventura y desaliento –rechaza ir más allá de la amistad con Gilbert y acepta una relación con Roy, pero cree morir cuando escucha que Gilbert se ha comprometido con Christine-; de los avances en su formación; de pérdidas en Avonlea; de la familia que la espera siempre expectante en Tejados Verdes, trata esta tercera entrega, en la que se cuelan el dolor por la muerte joven, la ilusión de las primeras bodas, algunas concebibles mezquindades que dejan manifiesto que el tiempo alegre y despreocupado de la infancia y la adolescencia se esfuman, como un inenarrable y bello crepúsculo.
Bueno evadirse por un rato a una época de valores más visibles, para tornar a nuestra complejidad con un poco de alegría, para ver por dónde seguimos. ¿Ingenua? ¿anticuada?. Tal vez, pero ¡ reconfortante y con pasajes de sano humor, para disfrutar sin culpa!. Jovencitas, preferiblemente.
“Anne, la de álamos ventosos”
Lucy Maude Montgomery
Emecé
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Anne y Gilbert se han comprometido. El continúa estudiando Medicina y ella se traslada lejos, a Summerside, para hacerse cargo de una escuela secundaria. Se aloja en Alamos Ventosos, al fondo de la Calle del Fantasma, en casa de dos ancianas amorosas, un ama de llaves de recio carácter y Dusty Miller, un morrongo particularísimo.
Dará cuenta de sus días escribiendo largas cartas a Gilbert. A través de ellas sabremos de la lucha cotidiana por imponerse al permanente boicot de los Pringle, una de las familias tradicionales que la han tomado como una amenaza; de sus esfuerzos por proteger a la pequeña Elizabeth, que vive con una abuela fría como un témpano y una cuidadora mordaz e insensible; de su empecinamiento por sacar a Katherine Brooke, su vicedirectora, de ese caparazón de sorna, mutismo, amargura con que pretende proteger un ser sufriente y sensible…
Habrá retornos a Tejados Verdes siempre que puede, y lo hará en compañía, para convidar la dulzura de su casa.
Tres años de la vida de Anne y Gilbert, y una infinidad de perfiles psicológicos e historias de los habitantes de Summerside, para conmovernos, divertirnos, sorprendernos, espantarnos. Destinos oscuros y luminosos. Humor, desamores, desatinos, tragedias y siempre el deseo de granjearse una vida con sueños y sentido. Con el saborcito de otro tiempo, para disfrutarlo hoy.
“Anne y la casa de los sueños”
Lucy Maud Montgomery
EMECÉ
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Anne abandona Tejados Verdes apenas culmina su emotiva ceremonia de bodas. Gilbert inicia su carrera de médico a cien kilómetros, en la bonita Glent St Mary, a orillas del mar, en la misma isla San Eduardo. Habitarán “la casita de los sueños”, en Four Winds. Desde ahí avistarán la caleta y su puerto, los acantilados, el precioso faro que cuida y habita el viejo Jim, un marino especial que anota vivencias en su “libro de la vida”, para que no se pierdan, y para poder legárselas a su pequeño sobrino nieto, mientras disfruta de su retiro cerca de la pareja que vuelve a dar vida y sentido a una casa destinada Acobijar historias de amor, fidelidad y desafío a las contrariedades.
En ese apartado paraje desde el que se domina la belleza de un paisaje de ensueño, Gilbert y Anne se vincularán con vecinos especiales: la vieja Cornelia Bryant, recia mujer en permanente lucha de género contra los hombres y la falta de sensatez de algunas religiones, un ser quisquilloso y a la vez tiernamente solidario; con la bellísima Leslie Moore, que sobrelleva una vida de desdichas con estoicismo y recato. Todos –especialmente el viejo Jim- estarán a la hora de la tristeza –Joy, la primogénita de Anne vive solo unas horas- y la alegría –cuando un día llega el pequeño James-. Transcurrirán crudos inviernos en los que el faro y el paisaje serán apenas nostalgia desvaída, y primaveras y veranos gozosos de aromas, brisas, brillo. Jim zarpará hacia su último viaje habiendo concretado el sueño de ver su “Libro de la vida-“ bellamente editado. Leslie descubrirá el amor. La implacable Cornelia bajará las barreras y contraerá matrimonio y la pequeña familia abandonará con color la “casita de los sueños” para construir hogar en una vieja construcción amplia y confortable de Glen, más cerca de los múltiples compromisos de Gilbert.
Para leer morosamente y disfrutar de personajes y situaciones de esta quinta entrega, que logra sostener climas e interés y nos muestra con simpatía un abigarrado universo de caracteres y destinos curiosos. La autora, que cabalgó los siglos XIX y XX lo dedicó “a las jovencitas”. Acuerdo con eso.
“Anne, la de Ingleside”
Lucy Maud Montgomery
EMECÉ
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Anne y Gilbert se han establecido en Ingleside, hogar tibio para albergar abrazos, juegos, tribulaciones, pesquisas de la familia grande y sana que han sabido constituir.
A Jem, que había llegado al mundo en la clara casita de los sueños, siguieron Walter, un niño soñador y delicado que la familia sospecha que es hijo de alguna estrella y cuida como tal en su fragilidad; las mellizas nan y Di, una pelirroja, locuaz y fantasiosa como mamá y Nan, de recio cabello castaño y temple dado a la fatalidad y las exageraciones; la sensata y terrenal Shirley y la graciosa benjamina, Rilla.
De las aventuras de los niños, que se van abriendo al mundo con sus temperamentos, de sus vivencias domésticas en la buhardilla, en su precioso pozo, su “Valle del arco iris”; de la estadía incómoda e invasiva de Tía María, a punto de arruinar los lazos amorosos de la pequeña tribu; del aplomo de Susan, que timonea la casa junto a los padres; de las preocupaciones de Gilbert, el médico más requerido de la zona, trata este volumen de la madurez de la pequeña huérfana de Tejados Verdes, Avonlea.
Una inmensa galería de personajes de Glem St Mary, con sus historias -luminosas, deleznables, sensibles-, para corroborar que las pasiones humanas fueron desde siempre así de intensas. Lectura de largo aliento, para leer con un poquito de paciencia, literatura de la primera era del XX.
Envolverse en música y sobrevivir...
“Muchas gracias, señor Tchaikovsky”
Mónica Beltrán Bronzon
Grupo Editorial Norma Zona Libre
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María José, treinta y cuatro años, publicista, siente que no puede arrancar el año. No tiene proyectos y está lejos de todo. En cas a –vive sola en un pequeño desván alquilado- ya no hay siquiera café. En lo góndola del supermercado se enfrenta a un rostro, a una voz. Esa imagen, diecisiete años después, la retrotrae a una etapa en que la vida tuvo un quiebre: mamá se había ido de casa, y en el colegio –religioso, exclusivo de señoritas- la invitaron a retirarse , porque ya no es miembro de una familia “funcional”. Papá, concertista de violonchelo, además de deprimido, está desocupado, así que Majo deberá ocuparse de hallar un colegio público, cerca de casa. Sandra, su mejor amiga, acompaña y promete hacer todo por incorporarse también al “Kansas”, mixto, matrícula constituida por “corridos”, pese a lo cual su director, el profesor Santajuliana se esmera por un perfil de inclusión, tolerancia, diversidad.
Empiezan los desafíos: segregación, burlas, compromiso académico de dudosa valía. Y sin embargo, ahí estarán Jerónimo y Limón, para abrir caminos y enseñar a transitar territorios de rechazo. Pronto la joven descubre que comparten algo especial: la música. Jerónimo toca la guitarra, Limón, la batería . Ella rescatará su viejo teclado. Juntos los “Corazones rotos” se harán un espacio de cobijo, con proyectos, reconocimiento. Sandra se incorporará al grupo y pondrá voz. Pero se enamorará de Alfonso, el chico más guapo –el más imbécil y aún así amor imposible de Majo- del 4º B del Kansas, y todo lo construido parecerá derrumbarse, cuando además confiese “estoy embarazada”. María josé huye de todo: de la desesperación de Sandra, del mudo y doloroso desconcierto de Jerónimo –la ama en silencio, con un amor que nunca hallará correspondencia-, de los reproches justificados de Limón…Se muda a Atenas, con su madre, a Nueva York, sola
y labra días lejos de sus afectos, aunque a la postre regrese a México.
La escena del super abre puertas del pasado. Necesita saber más. De Jerónimo, de Sandra. De a poco reconstituirá vínculos, porque la vida es eso que pasa y se nos impone, que a los diecisiete se capea con la alegría vital de lo que está a las manos, y con los sueños, que a esa edad , iluminan y rompen barreras. Para jóvenes y adultos que tuvimos una juventud alumbrada de ideales y no permitimos que destruyeran nuestra osadía, nuestra inocencia, nuestra ternura.
“El bosque del primer piso”
Márgara Averbach
Grupo Editorial Norma Zona Libre
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“Querida Márgara: …ahí estoy, en ese bosque fecundo, luminoso, húmedo, agradecido. Gracias por la historia, pero sobre todo por la cadencia, por el estilo, por jugarte, por no facilitarnos lectura, por hacerlo tan conmovedoramente bien… (Verónica junio 29 2014)
“Muchas gracias, Verónica…hace tiempo que quiero publicarla y me hace muy bien que ahora ande por ahí diciéndose…” (Márgara 30 de junio 2014)
Así cierra una de las historias, en el bosque nuevo que nace, en la curva extrañada del arroyo, de la gleba y de la nada del otro que se llevó la Maderera. A muchos enlazó la historia. Más que a nadie a Anahí, que la prohijó mientras contaba muchas otras, con muchas voces y tonos, y callaba la más importante: el origen de Nito, ese hijo que cree no amarla, que tuvo que volver, buscarla, interrogarla desde la necesidad de sus ojos claros.
Empezó con la llegada de Anahí, torpe, desprolija, corrida de las casas hasta que Ricardo y Marta, los veterinarios del pueblo, la pusieron al amparo en la granja de doña Juana, y descubrieron que la chica, oscura, taciturna, era capaz de domar con voz elocuente y manos de magia. Solo después lo del bosque que desaparecía los unió más que nunca. Y lo de Nito, que nadie sabía. Entonces, la noche del accidente. Ricardo y Marta dejaron solas a Lili, Silvia y Ada, bebé apenas. Lili se casó con Juan para construir la familia, con las hermanitas. Convirtieron la veterinaria en pizzería, y cuidaron como pudieron lo que quedó. Anahí se derrumbó. Se fue. Volvió más tarde, y Juana le dio la casa amarilla de puertas de madera que no volvió a abrirse hasta la tarde en que Anahí pidió una extrañeza: pizza. Fue Ada la que la llevó, y tuvo ojos y oídos para la maravilla: un paisaje verde y fresco, un como rumor de viento y agua, y trinos y nidos…el bosque que ya no era vivía en la planta alta de la casa amarilla. Rescatado como semilla y humus. Por eso dicen que el bosque de la planta alta –que se deshizo de tejas, vidrios, para que entraran sol y lluvia y pájaros, es el hermano de Nito, ese vástago entregado al borde de la desesperación, que reclama su origen, torvo y ensimismado.
Muchas otras historias, contadas por muchos, se cruzan, se hermanan como se hermanaron fervores y afanes para recuperar el bosque de todos, el que devuelve frescura, cantos, brisas y jaguares a la desolada traza de “La Bandada”.
Con la densidad bella de Márgara, con ese estilo en que la realidad se vela un poco sólo para hacerse más y más trasparente y decir en voz y canto lo que nos precisa.
“Los años terribles”
Yolanda Reyes
Grupo Editorial Norma Zona Libre
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Juliana, Valeria y Lucía son primas. Desde siempre se reúnen en los cumpleaños de la abuela, en la Finca La Unión. Las familias creen que entre ellas todo es armonía y ganas de estar juntas, como cuando niñas. Pero están atravesando “los años terribles” de afirmar sus gustos, de perfilar sus personalidades, de elegir destinos. Cada una cree que debe transitar las búsqueda sola. Juliana, la más bonita, la que siempre cumplió los deseos filiales, bota todo –después de aprobar el ingreso a Comunicación Social- para ir tras Daniel, un chico rebelde, marcado como adicto y problemático. Valeria se refugió
siempre en el mutismo y la soledad. Le recriminan “falta de seguridad” y a menudo debe visitar el gabinete psicopedagógico de la escuela. El encuentro con Gabriela, una compañera que vive en vilo por la situación política que complica a su familia, la pone frente a un espejo: decide estudiar Filosofía y Letras. Lucía, la preferida de la abuela, la protegida porque nació tras la muerte de Manuel, el primogénito, en un hueco de tristeza, debe asumir la separación de sus padres, resolver la relación con la nueva pareja de papá, aprender tanto de mamá después de apartarse del resentimiento y la frustración. No defraudará las expectativas familiares: estudiará Sistemas, porque adora las matemáticas.
Cuando los senderos empiecen a bifurcarse, las tres se darán oportunidad para el encuentro, para afirmar una la elección de las otras en la última celebración de la abuela, poco después de la fiesta de graduación, poco antes de que Juliana inicie su viaje iniciático de despegue…
Los temores, las búsquedas, las incertidumbres y de fondo, la poesía y la música…Serrat, Fito Páez, Pink Floyd, Led Zepelin The Beatles…
Maneras del amor...
“Mi papá es un hombre pájaro”
David Almond Polly Dunbar
Grupo Editorial Norma - Torre de papel Celeste
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Cuesta meterse en este mundo donde papá parece haber perdido la chaveta…e Isabel, su hijita, también. Papá se siente pájaro. La nena , que debe cuidarlo, ser su cómplice, su amparo. Tía Dorita piensa que semejante locura debe ser controlada. Hay que sacar a Isabel de la insanía. Acudirá el profesor Menta, el maestro.
Están tan solos desde que mamá se fue al cielo. ¿Por qué no armar un nido? ¡por qué no construir las mejores alas, y volar volar volar en esa competencia de hombres-pájaro?
No importará que se vengan abajo, como todos, si estuvieron tan cerca del cielo, jun tos, solo con alas, fe y tantísimo amor.
Hasta Dorita y Menta participarán del vuelo. Sencillamente entrañable, aunque cueste sumergirse en esta no-lógica. No siempre hay que entender todo. A veces hablan las miradas y el corazón. Esforzate un poquito si ya tenés diez. Vale la pena.
Aprender a sentir el dolor...
Kamil es extraño. No porque sea pakistaní, y por lo tanto moreno y de rasgos tan peculiares como los de su madre, tan hermosa. No. Es arriesgado y ningún dolor lo toca. Por eso se atreve a enfrentar a Manfredi y su barra, que aterroriza a los débiles, a Carlos.
Carlos está convencido de que es un ser galáctico. Camina sobre brasas, se provoca cortes, emprende desafíos peligrosos.
Cuando escucha de él, el profesor Wasim –pakistaní también- sigue una corazonada, aunque lo aleje del rigor de sus investigaciones. Tal vez, a la postre, vuelva a reafirmar hipótesis. Hay que salvar a ese niño que padece un síndrome extraño por el cual siempre se pone al borde de la muerte. Salvarlo, porque es tan vulnerable como Carlos, como las víctimas de los Manfredi que martirizan el mundo.
Para amantes de los misterios y para quienes alguna vez padecieron o fueron testigos de cualquier clase de acoso. Hay aventura, tensión, enigmas y la dosis de buen humor adulto necesaria para seguir creyendo que todo puede ser mejor. A partir de los once o doce.
De reveses y posibilidades...
“Cómo cocinar un plato volador”
Sergio Olguín Grupo
Editorial Norma - Torre de papel Amarilla
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Es lindo pasar los fines de semana con papá, ahora que se mudó a una casa con patio, y Julián puede llevar su skate, su bici, su colección de dinosaurios. Cuánto aprenderá no sólo de papá, que los sábados prepara un montón de dispositivos con un viejo Winco y música de su época para cazar platos coladores. Mientras esperan que caiga alguno, mientras suenan los Beatles, The Police y disfrutan de una picada, papá desgrana la historia de la familia: cómo se enamoró de Analía, su mamá; cómo la perdió por diez años (la noche del plato volador, en el Uritorco) y la volvió a encontrar cuando hacía sus primeras armas como cocinero… Del otro lado de la pared está Belinda, que juga tan bien al futbol y le regala lo que más ansiaba en la vida: no uno, sino dos cachorros.
Pero Belinda se va. Quedan papá y…ay… muero por contarlo. Leé esta novelita deliciosa si ya tenés diez u once.
Con guiños, complicidades, pérdidas, algo de dolor, porque los dolores son parte de la vida. Muchas clases de amor, necesarias y sanadoras todas…
Literatura, playa, complicidades...
“Diario de un escritor”
Oche Califa
SM Barco de Vapor Rojo
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Un escritor se toma vacaciones. En la playa, para que su “cocina” se renueve. Para que las palabras respiren. Para que las viejas fórmulas del buen escribir se carguen de nuevos sentidos. Habrá largas caminatas, mar, charlas en el bar con Ricardo, el mozo. Anotará en un diario –nunca tuvo uno, solo una agenda para recordar “chispazos”-, sobre todo porque surge Luz, una niña inquisidora, sagaz, a veces hasta demoledora con sus apreciaciones éticas y estéticas. Luz y Sombra, su perro. Los intercambios se harán pequeños escritos que hay que leer cuando el “Diario” indique, en un “Agregado”. Ahí está la verdadera “Cocina” del escritor. Lo que pudo hacer en vacaciones con Luz o gracias a sus desafíos , y después, al rescoldo de los recuerdos de ese verano diferente.
Linda la historia y muy sugestivos los “textos”. Adivinanzas, limeriks, ráfagas de ideas (“Pienso luego listo”), cadáveres exquisitos…toda una teoría –brevísima, sustanciosa- sobre la poesía, y el largo relato “La princesa patas de mosca”, que surge por insistencia de la niña, en esos encuentros cargados de ironía que marcaron una amistad que será para siempre, a la distancia, y motiva el bonito poema de cierre, de un libro curioso, atractivo, diferente. Adolescentes
Marcas en el alma...
“Tatuajes”
Sandra Siemens
Grupo Editorial Norma Zona Libre
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Las tahitianas que se convierten en mujeres se hacen el malu, un tatuaje ceremonial que hace el tufuga. Cada una tiene el suyo, especial, único. El de Taia le cubre las piernas…estrellas de mar y estrellas de cielo para hablar de su amor por Koké –Paul Gauguin- . Taia bailó su danza de amor y Koké la dibujó -cimbreante y esquiva- en trazos leves, en una libreta celeste. Después, fue muriendo, y la niña volvió a casa con la libreta envuelta en un alegre pareo de flores.
Cuando muchos años más tarde –en El Callao- se sintió morir, legó ese tesoro a su nieto Eloy, que supo escuchar sus letanías en francés, aprendió sus viejas canciones y se las cantó mientras ella se iba despacio, bajo la lluvia…
Eloy no pudo concretar sus sueños. Se transformó en un buen zapatero remendón, en Buenos Aires. El también tiene un nieto sensible. Ve en él el espíritu de un futuga, un tatuador, y le regala la libreta junto una hermosa caja de madera, con pinceles y pinturas. Marcos solo tiene a ese abuelo, porque papá es un oso atemorizante, igual que Juan, su hermano mayor. Mamá es casi una sombra sumisa y dolorida. Cuando el abuelo ya no está para cobijarlo en su taller, Marcos compra un pasaje y se va, a Córdoba. Un terrible accidente lo desprovee de su amada caja de madera. Pero conserva el torno y la libreta celeste.
De a poco se corre la voz: es un excelente tatuador. Amparo acude a él. Quiere conservar para siempre a papá, que una preciosa noche de danza de luciérnagas, le confesó que se moría.
Solo a ella Marcos le confía su libreta. Apenas la recorre, Amparo sabe lo que quiere en su espalda: “estrellas de mar…estrellas de cielo”, parecidas y la vez diferentes a las que Paul Gauguin descubrió en las piernas danzantes de Taia, parecidas en todo a la noche de luces que contempló con su padre, cuando empezó la despedida…
Para jóvenes, una hermosa historia de amor y legados..
“La lluvia sabe por qué”
María Fernanda Heredia
Grupo Editorial Norma Zona Libre
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Delfina carga pulseras y collares que son sonajas descabelladas. Viste grandes faldones de colores estridentes por ver si recupera a su padre, perdido en el orbe. Mientras, encuentra y recuera a Lucía y a Antonio, que coinciden en su taller de “bijouterie étnica” (así llama a sus artesanías hippies, no todas de muy buen gusto).
Lucía siente que muere un poco cada día desde la broma de la pijamada en que una de sus amigas le tomó una foto con el torso desnudo y la envió a las redes sociales. El escándalo fue inmediato y ahora demandan de ella favores, simpatía, explicaciones, perfil de la familia, disculpas, arrepentimiento. Para que no lastimen a su hermanita, debe acceder qa una cita “divertida” con Alvaro y sus amigos. Hay un plazo.
Se descarga de tensiones en un silencio apretado, ciñendo nudos en las clases de Delfina. Solo una vez rompe el mutismo…”Cómo no voy a saber de nudos, si mi vida es un gran nudo”
Antonio siempre temió que los pájaros se comieran las miguitas que marcaban a mamá el camino de retorno a casa. Mamá, siempre tan positiva, poniendo sonrisas y aliento a todas las adversidades: “saldremos de esta, ya verás”. Pero cuando todo empezó a desmoronarse, tuvo que partir a España, y dejar a su hijo con la familia de Beatriz, su hermana menor. Cumplía puntualmente con su mensualidad. No podía saber que Antonio era víctima del menosprecio de su tío, un escritorsucho resentido y perverso que cuando podía lo llamaba “arrimado” “mantenido”. Le queda el desquite de sus clases de natación. Ahí alivia furias con brazadas poderosas. Las lágrimas se confunden con el agua. Se siente pleno y puede enviar a mamá el mensaje de tres palabras para resumir el día.
Un día especialmente triste en que debe mentir las tres palabras –su mamá hace lo mismo a menudo, allende los mares- descubre a una chica triste y ausente –preciosa- en el autobús. La sigue y se asegura de que llegue bien a casa, aunque ella se asusta. Sólo su primo Leo sabe de ese cariño que sostiene, tímido, a la distancia.
Cuando todo desborde y se quede sin sus clases de natación, se refugia en el taller. Ahí está la chica, Lucía, ausente y ensimismada.
La noche de la tormenta, porque “la lluvia sabe por qué”, como dice Delfina, una desatará los nudos rigurosos y el otro tensará los suyos lo justo. Delfina sabe que las sonajas de sus collares ampulosos ahora suenan a encuentros, cobijo, justicia.
Preciosa. Abrigadita aunque hable del horroroso uso que algunos irresponsables hacen de las redes sociales para destruir y socavar, aunque destape una historia de abusos y desconsideraciones. Desde los doce, atreverse.
De jugar con los límites...
“Campos de fresa”
Jordi Sierra i Fabra
SM Gran Angular
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La vida de Luciana Salas pende de un hilo delgado, sumida en el coma inducido por la ingesta de una pastilla que todos tomaron por éxtasis. Todos sus amigos consumieron una ese viernes, incitados por Raúl, el más osado. Solo a la joven el “viaje” la condujo a ese estado. Ahora Cinta, Santi y Maxi, presas de la culpa y la angustia, intentarán ayudar a Eloy –novio de Luciana- a encontrar al camello que les vendió la droga, o al menos a hacerse de una píldora –más pequeña que una uña, con una inocente luna impresa como marca-, para que el equipo del doctor Pons pueda examinarla y así saber algo de su química letal.
La prensa, en la pluma inquisitiva, en la curiosidad sin límites de Mariano Zapata que escribirá una crónica memorable y cruda sobre los hábitos autodestructivos de los chicos que se adueñan de la noche para “irse del mundo” ; la Ley –el Inspector Espinós y su joven subalterno, colaborarán. Hasta Loreto, la mejor amiga de Luciana, ahora a punto de morir víctima de una bulimia que no da tregua a una familia tan inmersa en la desesperanza como los papás y la hermana de la desdichada víctima de otra droga de diseño, se movilizará y aportará para la vida.
Una fervorosa cadena de amor encabezada por Eloy dará con la cabeza de la red de distribución. Las manos amorosas
De Loreto, la voz de padres y hermana también habrán hecho lo suyo. Luciana –celebrada campeona de ajedrez, una muchacha bella, alegre, delicada- jugará su partida definitiva, por la vida. Jaque mate a la muerte aviesa.
La nota de tapa de la prensa del día intentará sembrar conciencia y golpeará donde duele para que la sociedad despierte del letargo.
Una novela fuerte que no disfraza ni elude. Pero que tampoco olvida que para lograr cambios, también hay que hablar la lengua del amor. Para jóvenes en situación de elegir, Para adultos que no deben dejarlos solos.
De aprendizajes e iniciaciones ...
“El bastón de plata”
Martín Blasco Grupo
Editorial Norma Zona Libre
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Iusuf tenía las herramientas vitales para la supervivencia. Las precisó apenas pudo tenerse en pie. Con padres tan pobres como los suyos, bien pronto buscó cobijo en los zocos de Bagdad, y se las ingenió por abrigo, afecto, alimento. Quiso el destino que pusiera sus ojos en Umar, y que se pusiera bajos sus alas de ladrón consumado. Por evitar la cárcel se convirtió en esclavo. Al cabo de ocho penosos años de duro servicio, en el mismo zoco lo vio: Umar, embaucando a otros inocentes. No lo toleró. Semejante paliza a un ser “libre” dio con sus huesos en un mazmorra infecta, donde se apagaron uno a uno sus sueños, su contagiante alegría, sus deseos..
Más por acallar los lamentos que por clemencia, se hizo cargo del viejo reo que compartía su celda, quien, en las noches de delirio se refería con desesperación al “bastón de plata” y al “ojo de azufre rojo”. Cuando el anciano se sintió morir agradeció los cuidados y le confió el secreto del bastón que portaba nada menos que la piedra filosofal que anhelaban los alquimistas del mundo. Debía encontrar a Abdu Rahman, su poderoso portador y para ello, trasladarse a Al- Andalus, cruzar el Ualad Kavir y llegar a las afueras de Córdoba.
El ímpetu, el ansia de desquite, la curiosidad guiaron entonces sus días. Nada más huir de prisión, dos años en el desierto
–camellos, tiendas armadas en medio de la nada, tormentas de arena- bajo la guía del buen Sheij Iahia, que compartió sabiduría y afecto sano. Luego, la travesía azarosa del Mediterráneo: el abordaje de temibles piratas y la decisión de lanzarse al mar –antes muerto que otra vez prisionero. Náufrago y desnudo para convivir pro tres largos meses con un mono, mientras deliraba con el bastón, el ojo de azufre…
Rescatado, llegó al la península, alumbrada por el esplendor de la cultura arábiga. Tuvo que manejar el azoro y la conmoción, porque lo movía una sola misión: dar con Abdu Rahman, apropiarse de aquello que lo convertiría en un ser poderoso y único.
Muchas sorpresas le deparará La vida a Iusuf. Llegará hasta el viejo y su báculo. Se le derrumbarán conjeturas y prejuicios. Creerá estar esperando el momento oportuno del arrebato . Mientras, empieza a amar al maestro y a despertar en él estima y adhesión. Empiezan para él días llenos de sustancia, con sus luces, sus sombras, sus dudas, su aprensión…
A la manera de las viejas sagas orientales. Con ese espíritu y esa contenida belleza. Pasajes plenos de vital filosofía.
La inmensurable hermosura del desierto, la increíble arquitectura arábiga, sus saberes. La complejidad del alma humana, acá, en esta pequeña joya
Ya se sabe: Márgara dialoga con la magia. La hace luz y certidumbre. Acá la pone a vivir en forma de dibujos que narran sobre el lomo de un gato libre y misterioso –por eso su nombre: Viento- que un día se pone en el camino de “Laguna”, una niña torpe a la que las cosas se le escapan, irremediablemente, para ayudarla a ordenar sus días, sus vínculos, sus emociones.
Viento narra pedacitos de historia con los dibujos de su lomo oscuro. Retacitos que la niña empieza a entender cuando él decide volver la calle, a las manos amigas de ese niño que en el barrio del hambre le dio cobijo y razones.
En casa, Lili –la hermana-, mamá y papá acompañan con silencios cariñosos y búsqueda el dolor de la pérdida. Pero como en los sueños de Laguna, un día las puertas se abren, y Viento retorna en compañía de las zapatillas rotas, el gorro gastado, esa mirada y esas manos, las de “Arbolito”. Sumergite en esta historia hecha “de a pedacitos”, aunque es una –lo dice Lili- para aprender de una clase de amor que no claudica
De adolescencias sufrientes...
“Tony”
Cecilia Velasco
Grupo Editorial Norma Zona Libre
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Lacerante. Recorriendo esta nouvelle uno empieza a ver con ojos de comprensión, con gesto menos adusto a quienes creemos disfuncionales, responsables de acciones y conductas perturbadoras.
Chicos que padecen alguna forma de maltrato, consecuencia de sus capacidades diferentes, su aspecto físico, su perfil.
Tony es hijo de un chino que puso en él muchas expectativas. El chico no pudo colmarlas y es víctima de abuso y destrato. A menudo es protagonista de hechos desgraciados, porque siente que debe responder por el menosprecio que recibe su figura endeble, sus ojos rasgados. Michele lo contiene, porque ella padece la prepotencia de su hermano, poco menos que un energúmeno.
Pedro siente que muchas veces é, sus hermanos Miguel y Paula, su mamá –que se las apañan solos en la vieja casona de señorial pasado en la que viven- son como grandes osos: se gruñen, se reconocen, se cobijan, se aman. Quiere superar su falta de iniciativa…¡le cuesta tanto emerger de la abulia!
Ale es corpulenta. La respetan porque lanza el disco como nadie y es campeona de ajedrez. Pero sufre por Martín, su hermano, víctima de un severo retraso madurativo que avergüenza a sus papás.
Recalan todos en el mismo colegio público .Son los más golpeados por el trágico final de Julia, esa chica que siempre fue un misterio, una sombra, un silencio que sólo se hacía luz desde sus esculturas e instalaciones. Julia, que parecía a salvo al amparo de Consuelo, tan dueña de sí, tan segura, tan decidida, tan querida.
Todos –menos Julia, que toma la determinación de segar su vida- toman la palabra en primera persona para dar cuenta de angustias, quereres, afectos. Todos reconocen un puente, un amparo, un poco de tibieza en su profesora de lengua.
Leerla para empezar a entender por qué territorios de ausencia deben andar a veces nuestros adolescentes.
“El `lunático’ y su hermana Libertad”
Paul Kropp
Grupo Editorial Norma Zona Libre
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Es difícil vivir con Rick, un sobreviviente de Wodstock, plantado en sus principios y hábitos anticonsumo. Sharon lo soportó hasta que cerraron su tienda naturista y lo acusaron de “vender droga”. Lo dejó a cargo de Liber (Libertad) y Ian, cuando eran niños pequeños e indefensos.
Liber se rebela contra el mandato familiar . Está haciendo esfuerzos por “pertenecer”, aunque deba contrariar su propia sólida personalidad.
Ian es un chico solitario, sagaz, superdotado, que no encaja en el mundo. Se piensa un ser de otro planeta. No comprende ni acepta la estupidez humana. Padece persecuciones y maltrato.
Rick sostiene su peculiar familia con una pequeña librería temática. Percibe que algo funciona mal en casa. Cuando Sharon, que ahora triunfa en California, se lleva a los chicos de vacaciones –logra deslumbrar a Liber; Ian desdeña tanto absurdo consumismo- decide un cambio de rumbo: remodela “El rincón de Rick” y lo convierte en una librería comercial.
Entonces lo allanan , lo acusan de “vender pornografía” y es sometido a juicio.
Liber perderá su entorno de alegres amigos, habitués de shopings y centros de diversión. Ian logrará amedrentar al grupo que lo acosa, pero teme el gozo y la crueldad que experimentó vengándose de sus enemigos: se siente “apenas terrestre”.
Cuando Rick es finalmente declarado “no culpable”, los chicos deciden y eligen. Ian rechaza se parte de un grupo de “especiales dotados”: tiene que aprender a convivir como un terrícola más. Liber abandona la idea de quitarse la mochila de las dificultades mudándose con mamá -habitación , colegio, ropa nueva, auto- y se une al pequeño núcleo de su hogar de siempre. Vuelve a cargar de sentido su nombre y junto a su hermano, deciden dejar testimonio de su maduración : este libro, en primera persona, a dos voces: la de Ian, la de Liber. Ambos hablan por Rick, lo reivindican para el amor y para la vida, como el mejor referente para aprender a vivir un destino digno de libertad.
La libertad es siempre un alcázar difícil de conquistar. Acida, mordaz y a la vez, conmovedoramente entrañable.
Que pregna en el alma...
“Click”
David Almond- Ewin Colfer…(colaboración de diez autores)
Grupo Editorial Norma Zona Libre
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Intenso. Conmovedor. Un “cadaver exquisito”, sí, pero narrativo. Una pequeña matrioschka de palabras con sentido y destino. Diez autores para narrar historia y trayectoria de G Keane y su descendencia. Días y hábitos de un gran fotógrafo que atravesó el mundo, sus guerras, momentos de prodigio y miseria, cámara en mano. Dejará a Meggie, su nieta, una misteriosa y delicada cajita de siete compartimientos. En cada uno un caracol. Y un deseo “devuélvelos a todos”. A su sitio. Ella descubre que los siete son testimonios amorosos delugares y situaciones especiales dela vida del abuelo, en los siete continentes.
A Jason, el nieto, legará sus mejores fotos…y su vieja cámara de cajón. Sabe que el niño está enojado y confundido –en casa le confiaron que es adoptado- y que busca quién ser. Será un gran fotógrafo y un entusiasta itinerante él también .Dejará su vida en una lejana playa, muy temprano.
Meggie surca una vida de venturas y llega al lugar de cada caracol, para devolverlo a su mar…menos el último: trabajo para la hija de Jason, que la acompaña en la fase final de su travesía, y también porta una cámara para construir sus días.
Cada capítulo de este puzzle que encaja prodigiosamente con los otros, fue escrito por una persona diferente. En cada uno una vida que de alguna manera quedó impresa en las películas, en la memoria, en los afectos de G, el gran viajero, el intenso filántropo.
Lo celebro y convido a festejarla, lectura amorosa -morosa también, que se lo merece- mediante.
De pesadillas con raíces
“Tres cisnes bajo la luna”
Norma Huidobro
Ediciones Abran cancha - colección Tres gatos locos
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Irina no quiere volver a casa de la abuela , en la isla. Nada queda ahí, más que recuerdos oscuros de la crueldad de Rosario, que nunca la quiso, como tampoco pudo querer a Eugenia, su tía, ni sus papás, muertos en un accidente cuando ella tenía dos años. Vivió en esa gran casa amparada por Eugenia hasta los nueve. Entonces se fueron a Buenos Aires y empezó para ellas una vida nueva, ensombrecida solamente por las recurrentes pesadillas de Irina: el lago, los tres cisnes, la luna llena.
Debe volver por una semana, porque la tía debe hacer un viaje de trabajo.
La abuela está más fastidiosa y cruel que nunca, víctima de un acv. Siguen allí Amelia, el ama de llaves, e Isidro, el jardinero. Habrá también una enfermera dulce y jovial –Carla- y una cocinera, ambas cuidando a la abuela y asistiendo las necesidades de unos y otros.
Pronto Irina descubre que la luna y el estanque se corresponden con el paisaje…¿y los cisnes?. Vuelven las pesadillas, y hay movimientos y hechos que la inquietan. De a poco primero y a borbotones, surgirán recuerdos terribles, que su mente niña guardó muy adentro, para que no dolieran tanto. Se caerán caretas. Muchas cosas se harán comprensibles. Eugenia restañará heridas. Una novela de enigmas (policial, negro, sería el género) a las que nos tiene acostumbrados Norma Huidobro, que engarza personajes, ambientes, clima, cada vez con mayor maestría. Para jóvenes.
Rastrear en los orígenes...
“Mi abuelo Moctezuma”
María García Esperón
Edelvives Colección Alandar
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Isabel debe enfrentar el trabajo. Presentación de su árbol genealógico. Prueba que desciende de Moctezuma, nada menos. El profesor se lo toma a risa –“y yo desciendo de Arquímedes”- , Francisco Corta, español, buen mozo, atento, no. La invita a tomar un café, en la Biblioteca Nacional, ahí, en ciudad de México.
Así empieza todo. El encuentro con Augusto Zubirí, historiador genealogista; la aventura del descubrimiento del códice de Moctezuma, de puño y letra del gran emperador; los intentos de un poderoso industrial coleccionista por apropiárselo; la intervención del “guarura” de Francisco, que como hijo de diplomáticos tiene guardaespaldas.
Una aventura entretenida ,con la dosis justa de misterio, amor, complicidades, datos de la historia y de la mitología mexicana, que se acompaña con un nutrido glosario para los términos en náhuatl , que es sustrato lingüístico del otrora imperio de la gran Tenochtitlán. Un periplo que dejará una amistad entre Isabel -la pequeña adolescente de gafas, descendiente de Moctezuma- y Francisco –que retornará a la patria por poco tiempo- ,lazos indelebles entre Norberto y Augusto Zubirí …y las disculpas del profesor de Historia, faltaba más. Para adolescentes.
Crecer desde el amor...
“Ella cantaba (en tono menor)”
Antonio Santa Ana
Grupo Editorial Norma Zona Libre
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La protagonista de esta novela intimista y delicada es la música. Jazz, rock nacional ligado a los grandes sueños de los 60 y 70, funk, bolero, envuelven a Pablo, que debió abandonar la guitarra y abordar el bajo para acoplarse a la banda; Francisco,
Un trompetista que quiere ejecutar y cantar como Chet Baker, ahora que vino desde El Bolsón a Buenos Aires por cuestiones económicas ; Diego, que compone y es fiel a su guitarra, y ya no quiere hacer música pasatista; Guadalupe, que entona boleros entrañables en tono menor, mientras busca denodadamente su lugar en el mundo: es argen.mex, está en Buenos Aires a causa de la separación de sus padres, acompañando el regreso a casa de su mamá diseñadora.
Sobre encuentros, desencuentros, primeros desengaños, la dificultad de crecer y elegir (Pablo vive con mamá, su nueva pareja y su medio hermano, pero mantiene relación fuerte con su papá, Ernesto, un arquitecto nostálgico y reservado que adora al flaco Spinetta. Es un chico parco y con problemas para entablar relaciones . Cuando Guadalupe cierre la relación que ella misma inició , se siente morir) trata esta nouvelle encantadora “de época”.
Diego sabe qué quiere desde siempre. Participa en grupos de militancia y lo suyo son las Ciencias Políticas. Francisco vino del sur con un objetivo: la música. Guadalupe regresará a su otro hogar, México. ¿Y Pablo?. Se debe una gran charla con Ernesto. Lo dejamos buscando esa intimidad.
Entrañable. Los amantes de la música van a hacer un montón de interesantes descubrimientos. ¡Yo los hice!. ¡Fantástica!
De maltrato y discriminaciones
“Si alguien te espera”
Lydia Carreras de Sosa - María Jesús Alvarez Macmillan
“Todos distintos”
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Apenas Itatí atenúa esa sensación de vivir en una mundo, una vida de prestado, apenas exorcisa su angustia mirando desde afuera su propia historia –la escribe como la vivió- contada en una obra de teatro por la que gana un concurso…en forma de rumor, solapada, esquina, estalla la verdad que por protegerla ocultaron su tutora, las maestras, el director del colegio: “la mamá de ´Paraguay` está presa”.
Entre miradas de asombro, comentarios torvos, un inmenso vacío hacia la niña, se sabrá que Marcela es la abogada de su madre, que el caso está a punto de resolverse, que Itatí no tenía quién se hiciera cargo de ella hasta entonces, y que creció y se educó en una cárcel. Ello no le impidió ser aplicada, seria, responsable, afectiva.
Tendrán que intervenir el aplomo, la madurez y aún la osadía para que esta nena, querida y aceptada hasta saberse su origen, recupere a bocanadas de angustia las riendas de su destino, y para que un mundo soterrado salte a la luz y conmueva los cimientos de nuestros prejuicios, nuestros miedos, nuestra crueldad.
Valiente. Atrevida. Bien armada. No esquiva nada. Todo tiene nombre y se perfilan claramente los buenos, los malos, los hipócritas, los crueles, los indiferentes, sin subterfugios. Además, es un libro de bello y delicado diseño que contiene –en manuscrita- el Diario donde Itatí vuelca alegrías, pesares, angustias, anhelos… Desde los once. Casi imprescindible
El amor a tu lado...
“Foto Estudio Corazón”
María Fernanda Heredia
Grupo Editorial Norma - Torre de Papel Amarilla
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El pueblo de Agustín es pequeño; el nombre “Los altos cerros de San Ignacio del Corazón de Jesús”-, demasiado largo. Los puebleros le dicen “Corazón”, a secas. En la familia, todos los varones heredan el oficio del tátara abuelo: fotógrafo. El estudio se llama “Foto Estudio Corazón”. Agustín ayuda a papá en las tareas, sobre todo ahora que mamá y Valeria se mudaron a casa de los abuelos, ahora que mamá tiene otro novio con el que se va a casar, ahora que papá está tan triste. Por eso se quedó con él, en la casa de siempre.
Para desandar los días tiene a Clara, la única chica que no es una pusilánime que adora el rosa, la única desprejuiciada…una niña que parece un chico. Cuando descubre en el estudio de papá esa foto ¡se enamora perdidamente! ¿En quién confiar?: en Clara, que no se impresiona: “se llama Alegría y va a mi clase”.
Agustín es esmirriado y tímido. Dueño de orejas y ojos enormes. ¿qué hacer?. Escribirá cartas preciosas y convincentes y usará a Clara como correo. De vez en cuando una foto que haya pasado por su habilidad de “cirujano fotográfico”. Eso sí: sólo el torso, los ojos, las orejas, para que Alegría se haga una imagen que lo favorezca. Las cartas tienen respuestas que estimulan. Debe ser hora de darse a conocer. Clara duda y quiere ponerlo sobre aviso. ¿De qué?. Agustín lo hará pocos días después de haberle hecho a la chica de sus sueños una foto carnet. Alegría ya lo registra …¿o no?.
¡Ay! Si fue extraño que la chica no reconociera a Clara en el estudio Corazón, qué pensar del menosprecio cuando se atreva a abordarla, después de tantas cartas que fueron y vinieron. Un final con sorpresa y azoro. De las buenas, que hacen justicia, además. Valiosa y muuuy entretenida. Desde los once.
Ponerse en los zapatos de otra...
“Una historia (más) de princesas”
Toño Malpica
Grupo Editorial Norma - Torre Azul
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Algo anda mal. Oli Núñez viste como princesa, habla como tal y solo acepta “lo que es apropiado”…no a su hermano, que es un energúmeno; no a sus amigos, no son dignos de una princesa, y a pesar de que la consienten mucho, siente que sus papás no están a su altura.
En otro lugar, Coqui –María Ursula Rococó Talesitana, duquesa de Mermerodia-, que ES princesa, está harta de que la escolten, la vistan, le impidan jugar con Florial, le recuerden que “no es propio de una princesa”…
Así surgen el concurso y el intercambio, promovidos por el hada madrina de una y la Tía Ingrid de otra.
Una descubrirá que ser princesa no es como se lo imaginaba: papás enfrascados en meros caprichos, ningún límite para nada, horas vacías en un mundo lleno de cosas. Otra, que la vida prolija al extremo de una niña sin amigos, sin afectos –los rehuyó siempre Oli, por “inapropiados”- no se puede tolerar. Cuando intentes operar cambios, cuando desesperen y admitan “daría mi vida por…”, cada cual vuelve a su lugar y suposición, pero con otra mirada. Una será la niña capaz de reir, jugar ,permitir que la ensucien, la toquen y llegará a límites insospechados de alegría y plenitud. Otra ordenará su mundo con menos cosas y más afectos. Escuchará consejos, demandará cariño y pondrá freno a los caprichos que la embrutecen.
Qué decir. Para divertirse, lógicamente, pero también para mirarnos un poco, a ver cuánto hay en nosotros de Olis y Coquis. Desde los once, me parece.
De magia y realeza...
“Yo era una reina delicada”
Laura Palacios
Ediciones Abran cancha - Colección Caballo bayo
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Fue una sorpresa en el otoño de los reyes. La tutelaron y velaron por su educación las más buenas hadas, que imprimieron su nombre ven lo más delicado de su piel. Se consagró a crecer y a dialogar con los espejos. Descubrió en la torre oscura a la bruja pitonisa, que le enseñó abecedario, cálculo, el secreto de los astros y los saberes herméticos de sabios y filósofos.
Cuando a los trece la conminaron a elegir esposo, huyó, con un espejo distante, una agujita de oro y una porción de pastel interminable que le cedió la pitonisa, después de rogarle que se quedar. “Sabrás cuando usarlos”, le dijo.
No supo cómo la atrapó el caballero de nieve de sombrero azul y plumitas de búho. La dejó en un territorio habitado por muñecos de nieve. Todos tenían ojos luminosos de piedras preciosas y graciosas naricitas de fruta. “Estamos hechizados. El gran mago robó nuestros nombres y no recordamos quiénes somos”
Urgía recuperarlos antes de la primavera, antes de que se derritieran. Entonces la reina delicada usó el espejo distante y vio el lugar en que la mamá del mago ocultaba el cofrecito con los nombres. Recuperarlo fue un desafío para el que precisó la agujita de oro. Hubo que sortear la prueba impuesta por esa bruja que guardaba magia y crueldad en el gran rodete que coronaba su cabeza maldita…
Extraña. Atrapa muy de a poquito, con un relato en primera persona engarzadito de belleza sutil.
De fortalezas y amistad...
“¡Qué guapa tu madre!”
Lydia Carreras
SM El barco de vapor serie roja
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Branco –once años- disfruta tanto de sus dibujos –es especialista en historieta, y su personaje preferido es el Corto Malté- se esmera tanto en ellas después de haber tomado clases a distancia con Hugo Pratt- que casi no siente el peso de quedarse solo por las mañanas en el departamento que alquila Andrea, su mamá, desde que se mudaron de lo de los abuelos, en Córdoba, porque ella necesitaba independizarse y forjarse una vida nueva, ahora que papá es un doloroso pasado.
Tenía una niñera que ya no puede venir. Mamá no acierta a encontrar un reemplazo. La preocupa estar tan absorbida por su trabajo, que la mantiene fuera todo el día, lejos, hasta bien entrada la noche. Delma, la señora metiche del mercadito de la planta baja, aunque molesta un poco con sus nada discretas observaciones, es la única que percibe una nube en la mirada de Andrea, y le pide un teléfono, por si acaso.
Mientras desempeña sus labores con buen criterio, Branco se cruza con el señora Otto, que vive en el mismo piso, dos puertas más allá. Debe llevarle una carpeta que olvidó en lo de doña Delma… Su vida dará un vuelco. Tendrá el maestro que anhelaba. Tocará el cielo con las manos. Su trabajo con trazos y tintas alcanzará el borde de la perfección. Tanto , que cuando ocurre la gran explosión por la pérdida de gas en el edificio, los bomberos podrán jurar que reciben al niño exánime de brazos de un personaje extraño y etéreo –el Corto-. El número pedido por la vecina, su mirada incisiva, habrán torcido un destino de tragedia.
Lydia Carreras, tan sensible a las problemáticas sociales de nuestros días, ficcionaliza a la vez que historia el trágico escape de gas que sumió a la ciudad de Rosario en el horror y el desconcierto. Para recomendar fervientemente, desde los once.
"Mas polvo enamorado..."
“Muerto, maldito y enamorado”
Rosa Huertas
Edelvives Alandar (X Premio Alandar)
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Elisa vive con su papá –heredero de una vieja zapatillería- con Carmen, su hermana, y con la abuela Milagros, en la tradicional calle Toledo, en el casco histórico de Madrid. Lo que es orgullo del padre fue agobio para mamá, que se fue, buscando otros aires. Elisa es pequeña y vulnerable. Se apoya en Ricardo, su amigo africano, otro raro que solapa su timidez y sus problemas en el dibujo. Sus padrea adoran a la chica, pero el de ella, conservador, no tolera al joven.
El día que Carmen –que detesta la literatura- encarga a su hermana una investigación sobre vida y obra de Lope de Vega, la vida de Elisa se conmueve hasta los cimientos. Cuando retira el único libro que queda en la biblioteca en el sector correspondiente –extraño un solo ejemplar para un autor prolífico, ex alumnos del colegio, además- se siente morir: se le manifiesta un espectro con un solo ojo, que la llena de pavor y de un frío sobrenatural. Carmen insiste: “si no lo hacés, desapruebo.
Así comienza esta aventura, que llevará a Elisa a lugares, tiempos e historias insospechadas. El espectro debe recuperar su memoria y sobre todo su nombre, para poder abandonar el ámbito de la biblioteca y sortear la maldición que sobre él impuso Lope. Si acompañás a la chica –cuando uno se conecta con un espectro, muchos otros que no descansan hacen sus peticiones- harás un derrotero por territorios pavorosos, pero conocerás detalles interesantísimos del Madrid del siglo XVII y de la vida peculiar del genio del teatro del siglo de oro. Sabrás del poder luminoso y también oscuro del amor. La acompañarás a casa de Lope y verás en el espejo del dormitorio de su hija menor el fantasma de la niña, el gran amor del fantasma tuerto, maldito y enamorado.
Carmen hará lo suyo, porque entusiasmada con los visos de los sucesos –ignora cuánto sufre su hermana, presa ahora de dos amores- descubrirá el nombre buscado. Ricardo tendrá la misión más importante: ofrecer sustancia corpórea al enamorado… Esoterismo, buena Literatura, profundas reflexiones sobre el amor y la fidelidad. A mi juicio, con todos estos ingredientes, PRECIOSA. Para jóvenes (y enamorados)
Hacerlo en equipo...
“El faro de la mujer ausente”
David Fernández Sifres
Edelvives Colección Alandar (XI Premio Alandar 2011)
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Cinco chicos de diferentes nacionalidades serán nucleados cuando ganen un premio de perfeccionamiento en francés, en Bellemer, una de las sedes del desembarco aliado en Normandía durante la segunda guerra.
Mientras perfeccionan el idioma se los invita a conocer la fatídica historia del lugar. Franz y Henry –alemán e inglés- , testigos de la alianza de por vida de dos supervivientes de bandos contrarios, derribarán sus mutuas reservas y entablarán una amistad construida desde el rechazo inicial. Gabriella –bella y vital italiana- y Klara –después sabremos que en su caso el viaje es un premio de una fundación a enfermos terminales- acompañarán a Hugo –español- sobre todo desde la experiencia paranormal por la que cree haber sido testigo de un asesinato sin lograr hacer nada por evitarlo. Todos se hermanarán en torno a esa obsesión del jovencito y trazarán estrategias para develar un misterio. Muchos enigmas deberán aclararse. Caerán máscaras sostenidas por décadas, surgirán identidades atormentadas que vivieron tras la fachada de nombres como “Bernard”, guardián del faro, Mathieau Schwaller, director del orfanato.
Una historia densa sobre destinos aciagos que impone una guerra que se cierne sobre unos y otros, para segar vidas, sueños, amores,. Un testimonio valiente sobre los esfuerzos por sobrevivir alodio, el dolor, el resentimiento, las pérdidas.
Atrapante, bella, digna, sobria. Un llamado a la paz de los pueblos. No te prives. Adolescentes.
Recuperar afectos y volver a las raíces...
“Vuelta al sur”
Mario Méndez
Edelvives Col. Alandar
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Cuando Pablo salió de Trelew para radicarse en Mar del Plata a terminar su carrera –Periodismo-, sabía muchas cosas de su abuela, la Mena. Se hablaba de ella con resentimiento. Cuando ya instalado en Buenos Aires sintió que algo no funcionaba en su vida, y que su permanencia en el diario dependía de una idea original, cuando la halló: Historias de viejos lindos… supo que le darían las fuerzas para encontrarla. Quería escuchar esa historia tantas veces repetida desde la mirada de ella; Filomena Juliana Benavidez. Solo sabía que estaba en Buenos Aires, esa ciudad inmensa, tantas veces cruel y marginante.
La metrópoli lo estaba expulsando cuando al fin dio con ella. Ya no tenía trabajo, ni novia. Por eso la idea tan osada de convidarla al sur, a cerrar una historia de dolor y desencuentros. La Mena, Julita, tan vital y valiente, aceptará el convite como el más grande desafío, aunque flaquee más de una vez en el trayecto.
De ese viaje desde la gran ciudad al sur que purifica, del derrotero de la abuela desde los tristes días de infancia en una pequeña aldea chilena, hasta la necesidad de volver a ver a sus hijos, de las muchas pérdidas, del abandono, de la soledad, de la portentosa capacidad de reponerse aunque muchas veces decaiga la voluntad de llegar hasta el final, trata esta linda novela de viaje. De viaje: por las rutas de un país inmenso y por los hitos fundamentales de una vida: la Mena, Julita. Dos hijos a los que tuvo que dejar. Un amor perdido. La incomprensión de la familia. El silencio de Francisco –papá de Pablo- el rencor de Helena… Dos viajes y una posibilidad.
Cuántos destinos habrá así de azarosos. Qué bien que alguien pueda poner la palabra, para que los aparentes silencios, las ausencias dolorosas, los abandonos que no se explican encuentren un motivo. Qué bien que alguien se atreva a proponer la maravillosa oportunidad de restañar heridas, aunque sea lejos en el tiempo y en el espacio.
Saludable. Entrañable. Reparadora. Jóvenes y adultos
Reencontrarse en los ojos del otro...
“La mirada de la luna”
Jaume Cela I Ollé
La Galera - Colección Grumetes
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El encuentro –fortuito primero, querido y buscado después- entre Daniel y Bartomeu, será sanador para ambos. Daniel, hijo de la portera del edificio, a quien mamá debe traer al trabajo porque papá está en proceso de recuperación, es un niño que sufre, aunque lo disimule admirando a Rambo y cuanto héroe de serie demuestre fuerza y poder.
Bartomeu es un anciano que carga con el enorme peso de la culpa por la muerte del amigo que fue hermano. Sobreviviente
De la guerra civil española que se llevó la vida del amor de su vida, donde combatió con los republicanos, combatiente junto a Jordi, el hermano de vida, en la resistencia francesa de la segunda guerra.
Cuando el viejo descubra el por qué de los terrores del niño, quién es esa “Mancha” de aliento alcohólico que lo martiriza, podrá él también restañar su duelo por la muerte temprana de Jordi, de la que siempre se sintió responsable.
Sobria y medida. Una amistad hecha de charlas, paseos, pero sobre todo de encuentros en torno a la lectura y los libros, redime a los protagonistas desde el sufrimiento agónico a la gozosa aceptación de mejores destinos. Para jovencitos.
Del amor que es para siempre...
“Aunque diga fresas”
Andrea Ferrari
SM Gran Angular
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Ayelén vive con sus papás en Madrid, aunque nostalgia con Buenos Aires donde quedó su hermano Bruno. Fernando muere por volver a Ecuador. Claudio no quiere regresar a Colombia, a pesar de que él y su papá tienen problemas de residencia –son ilegales- y eso conlleva dificultades económicas y de salud –papá José padece insomnios, úlcera y ahora verdaderos ataques de pánico-.
Sergio es madrileño. Lo tiene todo y sin embargo se queja de “falta de libertad”. Un día decide cambiar su vida con la de Claudio. No imaginan que es solo la primera apuesta fuerte que juegan en la vida. Todos se verán envueltos en una vorágine de acontecimientos que los unirá y los obligará a replantear posturas.
Los sucesos serán la “Historia del mes” en un diario local, cuando Ayelén –que decide quedarse en Madrid- se sienta convocada por un concurso. Atrapante. Con todo el brío y las dudas de los proyectos adolescentes. Para jóvenes.
Dolores que se callan...
“Hay palabras que los peces no entienden”
María Fernanda Heredia
Alfaguara Juvenil
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Cuando Francisca recibe el llamado y ab re la puerta, cree que los días de soledad y miedo se terminan. Ahí está el pequeño labrador, negro, tibio, amigable. Se lo ha regalado Miguel, su hermano, que debió irse de casa cuando se negó a seguir la carrera elegida por papá.
Papá es violento, denso, frío. No acepta al cachorro, y la niña deberá deshacerse de él. Quebrada, lo lleva a la tienda de mascotas. Ahí está Julián, que también carga un dolor largo. Vive con el abuelo veterinario, la única luz de su vida, porque su padre padece desde hace muchos años una profunda depresión que lo ha convertido casi en un niño sombrío.
Papá no solo golpea con órdenes y miradas gélidas. Puede apelar a las cachetadas, puede anular a mamá, que no se atreve a enfrentarlo, revisar los mails de la chica, impedir que Francisca vea a Miguel y su pareja…cuando después de los golpes lo muerde el remordimiento, reemplaza el perro por un pez. Francisca lo mira, distante y sordo y siente que ella también vive en una pecera de la que solo emerge cuando, después de clases, visita a Solón –así llamó a su labrador- y a Julián, que lo cuida.
Algo –terrible, definitivo- deberá pasar para que en la vida de estos dolientes se abra una hendija, una pequeña grieta por la que entre la luz. Quizás ese algo se inicie en la cola festejante de un pequeño cachorro, o en los ojos glaucos y lejanos de un pez en su pecera silenciosa.
Lacerante, y aún así, entrañablemente hermosa
Fantasy del nuestro...
Saga : “El último reino” – “Heredero de las hadas” - “Heredera de dragones”
Leo Batic
Ediciones “B”
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Conocemos a Leo Batic como el gran investigador, el exquisito dibujante de seres mitológicos: duendes, hadas, dragones…Ahora, como miembro de la “Cofradía de la luna llena” nos ofrece su primer saga fantástica, ambientada en Buenos Aires. Aquí y ahora.
Sofía es una adolescente que vive con su mamá adoptiva -papá ya no vive con ellas- y tres tías excéntricas, extrañas, un tanto sobreprotectoras. Un día –precisamente el de su menarca- se siente trasportada a otra dimensión: asediada por un mundo de seres fabulosos que le recuerdan una de sus más persistentes pesadillas: la de estar envuelta en una burbuja gelatinosa, custodiada por grandes dragones marinos.
Tendrá que aprender que no es un ser como tantos: es “heredera del último reino”. Fue la niña entregada al cuidado de hadas y dragones, cuando los reyes sucumbieron al asedio de Ragarath y su legión de seres oscuros.
Tiene papás adoptivos porque sus tías –parte de esas hadas de antaño- estuvieron cuatro décadas vagando por América buscando la familia apropiada para la heredera, salvada y cobijada en el seno de una dragona a la espera del tiempo propicio para “volver a nacer” en Buenos Aires.
Ahora Ragarath, hada pérfida que demanda el trono para dominar el mundo, sabe dónde se refugia, bajo qué identidad, y pondrá todo el mundo mágico que responde a su mando para destruirla.
No tiene el misterio ni la belleza metafórica, ni la pujanza mística, ni el brillo literario, ni ha logrado crear un mundo tan querible como el de Bodoc, como los de Averbach, pero tiene un interesante manejo de los tiempos que convierte la lectura
En todo un desafío, y ha sabido perfilar personajes entrañables y reglas propias para vivir en “esta realidad” y en ese mundo paralelo, simultáneo, que parece responder a la “teoría de las cuerdas”.
Bienvenido pues a la cofradía del Fantasy argentino. Habrá que esperar el cierre, tomo III
El dolor de casi no ser...
“La piel de la memoria”
Jordi Sierra i Fabra
Edelvives Col Alandar
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Kalil Mtube desgrana su historia. Vivía en una pequeña aldea africana. Mabalébala, Mali, cerca de Burkina fasso. Creía ser feliz. Mayele Kunasse, el sabio del lugar, le había prevenido: el mundo es inmenso y cruel. Cuando su padre lo vendió por quince dólares, pudo comprobarlo. Zippo –el hombre de muchos nombres- lo llevó grandes distancias, junto a otros niños, usando la lengua dura de su vara, y los grilletes.
Fue destinado a un campo de cacao en Costa de Marfil. Desde el primer día brilló en sus ojos la luz de la rebeldía. Manu Sibango, su apropiador, lo supo , y truncó siempre huidas con castigos cada vez más rigurosos. Kalil buscaba en las noches la estrella de Kebila Yasse, su madre, que le había dicho que iba a estar en el cielo abierto, brillando para él.
Se hizo casi hombre en los cultivos. Padeció hambre, dolor, miseria. No había solidaridad ni siquiera entre quienes corrían la misma suerte. Cuando Naya llegó a sus ojos, su rebeldía se aplacó. Buscó ese calor y esa complicidad. Se vengó duramente del hombre que la maltrató. Pero la joven murió tras dar a luz al niño concebido tras reiteradas violaciones.
Entonces ya no temió la furia del patrón. Huyó.
Hubo meses de tegua en Daloa, la vieja ciudad donde se le brindaron Ama Naru, la segunda mujer de su vida, y Masa Bissou, el maestro que le enseñó a leer y escribir porque con eso le entregaba la llave de la libertad.
Pero el tiempo del dolor iba a prolongarse. Junto a otros niños y jóvenes fue atrapado para ser parte de la mercancía a trasladar en un viejo barco, que navegaría furtivo y oscuro en pleno océano.
En la más límite de las situaciones vitales, Kalil comprenderá que hubo destinos más ominosos que el suyo, que el de Ieobá Bayabei, su compañero de infortunios desde el principio, cuando escucha el duro nihilismo de Big Ngu, mercenario en todas las guerras, su último compañero de padeceres en el vientre asfixiante del barco de esclavos. Comprende que en su vida hubo al menos luz de amor _Kebila, Naya, Ama, Mayele, Ieobá, Massa…- y una esperanza imbatible, perpetua.
Tal vez lo salva el cúmulo de recuerdos amables, y la voz de su madre, que parece decirle “te están llamando”, cuando él cree haber llegado desde el tubo infecto de su último escondite, al país de las estrellas.
Un testimonio valiente de este autor que no evade responsabilidades. En el apartado “Agradecimientos y recuerdos” , las cifras de la ignominia, en pleno siglo XXI. Niños esclavos, guerreros, explotados , expulsados de sus pueblos, refugiados en grandes campamentos, en pleno desierto. Se cuentan por millones. Son demasiados para que lo soporte fría la conciencia universal. Mis respetos y mi admiración, Jordi Sierra.
Sanar el alma...
De lo que hay que hablar...
El amor llama dos veces...
Cuando Josep siente a su lado algo de la tibieza de la fraternidad se atreve a confiar el terrible secreto que los cuatro varones Centenera juramentaron guardar cuando desembarcaron –l905: huían del hambre y del posible alistamiento para la guerra de Melilla, en España- en el puerto de Buenos Aires.
Cuando le narra a Encarna la triste historia de la pérdida de sus padres, la decisión de Lupe de desposarse con el mísero dueño de las tierras que cultivaron siempre, la iniciativa de Francisco –el mayor de los varones- de cumplir el deseo de migración que habían alumbrado cuando eran una familia completa, el largo y azaroso viaje junto a una abigarrada multitud de pobres que también soñaba con la América…se lo dice (es que Encarna apremia “en tu relato me falta una niña”).
Entonces se pone en marcha una maquinaria sutil de búsqueda –que encabezarán don Juan Parelló, el patrón, su amigo de siempre, el juez Modesto Valero- , una trama de secretos y mezquindades -Elisa, Candelaria, Ramón Caballero-, la tormenta afectiva y moral de quienes juraron enterrar el secreto: Francisco, Josep y los mellizos Salvador y Domingo.
Cuando el peso del juramento enloquece a uno de los gemelos, Josep sabe que hizo lo correcto, a pesar de la ira y el rechazo inicial de Francisco.
Su tenacidad –junto a la invaluable perseverancia de Don Juan, el juez, Encarna y otros compañeros de trabajo- permitirá deshacer una urdimbre de horrores… y recuperar del pozo más profundo a la pequeña María .
Un sobrio, contenido y luminoso tratado sobre las pasiones; las que enaltecen y las que envilecen. Un testimonio basado en hechos reales. Una historia que pudo ser definitivamente trágica y destructiva, pero que no lo fue por el coraje de un adolescente, y el apoyo de un entorno sano. Jóvenes y adultos, no abstenerse.
Para detectives sagaces...
“Los dos Giménez” Griselda Gambaro Alfaguara juvenil
Entretenida. Dinámica. Sutil. Justiciera. Pico Dormido se conmueve con la noticia del asesinato del capitalista usurero del pueblo. El comisario deberá desperezar su modorra, y hacer que su ayudante –Facundo Giménez- investigue el caso sin abandonar las tareas habituales que le facilitan los días: mantenerle el parque, hacer los mandados y otros menesteres. Quizás haya ascenso, se ilusiona.
Giménez se aboca y cuando encuentra en la escena del crimen una vieja cigarrera con las iniciales FG, se alteran los cimientos de su moral: Francisco Giménez, su inseparable amigo de infancia. Deberá ir a buscarlo, después de décadas de haber abandonado juegos y complicidades, a la vieja chacra que heredó de su padre. Irá una y otra vez, y se retirará siempre antes de escuchar la confesión, que duele a los dos por igual.
El comisario reclama premura. Giménez sabe que el otro Giménez es una persona entera, de buena familia, amado padre y esposo .Al fin y al cabo quien asesinó al pérfido prestamista hizo un favor al pueblo: todos le debían mucho dinero y a nadie se puede reclamar nada: el justiciero ha hecho desaparecer toda huella de deudas. ¿Qué harán los dos Giménez? ¿Cómo reaccionará Pico Dormido? ¿Habrá ascenso para el comisario?.
A no perderse este policial que es también un amoroso tratado de ética, filosofía, nostalgia. Fidelidades y justicia.
Grande Gambaro también cuando escribe para jóvenes.
Curar el alma y volver a levantarse...
Devastadora. Pero necesaria. Las ilusiones, las pasiones, las pequeñas preocupaciones de la cotidianeidad, la inconmensurable tragedia argentina de fines de siglo en una novela para jóvenes dispuestos a no soslayar la Historia.
Alma –clase media acomodada, hija única (“vivís en una burbuja”, le reprochará Marito adolescente cuando todo está a punto de quebrarse) – vive una infancia feliz a no ser por los pequeños avatares de la vida con sus amigos de fin de semana en el Delta. Marito y Carmen son de ahí, como la abuela Angela, los tíos Tordo y Chico… un mundo de barcas, juncos, pesca, crecidas… En los días niños ella cree que solo los separa la semana, un canal y la calidad de la vivienda. Pero los separa un mundo, y el únicp puente que persista será el amor…y la desesperación. Cuando Alma pueda romper la burbuja, impulsada tanto por el amor como por la angustia, el pavor, comprobará que la violencia se ha cernido sobre todos. Para Marito y los suyos, tortura y desaparición. Para ella la desfachatez de la ignorancia de clase, los insulsos argumentos de su colegio católico, la empecinada negación de sus padres. Violencia también.
La noche larga y negra de la dictadura fueron. Si se quiere cambiar un destino, habrá que mirarse. Mirar. Recordar.
Por eso Alma volverá treinta años después a los paisajes del delta, a sus rutinas, sus entrañables haceres, a reconocer en Ariel, hijo de Carmen y Emil, nieto recuperado, los ojos luminosos, el andar, la fuerza de Marito, para que todos tengan Historia, y salten por sobre la categórico y doloroso rótulo “desaparecidos”. Para que aparezcan otra vez, revindicados.
Señero el epígrafe que encabeza un Epílogo abierto a la Esperanza. Es del Subcomandante Marcos , y habla de la memoria, una de las siete guías del corazón humano, junto con la verdad, la vergüenza, la consecuencia, la honestidad, el respeto y el Amor.
Contar el sufrimiento para poder vivir...
Rosa Mamaní ha vuelto a la casa y los paisajes de baguala de su abuela. Debe sanar su alma. Haciendo veladuras y rescatando figuras de ángeles, haciendo parecer viejo lo que es nuevo –pátina, jabón de oro, betún de judea y mucho restregar- va sacando dolores viejos a la superficie.
Gregoria era de estas tierras, como papá. Ella, Rosa, la invitó a casa, porque estaba sola. De a poco Gregoria se puso a amasar, a preparar tamales y humitas, y a cantar bagualas queditas. Papá acompañaba con la caja, hasta que ocurrió lo que ocurrió y papá debió irse, y no lo soportó.
Después de verlo colgar del algarrobo, Rosa enfermó y la mandaron a la casa de descanso, con la cabeza llena de pájaros lacerantes. Pero su cura fue volver a la tierra de la otra Rosa Mamaní, y rescatar la vieja casa, y hacer veladuras mientras cuenta, con tono monocorde y cansino, con calma norteña, el dolor de adentro. Puede hacerlo porque ha vuelto a ver a Gregoria llevando al niño de la mano. Lave de lejos. También ella se ha refugiado en su tierra, para sanar, para olvidar.
Vivir en los márgenes...
“Perros de nadie” Esteban Valentino S.M. Gran Angular
En la abyección de la marginalidad y sus lacras: delincuencia, drogas, violencia, prostitución… hay sin embargo gloriosas epifanías de luces pequeñitas para que la vida se cuele en el barrio de la Fábrica, donde el viejo Eleazar cuenta una y otra vez a Nueve sobre el destino de Masada al cual debe su nombre de resistencia y orgullo, mientras le enseña hechizos y ensalmos del Africa ancestral que colaboran para que se pueda recuperar en el viejo taller –su propia Masada- todo trasto mecánico que le traen. Para que el sol se derrame en los vericuetos barrosos de la villa donde Bardo se refugia en Hugo, carpintero fracasado de día, triste puta travesti de noche, un ser que busca la luz sin perder la confianza en sí mismo.
No se quieren los de la villa y los de la fábrica. Lo irremediable se desencadenará cuando el jefe de la pandilla de Nueve ordene lacerar a Hugo, que regresa a casa travestido en Elizabeth. Bardo no podrá tolerarlo porque “no hay buenas en la vida”, como comenta su amigo. Ni siquiera deshará la trama urdida que decida su destino cuando sepa que Nueve será el padre del bebé que engendra su hermana Sandra.
O tal vez no habrá marcha atrás para que después de la Muerte –Eleazar, que se despide porque ya ha entregado y enseñado todo, Bardo porque se impone como último límite no matar- haya vida nueva, fresca, sana: Alexis, el retoño de Sandra y Nueve, que se dan chance a sí mismos como dueños del Taller-fortaleza del maestro Eleazar.
Bardo se redime por la muerte. Hugo-Elizabeth por amor. Y los demás… los demás son solo perros de nadie.
Una nouvelle inquietante, que pone mirada a los lugares que no queremos ver, pero existen por puro derecho a la vida.
“La bruja del laurel” Sandra Comino Edelvives Colección Alandar
Corel –“arena” en calé, la bonita lengua de los gitanos- desde su vitalidad, su inocencia, su envidiable coraje de niña, unirá territorios separados por los prejuicios, el miedo, la desconfianza. Amplias parcelas dedicadas al cultivo por parte de unos;
Los naranjales de Algidez, el laurel protector, la casa llena de misterios y esencias de Águeda; los caballos de Sinhué; la danza hechizante de Soleá que supo volcar su ritmo y la riqueza de la cultura en esa niña preciosa que es Corel…todos tan lejos, tan mal vistos y escondidos del mundo.
Territorios que encuentran frontera en un paraje que no alcanzó a ser pueblo, en el hospedaje, almacén, lugar de encuentros “Alegrías del hogar”.
Ahí, a ese pequeño bastión que es tregua para unos y para otros, llegan una noche, extraviados en la niebla a un lugar que debió ser ruta, Samuel y el pequeño Lucas. Conmoverán la seguridad de Violeta, hija de los caseros Salvador y Vera.
Violeta es también, desde su trabajo en la biblioteca de la escuela, puente de esos dos mundos divergentes. Narra con seductora pericia la historia de los brujos de la zona: Águeda, la bruja del Laurel, Algidez, el brujo de los naranjos y el amor, la amistad, la protección que se prodigan por cien años… Acerca, vincula, compromete.
La mirada de Samuel, fotógrafo, ablandará fronteras, hará crecer otra vez la llama de la confianza en esa joven endurecida por el desengaño: Sinhué no la esperó y buscó esposa entre los de su pueblo, abandonó el vagabundeo gitano y se dedicó a la cría de caballos y familia, de la que Corel es entusiasta primogénita.
Nada será igual a partir de la llegada de los extraños. Lucas acompañará a la niña y cruzará territorios igual que lo harán su padre y Violeta.
Cuando el brujo de los naranjos despida en una noche de tormenta de vaticinio a su compañera de vida, que siente que ha cumplido su misión en la tierra, se sabrá que los mundos nunca estuvieron cerrados, que se comunicaron en lengua de hierbas, esencias, aromas, embrujos y desembrujos, y `por eso la ronda del despedirse será grande, tibia de relatos en un idioma y en otro.
Cuando los viajeros culminen esas extrañas vacaciones, habrá miradas nuevas, desprejuiciadas y amorosas… y promesas de otros encuentros.
Bella, sugerente, cuidadosa en su abnegada comprensión de lo diferente. Delicadísimo perfil de personajes, hermosos todos en sus peculiaridades y su afincarse.
Hay nieblas y vaticinios. Hay misterios y secretos celosamente guardados. Hay murmullos y hay hechizos. Hay mucha literatura y una ficción que subyuga. Te convido, de corazón, en nombre de Sandra Comino, que hizo en esta novela una preciosa entrega
“El diario de Adelina” Olga Monkman Edimba Libros (Faja de Honor de la Sade)
No imaginó la abuela Ernestina cuánta falta le haría a su nieta ese cuaderno rojo, de tapas duras, candado y pequeña llave, para vivir, gozar, sufrir, dolerse, ese año de tantos acontecimiento.
La revelación del primer amor, el valor de la amistad, el refugio de nido de la relación con los abuelos y por eso mismo el dolor inconsolable de la pérdida, las confusiones de la adolescencia –los primeros ocultamientos, las salidas clandestinas, la desobediencia, la rebeldía-, el remezón que en la familia produce la pérdida del trabajo, el cobijo y la seguridad, la angustia del desprenderse del hogar y los ambientes queribles y conocidos…Todo eso confiará Adelina en ese diario que le obsequia la abuela, poco antes de empezar a callar, a estar ausente, y morir.
Adelina, muchas veces puesta en ridículo por compañeras que la consideran una nena ridícula, se sentirá segura y apropiada con Paula, la amiga del alma que carga el dolor de la separación de sus padres. Segura de que está bien salir y compartir todo con mamá , papá y su hermano… aunque cuando otros hábitos más desprejuiciados la tienten dudará, y ocultará y llorará por un control que considera exagerado y anacrónico.
Aprenderá el candor del primer amor cuando conozca a Marcos, amigo de Leandro, su hermano mayor.
Apenas salga del largo duelo por la pérdida de esa abuela amorosa y comprensiva, será sometida a pruebas mayores. Papá pierde el trabajo y surge una gran oportunidad, lejos de Buenos Aires. La familia deberá trasladarse a Concordia. La chica asumirá pérdidas y revoluciones de ese año diferente porque puede volcarlas ahí, en el diario que sabiamente puso Ernestina en sus manos.
Los acontecimientos que hacen avanzar esta historia, vistos por un narrador omnisciente, y los impactos, consecuencias, miradas de lo que pasa, en la palabra escrita de su protagonista, Adelina.
Los temas que hacen peculiar esta edad de transición, a menudo temida tanto por adultos como por sus azorados protagonistas, tratados con una mirada comprensiva, abierta y valiente. No se soslayan temas incómodos: se los aborda con cautela y cuidada ternura… Púberes y jóvenes van a disfrutarla , porque van a verse dignamente reflejados.
Tributos...
“Mala luna” Rosa Huertas Edelvives. Col. Alandar
Cuando los remordimientos afloren al verse en el espejo del hijo, tan parecido a él -llevan el mismo nombre- , cuando sienta que puede redimirse en ese nieto apacible, Aurelio escribirá su desgraciada historia en un viejo cuaderno. Fue amigo de Miguel Hernández, el poeta, aquel a quien el padre negó la posibilidad de formarse porque lo quería apacentando cabras en los campos de Orihuela…reconoce que fue Miguel quien le consiguió su primer trabajo como tahonero. Tras sus pasos fue Aurelio a Madrid. Pero el destino quiso que vivieran el horror de la guerra civil en bandos opuestos. Aurelio Sánchez escalaría hasta ser funcionario servil del fascismo. Miguel padecería el rigor de la cárcel. Hambre, frío y la tuberculosis que no perdonará. Aurelio no pudo olvidar el desplante del amigo que le negó la posibilidad de compartir sus versos –pésimos, lo sabía, pero encendidos de amor por un espejismo- en un tertulia de poetas. Se lo hará pagar demasiado caro. Tendrá en sus manos la vida del amigo. Sólo acudirá a la prisión oscura en que yace para dejarle un cuaderno de tapas oscuras- Miguel, esperanzado había pedido cuartillas para escribir versos, liberadores siempre, y la intercesión por su libertad: afuera Josefina y su hijo padecen miseria- : “toma, es negro, como tu suerte, Visenterre”… y se retira.
Pero en la celda está también José Castillo, mudo testigo de esa escena, y de la otra, más lóbrega y definitiva: a la muerte del poeta, Aurelio viene a llevarse el cuaderno de tapas negras, que seguramente contendrá un tesoro…
Aurelio escribe la triste, ominosa historia de su vida, sus traiciones, su escalar en el gobierno franquista agobiado por la culpa y por la sentencia de José Castillo, que lo buscará donde esté para reclamar la devolución del cuaderno a quienes corresponda. La dejará escrita para su nieto. Le dará claves para que la encuentre. Difíciles.
Clara es nieta de José Castillo. No sabe que desde hace unos meses comparte las mañanas con otro nieto de un abuelo tan diferente. El suyo hace honor a su apellido. Es una fortaleza noble y sabia. Se esté reponiendo de una dolencia cuando ve la noticia en un periódico: Aurelio Sánchez hijo, funcionario de Cultura, cree estar en condiciones de decir que hay un pequeño cuaderno con versos del poeta, todavía inhallado. Vuelve a hervir de furia, como cuando fue testigo del hurto. Confía su profunda desazón desde lo que sabe. Le narra a su nieta los encuentros con Aurelio Sánchez Macías, sus amenazas. Clara descubre entonces que hablan del abuelo de Víctor.
El chico vino desde Alicante a Orihuela con su madre tras la muerte de ese abuelo que le regaló libros valiosos y una llave con un misterio; tras la separación tortuosa de sus padres, para terminar el colegio en el mismo Instituto en que se educó Miguel Hernández. Cuando ella pregunte, él se cobijará en Clara, tan resuelta, tan bien avenida a la vida. Le contará que sí, que su padre sospecha la existencia de ese cuaderno, que por eso no terminó de deshacerse del último domicilio del abuelo, pese a que la relación entre ambos nunca fue buena, aunque se parecían tanto, sobre todo después de la muerte de Consuelo, la abuela.
Juntos irán tras el enigma de la llave y de los pocos datos que tienen.
Habrá intimidad, enojos y desencuentros. Juntos alumbrarán sobre un secreto, el de ese cuaderno. Podrán comparar y apiadarse por dos vidas desgarradas por la guerra que sometió vilmente a una nación. Pero no podrán admitir juntos la revelación, porque Víctor se siente burlado, desmerecido, atribulado por ese abuelo tan mal anclado en la historia. Irá callado y resignado tras su madre cuando ella decida regresar a Alicante. No habrá despedidas ni explicaciones. Silencio y distancia.
En Orihuela muere el abuelo Castillo. Deja a Clara sumida en la pena y el desamparo, y en la sensación de que debe cerrar heridas. El tiempo ayudará para que busque la reconciliación con Víctor con el mejor de los tributos: una larga carta –todo un celebrado anacronismo en tiempo de rápidos y breves mensajes- y una vieja hoja amarilla con un poema de puño y letra… los trazos puntiagudos y firmes de Miguel en “Ausencia de Aurora”, escrito para celebrar a otra Josefina, la de José Castillo, abuela de Clara.
Luminosa. Doliente. Para celebrar el poder liberador de la poesía, su epifanía y sus hacedores. Para homenajear a tantos luchadores.
Y no te conté nada del cuaderno. Descubrilo, porque es una búsqueda frenética, apasionada, con luces, sombras, odios, amores. Con candor y reciedumbre.
De la autora de la bella “Muerto, maldito y enamorado”, que abordará vida y obra de otro grande: Lope de Vega
Matices...
“OK., señor Foster” Eliacer Cansino Edelvives Col alandar (IX Premio Alandar)
Umbría es un bella punta de arena rodeada de pinos que se adentra en el Atlántico. Pueblo de pescadores y pequeñas escaramuzas para vivir. Ahí recaló Ismael hace muchos años, después de la guerra. Construyó su cabaña lejos, con apenas lo imprescindible, y se dedicó a la caza y a la pesca. Vende pieles y carnes, siempre sobrio y taciturno. Un ermitaño.
En la colina, después de las dunas, quedó el último inglés, Mr. Foster. No se sabe demasiado de él. Pasa horas en la playa, tomando fotografías extrañas. Perico Mosca, que necesita desesperadamente construir su sistema de valores, salir de la trampa de las mentiras, distinguir lo bueno y lo malo, algo condenadamente difícil con tantos matices como se le presentan, vive ahí, y decir ahí es decir cerca de Moguer, la patria chica de Platero… Se siente desamparado: desde que murió Luz María, su madre, el padre se echó a la mar sin más, y no se dirige a él sino para mandados y monsergas.
El niño abandona la escuela y se ampara en Fermín, auxiliar de correo, que junta para él valiosas estampillas. Así descubre que el señor Foster no retira su correspondencia, acumulada por meses, y se anima a proponerle ser su cartero. Cuando Mr. Le tiende una “podaroshna” –similar a la que el zar dio a Miguel Strogoff-, siente que tiene dos amigos: en la playa, Ismael, que lo acoge con algo parecido a la ternura, en la colina, Mr. Foster, que le enseñará los secretos de la fotografía.
Cuando el señor Mosca ordena a Perico pagar la licencia anual de pesca, se desencadenan los acontecimientos que te mantendrán en vilo. Intervendrán dos portugueses, dueños de un barco de gran porte y raras conductas dispendiosas; Efrén, el jefe de la guardia civil hasta entonces solo entretenido en vigilar a Ismael “que algo se guarda”, y a “ese” inglés, que no se sabe de qué vive y seguro es un espía que complota para la corona británica …y sus subalternos, hombres más bien poco dados a la acción.
Leyendo sabrás que el inglés se dedica al periodismo -firma como Red Fish -, y que se quedó en Umbría por dos motivos: su hermosura y el reencuentro con Ismael, quien en otro momento de su vida –ahora lo creen un analfabeto ignorante- se llamó Rafael, luchó por la causa republicana desde su oficio de reportero, y debió guarecerse en otro lugar, bajo una nueva identidad para salvar la vida. Que los une una amistad a toda prueba y un entrañable amor por la poesía, la filosofía, la narrativa…
Cuántos descubrimientos deberá hacer Perico, mientras asume que papá no podrá ser amable con él, porque la muerte de Luz María es un dolor que no cesa…
Una pequeña novela de iniciación, con aroma a sal, arrullo de mar y violencia de ola desatada. Del amor, de la crueldad, de los prejuicios, de la indiferencia. De la lectura salvadora. De todo eso –no poco- trata esta apuesta jugada, amorosa y tan bien tramada.
Por algo este profesor de filosofía, cercano a los jóvenes a quienes enseña, se llevó el premio Alandar 2009
Otra "mujercita" para la delicia de todas...
“Anne, la de Tejados Verdes”
Lucy M. Montgomery
Emecé
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Un gran clásico que ahora merece re edición. Quien disfrutó de “Mujercitas” o de “Tom Sawyer” seguramente será conquistado por Anne, una nena flacucha, de cabellos encendidos de rojo , rostro pecoso, vitalidad arrasadora, imaginación inagotable y una labia que haría palidecer al más pintado.
Esta pequeña huérfana que cuando no estuvo interna en un asilo debió servir y trabajar hasta el cansancio, sabrá ganarse el cariño inmediato y sin reservas de Matew Cuthbert, y el fervor reservado de su hermana Marilla, que le llevará años.. Es que los hermanos –maduros ya- esperaban a un muchacho que los ayudara en las labores de la granja –Tejados Verdes- y no esta chica delgaducha de imaginación indomable, que encima lo pone TODO en palabras, que brotan a raudales mucho más ligeras que la sensatez.
Habrá aventuras desopilantes, tiernos momentos de absoluta entrega, amigos, escuela, lágrimas, rivalidades…todo en la pequeña aldea de Avonlea, bien al norte canadiense.
En los cuatro años que transcurrirán desde el momento en que el viejo Matew la recoge en la estación porque el corazón no le da para decirle que no es ella la esperada, Anne sabrá granjearse el cariño y hasta la devoción de su nueva familia, sus amigos y el pueblo entero.
Esta es la primera entrega. Emece promete la pronta aparición de otros títulos. Advertencia: hay que detenerse y gozar. No es de lectura rápida. Pero adhiero a lo que de esta saga opinó Mark Twain: “la más dulce recreación de la niñez que se haya escrito”… y espero con entusiasmo los otros títulos
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“Anne, la de Avonlea”
Lucy M Montgomery
Emecé
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Anne es una hermosa jovencita de cabellos rojos, ojos clarísimos y siete pecas que le quitan el sueño… aunque no tanto como su preocupación por convertirse en la mejor maestra de Avonlea, su pueblo de la Isla del Príncipe Eduardo, en Canadá.
No podrá –al menos por ahora- continuar sus estudios superiores, porque Marilla está perdiendo la vista, se hacen cargo de los mellizos Davy y Dora, que quedan huérfanos, en la granja hay mucho que hacer y la aldea precisa de su entusiasmo, sus ensoñaciones y su empuje.
Con sus amigos, Anne pondrá en marcha un grupo de voluntarios para mejorar la estética y las relaciones en Avonlea. Los “Fomentadores” lograrán lentamente la adhesión pueblerina. La muchacha deberá contrastar teorías y sueños con dolorosas realidades; descubrir amigos adorables en la campiña; convertirse en un referente cálido para los niños y los ancianos y ver concretados muchos anhelos.
Cuando muera el bueno de Thomas Lynde y Rachel –vigorosa mujer un tanto metiche, un tanto maliciosa, amiga del alma de Marilla- queda sola, en Tejados Verdes encontrarán nuevas razones para que Anne y Gilbert puedan partir para continuar sus estudios.
Así, en esa extraña mezcla de gratitud, nostalgia y saludables expectativas dejamos a esta chica soñadora, un poco impulsiva, plena de optimismo, en el umbral de la adultez, esperando encontrarla pronto en otro tomo de la prometida re edición de este clásico de la literatura juvenil. Deliciosa, divertida. Un canto a la vida y al hermanarse de las generaciones jóvenes y adultas, que juntas construyen valiosos proyectos de vida.
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“Anne, la de la isla”
Lucy Maude Montgomery
Emecé
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Para quienes amaron “Mujercitas” y en consecuencia encontraron ese espíritu en “Anne, la de Tejados Verdes” y “Anne, la de Avonlea”, simpatizarán con esta jovencita de encendida cabellera rojiza, grandes ojos grises y un único orgullo: su pequeña nariz. Acá abandona la casa de Marilla para continuar estudios superiores en Kingsport, en el afamado Instituto Redmond. Con ella irán Gilbert, que la ama desde que son niños –precisamente desde que ella le desarmó una pizarra sobre la cabeza- y Charlie Sloane. Conocerá a nuevas amigas de pensión y juntas cumplirán el sueño de habitar un lugar de ensueño: “La casa de Patty”, que compartirán con la anciana Jamesina, quien con gracia y ternura velará por todas y por tres gatos muy particulares.
De los días de ventura y desaliento –rechaza ir más allá de la amistad con Gilbert y acepta una relación con Roy, pero cree morir cuando escucha que Gilbert se ha comprometido con Christine-; de los avances en su formación; de pérdidas en Avonlea; de la familia que la espera siempre expectante en Tejados Verdes, trata esta tercera entrega, en la que se cuelan el dolor por la muerte joven, la ilusión de las primeras bodas, algunas concebibles mezquindades que dejan manifiesto que el tiempo alegre y despreocupado de la infancia y la adolescencia se esfuman, como un inenarrable y bello crepúsculo.
Bueno evadirse por un rato a una época de valores más visibles, para tornar a nuestra complejidad con un poco de alegría, para ver por dónde seguimos. ¿Ingenua? ¿anticuada?. Tal vez, pero ¡ reconfortante y con pasajes de sano humor, para disfrutar sin culpa!. Jovencitas, preferiblemente.
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“Anne, la de álamos ventosos”
Lucy Maude Montgomery
Emecé
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Anne y Gilbert se han comprometido. El continúa estudiando Medicina y ella se traslada lejos, a Summerside, para hacerse cargo de una escuela secundaria. Se aloja en Alamos Ventosos, al fondo de la Calle del Fantasma, en casa de dos ancianas amorosas, un ama de llaves de recio carácter y Dusty Miller, un morrongo particularísimo.
Dará cuenta de sus días escribiendo largas cartas a Gilbert. A través de ellas sabremos de la lucha cotidiana por imponerse al permanente boicot de los Pringle, una de las familias tradicionales que la han tomado como una amenaza; de sus esfuerzos por proteger a la pequeña Elizabeth, que vive con una abuela fría como un témpano y una cuidadora mordaz e insensible; de su empecinamiento por sacar a Katherine Brooke, su vicedirectora, de ese caparazón de sorna, mutismo, amargura con que pretende proteger un ser sufriente y sensible…
Habrá retornos a Tejados Verdes siempre que puede, y lo hará en compañía, para convidar la dulzura de su casa.
Tres años de la vida de Anne y Gilbert, y una infinidad de perfiles psicológicos e historias de los habitantes de Summerside, para conmovernos, divertirnos, sorprendernos, espantarnos. Destinos oscuros y luminosos. Humor, desamores, desatinos, tragedias y siempre el deseo de granjearse una vida con sueños y sentido. Con el saborcito de otro tiempo, para disfrutarlo hoy.
“Anne y la casa de los sueños”
Lucy Maud Montgomery
EMECÉ
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Anne abandona Tejados Verdes apenas culmina su emotiva ceremonia de bodas. Gilbert inicia su carrera de médico a cien kilómetros, en la bonita Glent St Mary, a orillas del mar, en la misma isla San Eduardo. Habitarán “la casita de los sueños”, en Four Winds. Desde ahí avistarán la caleta y su puerto, los acantilados, el precioso faro que cuida y habita el viejo Jim, un marino especial que anota vivencias en su “libro de la vida”, para que no se pierdan, y para poder legárselas a su pequeño sobrino nieto, mientras disfruta de su retiro cerca de la pareja que vuelve a dar vida y sentido a una casa destinada Acobijar historias de amor, fidelidad y desafío a las contrariedades.
En ese apartado paraje desde el que se domina la belleza de un paisaje de ensueño, Gilbert y Anne se vincularán con vecinos especiales: la vieja Cornelia Bryant, recia mujer en permanente lucha de género contra los hombres y la falta de sensatez de algunas religiones, un ser quisquilloso y a la vez tiernamente solidario; con la bellísima Leslie Moore, que sobrelleva una vida de desdichas con estoicismo y recato. Todos –especialmente el viejo Jim- estarán a la hora de la tristeza –Joy, la primogénita de Anne vive solo unas horas- y la alegría –cuando un día llega el pequeño James-. Transcurrirán crudos inviernos en los que el faro y el paisaje serán apenas nostalgia desvaída, y primaveras y veranos gozosos de aromas, brisas, brillo. Jim zarpará hacia su último viaje habiendo concretado el sueño de ver su “Libro de la vida-“ bellamente editado. Leslie descubrirá el amor. La implacable Cornelia bajará las barreras y contraerá matrimonio y la pequeña familia abandonará con color la “casita de los sueños” para construir hogar en una vieja construcción amplia y confortable de Glen, más cerca de los múltiples compromisos de Gilbert.
Para leer morosamente y disfrutar de personajes y situaciones de esta quinta entrega, que logra sostener climas e interés y nos muestra con simpatía un abigarrado universo de caracteres y destinos curiosos. La autora, que cabalgó los siglos XIX y XX lo dedicó “a las jovencitas”. Acuerdo con eso.
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“Anne, la de Ingleside”
Lucy Maud Montgomery
EMECÉ
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Anne y Gilbert se han establecido en Ingleside, hogar tibio para albergar abrazos, juegos, tribulaciones, pesquisas de la familia grande y sana que han sabido constituir.
A Jem, que había llegado al mundo en la clara casita de los sueños, siguieron Walter, un niño soñador y delicado que la familia sospecha que es hijo de alguna estrella y cuida como tal en su fragilidad; las mellizas nan y Di, una pelirroja, locuaz y fantasiosa como mamá y Nan, de recio cabello castaño y temple dado a la fatalidad y las exageraciones; la sensata y terrenal Shirley y la graciosa benjamina, Rilla.
De las aventuras de los niños, que se van abriendo al mundo con sus temperamentos, de sus vivencias domésticas en la buhardilla, en su precioso pozo, su “Valle del arco iris”; de la estadía incómoda e invasiva de Tía María, a punto de arruinar los lazos amorosos de la pequeña tribu; del aplomo de Susan, que timonea la casa junto a los padres; de las preocupaciones de Gilbert, el médico más requerido de la zona, trata este volumen de la madurez de la pequeña huérfana de Tejados Verdes, Avonlea.
Una inmensa galería de personajes de Glem St Mary, con sus historias -luminosas, deleznables, sensibles-, para corroborar que las pasiones humanas fueron desde siempre así de intensas. Lectura de largo aliento, para leer con un poquito de paciencia, literatura de la primera era del XX.
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Envolverse en música y sobrevivir...
“Muchas gracias, señor Tchaikovsky”
Mónica Beltrán Bronzon
Grupo Editorial Norma Zona Libre
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María José, treinta y cuatro años, publicista, siente que no puede arrancar el año. No tiene proyectos y está lejos de todo. En cas a –vive sola en un pequeño desván alquilado- ya no hay siquiera café. En lo góndola del supermercado se enfrenta a un rostro, a una voz. Esa imagen, diecisiete años después, la retrotrae a una etapa en que la vida tuvo un quiebre: mamá se había ido de casa, y en el colegio –religioso, exclusivo de señoritas- la invitaron a retirarse , porque ya no es miembro de una familia “funcional”. Papá, concertista de violonchelo, además de deprimido, está desocupado, así que Majo deberá ocuparse de hallar un colegio público, cerca de casa. Sandra, su mejor amiga, acompaña y promete hacer todo por incorporarse también al “Kansas”, mixto, matrícula constituida por “corridos”, pese a lo cual su director, el profesor Santajuliana se esmera por un perfil de inclusión, tolerancia, diversidad.
Empiezan los desafíos: segregación, burlas, compromiso académico de dudosa valía. Y sin embargo, ahí estarán Jerónimo y Limón, para abrir caminos y enseñar a transitar territorios de rechazo. Pronto la joven descubre que comparten algo especial: la música. Jerónimo toca la guitarra, Limón, la batería . Ella rescatará su viejo teclado. Juntos los “Corazones rotos” se harán un espacio de cobijo, con proyectos, reconocimiento. Sandra se incorporará al grupo y pondrá voz. Pero se enamorará de Alfonso, el chico más guapo –el más imbécil y aún así amor imposible de Majo- del 4º B del Kansas, y todo lo construido parecerá derrumbarse, cuando además confiese “estoy embarazada”. María josé huye de todo: de la desesperación de Sandra, del mudo y doloroso desconcierto de Jerónimo –la ama en silencio, con un amor que nunca hallará correspondencia-, de los reproches justificados de Limón…Se muda a Atenas, con su madre, a Nueva York, sola
y labra días lejos de sus afectos, aunque a la postre regrese a México.
La escena del super abre puertas del pasado. Necesita saber más. De Jerónimo, de Sandra. De a poco reconstituirá vínculos, porque la vida es eso que pasa y se nos impone, que a los diecisiete se capea con la alegría vital de lo que está a las manos, y con los sueños, que a esa edad , iluminan y rompen barreras. Para jóvenes y adultos que tuvimos una juventud alumbrada de ideales y no permitimos que destruyeran nuestra osadía, nuestra inocencia, nuestra ternura.
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“El bosque del primer piso”
Márgara Averbach
Grupo Editorial Norma Zona Libre
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“Querida Márgara: …ahí estoy, en ese bosque fecundo, luminoso, húmedo, agradecido. Gracias por la historia, pero sobre todo por la cadencia, por el estilo, por jugarte, por no facilitarnos lectura, por hacerlo tan conmovedoramente bien… (Verónica junio 29 2014)
“Muchas gracias, Verónica…hace tiempo que quiero publicarla y me hace muy bien que ahora ande por ahí diciéndose…” (Márgara 30 de junio 2014)
Así cierra una de las historias, en el bosque nuevo que nace, en la curva extrañada del arroyo, de la gleba y de la nada del otro que se llevó la Maderera. A muchos enlazó la historia. Más que a nadie a Anahí, que la prohijó mientras contaba muchas otras, con muchas voces y tonos, y callaba la más importante: el origen de Nito, ese hijo que cree no amarla, que tuvo que volver, buscarla, interrogarla desde la necesidad de sus ojos claros.
Empezó con la llegada de Anahí, torpe, desprolija, corrida de las casas hasta que Ricardo y Marta, los veterinarios del pueblo, la pusieron al amparo en la granja de doña Juana, y descubrieron que la chica, oscura, taciturna, era capaz de domar con voz elocuente y manos de magia. Solo después lo del bosque que desaparecía los unió más que nunca. Y lo de Nito, que nadie sabía. Entonces, la noche del accidente. Ricardo y Marta dejaron solas a Lili, Silvia y Ada, bebé apenas. Lili se casó con Juan para construir la familia, con las hermanitas. Convirtieron la veterinaria en pizzería, y cuidaron como pudieron lo que quedó. Anahí se derrumbó. Se fue. Volvió más tarde, y Juana le dio la casa amarilla de puertas de madera que no volvió a abrirse hasta la tarde en que Anahí pidió una extrañeza: pizza. Fue Ada la que la llevó, y tuvo ojos y oídos para la maravilla: un paisaje verde y fresco, un como rumor de viento y agua, y trinos y nidos…el bosque que ya no era vivía en la planta alta de la casa amarilla. Rescatado como semilla y humus. Por eso dicen que el bosque de la planta alta –que se deshizo de tejas, vidrios, para que entraran sol y lluvia y pájaros, es el hermano de Nito, ese vástago entregado al borde de la desesperación, que reclama su origen, torvo y ensimismado.
Muchas otras historias, contadas por muchos, se cruzan, se hermanan como se hermanaron fervores y afanes para recuperar el bosque de todos, el que devuelve frescura, cantos, brisas y jaguares a la desolada traza de “La Bandada”.
Con la densidad bella de Márgara, con ese estilo en que la realidad se vela un poco sólo para hacerse más y más trasparente y decir en voz y canto lo que nos precisa.
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“Los años terribles”
Yolanda Reyes
Grupo Editorial Norma Zona Libre
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Juliana, Valeria y Lucía son primas. Desde siempre se reúnen en los cumpleaños de la abuela, en la Finca La Unión. Las familias creen que entre ellas todo es armonía y ganas de estar juntas, como cuando niñas. Pero están atravesando “los años terribles” de afirmar sus gustos, de perfilar sus personalidades, de elegir destinos. Cada una cree que debe transitar las búsqueda sola. Juliana, la más bonita, la que siempre cumplió los deseos filiales, bota todo –después de aprobar el ingreso a Comunicación Social- para ir tras Daniel, un chico rebelde, marcado como adicto y problemático. Valeria se refugió
siempre en el mutismo y la soledad. Le recriminan “falta de seguridad” y a menudo debe visitar el gabinete psicopedagógico de la escuela. El encuentro con Gabriela, una compañera que vive en vilo por la situación política que complica a su familia, la pone frente a un espejo: decide estudiar Filosofía y Letras. Lucía, la preferida de la abuela, la protegida porque nació tras la muerte de Manuel, el primogénito, en un hueco de tristeza, debe asumir la separación de sus padres, resolver la relación con la nueva pareja de papá, aprender tanto de mamá después de apartarse del resentimiento y la frustración. No defraudará las expectativas familiares: estudiará Sistemas, porque adora las matemáticas.
Cuando los senderos empiecen a bifurcarse, las tres se darán oportunidad para el encuentro, para afirmar una la elección de las otras en la última celebración de la abuela, poco después de la fiesta de graduación, poco antes de que Juliana inicie su viaje iniciático de despegue…
Los temores, las búsquedas, las incertidumbres y de fondo, la poesía y la música…Serrat, Fito Páez, Pink Floyd, Led Zepelin The Beatles…
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Maneras del amor...
“Mi papá es un hombre pájaro”
David Almond Polly Dunbar
Grupo Editorial Norma - Torre de papel Celeste
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Cuesta meterse en este mundo donde papá parece haber perdido la chaveta…e Isabel, su hijita, también. Papá se siente pájaro. La nena , que debe cuidarlo, ser su cómplice, su amparo. Tía Dorita piensa que semejante locura debe ser controlada. Hay que sacar a Isabel de la insanía. Acudirá el profesor Menta, el maestro.
Están tan solos desde que mamá se fue al cielo. ¿Por qué no armar un nido? ¡por qué no construir las mejores alas, y volar volar volar en esa competencia de hombres-pájaro?
No importará que se vengan abajo, como todos, si estuvieron tan cerca del cielo, jun tos, solo con alas, fe y tantísimo amor.
Hasta Dorita y Menta participarán del vuelo. Sencillamente entrañable, aunque cueste sumergirse en esta no-lógica. No siempre hay que entender todo. A veces hablan las miradas y el corazón. Esforzate un poquito si ya tenés diez. Vale la pena.
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Aprender a sentir el dolor...
“El increíble Kamil”
Andrea Ferrari
SM Barco de Vapor Naranja
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Andrea Ferrari
SM Barco de Vapor Naranja
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Kamil es extraño. No porque sea pakistaní, y por lo tanto moreno y de rasgos tan peculiares como los de su madre, tan hermosa. No. Es arriesgado y ningún dolor lo toca. Por eso se atreve a enfrentar a Manfredi y su barra, que aterroriza a los débiles, a Carlos.
Carlos está convencido de que es un ser galáctico. Camina sobre brasas, se provoca cortes, emprende desafíos peligrosos.
Cuando escucha de él, el profesor Wasim –pakistaní también- sigue una corazonada, aunque lo aleje del rigor de sus investigaciones. Tal vez, a la postre, vuelva a reafirmar hipótesis. Hay que salvar a ese niño que padece un síndrome extraño por el cual siempre se pone al borde de la muerte. Salvarlo, porque es tan vulnerable como Carlos, como las víctimas de los Manfredi que martirizan el mundo.
Para amantes de los misterios y para quienes alguna vez padecieron o fueron testigos de cualquier clase de acoso. Hay aventura, tensión, enigmas y la dosis de buen humor adulto necesaria para seguir creyendo que todo puede ser mejor. A partir de los once o doce.
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De reveses y posibilidades...
“Cómo cocinar un plato volador”
Sergio Olguín Grupo
Editorial Norma - Torre de papel Amarilla
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Es lindo pasar los fines de semana con papá, ahora que se mudó a una casa con patio, y Julián puede llevar su skate, su bici, su colección de dinosaurios. Cuánto aprenderá no sólo de papá, que los sábados prepara un montón de dispositivos con un viejo Winco y música de su época para cazar platos coladores. Mientras esperan que caiga alguno, mientras suenan los Beatles, The Police y disfrutan de una picada, papá desgrana la historia de la familia: cómo se enamoró de Analía, su mamá; cómo la perdió por diez años (la noche del plato volador, en el Uritorco) y la volvió a encontrar cuando hacía sus primeras armas como cocinero… Del otro lado de la pared está Belinda, que juga tan bien al futbol y le regala lo que más ansiaba en la vida: no uno, sino dos cachorros.
Pero Belinda se va. Quedan papá y…ay… muero por contarlo. Leé esta novelita deliciosa si ya tenés diez u once.
Con guiños, complicidades, pérdidas, algo de dolor, porque los dolores son parte de la vida. Muchas clases de amor, necesarias y sanadoras todas…
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Literatura, playa, complicidades...
“Diario de un escritor”
Oche Califa
SM Barco de Vapor Rojo
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Un escritor se toma vacaciones. En la playa, para que su “cocina” se renueve. Para que las palabras respiren. Para que las viejas fórmulas del buen escribir se carguen de nuevos sentidos. Habrá largas caminatas, mar, charlas en el bar con Ricardo, el mozo. Anotará en un diario –nunca tuvo uno, solo una agenda para recordar “chispazos”-, sobre todo porque surge Luz, una niña inquisidora, sagaz, a veces hasta demoledora con sus apreciaciones éticas y estéticas. Luz y Sombra, su perro. Los intercambios se harán pequeños escritos que hay que leer cuando el “Diario” indique, en un “Agregado”. Ahí está la verdadera “Cocina” del escritor. Lo que pudo hacer en vacaciones con Luz o gracias a sus desafíos , y después, al rescoldo de los recuerdos de ese verano diferente.
Linda la historia y muy sugestivos los “textos”. Adivinanzas, limeriks, ráfagas de ideas (“Pienso luego listo”), cadáveres exquisitos…toda una teoría –brevísima, sustanciosa- sobre la poesía, y el largo relato “La princesa patas de mosca”, que surge por insistencia de la niña, en esos encuentros cargados de ironía que marcaron una amistad que será para siempre, a la distancia, y motiva el bonito poema de cierre, de un libro curioso, atractivo, diferente. Adolescentes
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Marcas en el alma...
“Tatuajes”
Sandra Siemens
Grupo Editorial Norma Zona Libre
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Las tahitianas que se convierten en mujeres se hacen el malu, un tatuaje ceremonial que hace el tufuga. Cada una tiene el suyo, especial, único. El de Taia le cubre las piernas…estrellas de mar y estrellas de cielo para hablar de su amor por Koké –Paul Gauguin- . Taia bailó su danza de amor y Koké la dibujó -cimbreante y esquiva- en trazos leves, en una libreta celeste. Después, fue muriendo, y la niña volvió a casa con la libreta envuelta en un alegre pareo de flores.
Cuando muchos años más tarde –en El Callao- se sintió morir, legó ese tesoro a su nieto Eloy, que supo escuchar sus letanías en francés, aprendió sus viejas canciones y se las cantó mientras ella se iba despacio, bajo la lluvia…
Eloy no pudo concretar sus sueños. Se transformó en un buen zapatero remendón, en Buenos Aires. El también tiene un nieto sensible. Ve en él el espíritu de un futuga, un tatuador, y le regala la libreta junto una hermosa caja de madera, con pinceles y pinturas. Marcos solo tiene a ese abuelo, porque papá es un oso atemorizante, igual que Juan, su hermano mayor. Mamá es casi una sombra sumisa y dolorida. Cuando el abuelo ya no está para cobijarlo en su taller, Marcos compra un pasaje y se va, a Córdoba. Un terrible accidente lo desprovee de su amada caja de madera. Pero conserva el torno y la libreta celeste.
De a poco se corre la voz: es un excelente tatuador. Amparo acude a él. Quiere conservar para siempre a papá, que una preciosa noche de danza de luciérnagas, le confesó que se moría.
Solo a ella Marcos le confía su libreta. Apenas la recorre, Amparo sabe lo que quiere en su espalda: “estrellas de mar…estrellas de cielo”, parecidas y la vez diferentes a las que Paul Gauguin descubrió en las piernas danzantes de Taia, parecidas en todo a la noche de luces que contempló con su padre, cuando empezó la despedida…
Para jóvenes, una hermosa historia de amor y legados..
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Acosos y desesperaciones...
“La lluvia sabe por qué”
María Fernanda Heredia
Grupo Editorial Norma Zona Libre
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Delfina carga pulseras y collares que son sonajas descabelladas. Viste grandes faldones de colores estridentes por ver si recupera a su padre, perdido en el orbe. Mientras, encuentra y recuera a Lucía y a Antonio, que coinciden en su taller de “bijouterie étnica” (así llama a sus artesanías hippies, no todas de muy buen gusto).
Lucía siente que muere un poco cada día desde la broma de la pijamada en que una de sus amigas le tomó una foto con el torso desnudo y la envió a las redes sociales. El escándalo fue inmediato y ahora demandan de ella favores, simpatía, explicaciones, perfil de la familia, disculpas, arrepentimiento. Para que no lastimen a su hermanita, debe acceder qa una cita “divertida” con Alvaro y sus amigos. Hay un plazo.
Se descarga de tensiones en un silencio apretado, ciñendo nudos en las clases de Delfina. Solo una vez rompe el mutismo…”Cómo no voy a saber de nudos, si mi vida es un gran nudo”
Antonio siempre temió que los pájaros se comieran las miguitas que marcaban a mamá el camino de retorno a casa. Mamá, siempre tan positiva, poniendo sonrisas y aliento a todas las adversidades: “saldremos de esta, ya verás”. Pero cuando todo empezó a desmoronarse, tuvo que partir a España, y dejar a su hijo con la familia de Beatriz, su hermana menor. Cumplía puntualmente con su mensualidad. No podía saber que Antonio era víctima del menosprecio de su tío, un escritorsucho resentido y perverso que cuando podía lo llamaba “arrimado” “mantenido”. Le queda el desquite de sus clases de natación. Ahí alivia furias con brazadas poderosas. Las lágrimas se confunden con el agua. Se siente pleno y puede enviar a mamá el mensaje de tres palabras para resumir el día.
Un día especialmente triste en que debe mentir las tres palabras –su mamá hace lo mismo a menudo, allende los mares- descubre a una chica triste y ausente –preciosa- en el autobús. La sigue y se asegura de que llegue bien a casa, aunque ella se asusta. Sólo su primo Leo sabe de ese cariño que sostiene, tímido, a la distancia.
Cuando todo desborde y se quede sin sus clases de natación, se refugia en el taller. Ahí está la chica, Lucía, ausente y ensimismada.
La noche de la tormenta, porque “la lluvia sabe por qué”, como dice Delfina, una desatará los nudos rigurosos y el otro tensará los suyos lo justo. Delfina sabe que las sonajas de sus collares ampulosos ahora suenan a encuentros, cobijo, justicia.
Preciosa. Abrigadita aunque hable del horroroso uso que algunos irresponsables hacen de las redes sociales para destruir y socavar, aunque destape una historia de abusos y desconsideraciones. Desde los doce, atreverse.
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De jugar con los límites...
“Campos de fresa”
Jordi Sierra i Fabra
SM Gran Angular
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La vida de Luciana Salas pende de un hilo delgado, sumida en el coma inducido por la ingesta de una pastilla que todos tomaron por éxtasis. Todos sus amigos consumieron una ese viernes, incitados por Raúl, el más osado. Solo a la joven el “viaje” la condujo a ese estado. Ahora Cinta, Santi y Maxi, presas de la culpa y la angustia, intentarán ayudar a Eloy –novio de Luciana- a encontrar al camello que les vendió la droga, o al menos a hacerse de una píldora –más pequeña que una uña, con una inocente luna impresa como marca-, para que el equipo del doctor Pons pueda examinarla y así saber algo de su química letal.
La prensa, en la pluma inquisitiva, en la curiosidad sin límites de Mariano Zapata que escribirá una crónica memorable y cruda sobre los hábitos autodestructivos de los chicos que se adueñan de la noche para “irse del mundo” ; la Ley –el Inspector Espinós y su joven subalterno, colaborarán. Hasta Loreto, la mejor amiga de Luciana, ahora a punto de morir víctima de una bulimia que no da tregua a una familia tan inmersa en la desesperanza como los papás y la hermana de la desdichada víctima de otra droga de diseño, se movilizará y aportará para la vida.
Una fervorosa cadena de amor encabezada por Eloy dará con la cabeza de la red de distribución. Las manos amorosas
De Loreto, la voz de padres y hermana también habrán hecho lo suyo. Luciana –celebrada campeona de ajedrez, una muchacha bella, alegre, delicada- jugará su partida definitiva, por la vida. Jaque mate a la muerte aviesa.
La nota de tapa de la prensa del día intentará sembrar conciencia y golpeará donde duele para que la sociedad despierte del letargo.
Una novela fuerte que no disfraza ni elude. Pero que tampoco olvida que para lograr cambios, también hay que hablar la lengua del amor. Para jóvenes en situación de elegir, Para adultos que no deben dejarlos solos.
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De aprendizajes e iniciaciones ...
“El bastón de plata”
Martín Blasco Grupo
Editorial Norma Zona Libre
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Iusuf tenía las herramientas vitales para la supervivencia. Las precisó apenas pudo tenerse en pie. Con padres tan pobres como los suyos, bien pronto buscó cobijo en los zocos de Bagdad, y se las ingenió por abrigo, afecto, alimento. Quiso el destino que pusiera sus ojos en Umar, y que se pusiera bajos sus alas de ladrón consumado. Por evitar la cárcel se convirtió en esclavo. Al cabo de ocho penosos años de duro servicio, en el mismo zoco lo vio: Umar, embaucando a otros inocentes. No lo toleró. Semejante paliza a un ser “libre” dio con sus huesos en un mazmorra infecta, donde se apagaron uno a uno sus sueños, su contagiante alegría, sus deseos..
Más por acallar los lamentos que por clemencia, se hizo cargo del viejo reo que compartía su celda, quien, en las noches de delirio se refería con desesperación al “bastón de plata” y al “ojo de azufre rojo”. Cuando el anciano se sintió morir agradeció los cuidados y le confió el secreto del bastón que portaba nada menos que la piedra filosofal que anhelaban los alquimistas del mundo. Debía encontrar a Abdu Rahman, su poderoso portador y para ello, trasladarse a Al- Andalus, cruzar el Ualad Kavir y llegar a las afueras de Córdoba.
El ímpetu, el ansia de desquite, la curiosidad guiaron entonces sus días. Nada más huir de prisión, dos años en el desierto
–camellos, tiendas armadas en medio de la nada, tormentas de arena- bajo la guía del buen Sheij Iahia, que compartió sabiduría y afecto sano. Luego, la travesía azarosa del Mediterráneo: el abordaje de temibles piratas y la decisión de lanzarse al mar –antes muerto que otra vez prisionero. Náufrago y desnudo para convivir pro tres largos meses con un mono, mientras deliraba con el bastón, el ojo de azufre…
Rescatado, llegó al la península, alumbrada por el esplendor de la cultura arábiga. Tuvo que manejar el azoro y la conmoción, porque lo movía una sola misión: dar con Abdu Rahman, apropiarse de aquello que lo convertiría en un ser poderoso y único.
Muchas sorpresas le deparará La vida a Iusuf. Llegará hasta el viejo y su báculo. Se le derrumbarán conjeturas y prejuicios. Creerá estar esperando el momento oportuno del arrebato . Mientras, empieza a amar al maestro y a despertar en él estima y adhesión. Empiezan para él días llenos de sustancia, con sus luces, sus sombras, sus dudas, su aprensión…
A la manera de las viejas sagas orientales. Con ese espíritu y esa contenida belleza. Pasajes plenos de vital filosofía.
La inmensurable hermosura del desierto, la increíble arquitectura arábiga, sus saberes. La complejidad del alma humana, acá, en esta pequeña joya
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Para aprender a leer la vida...
“Las cosas, el gato y yo”
Márgara Averbach
Quipu - Colección Los verdes de Quipu
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Márgara Averbach
Quipu - Colección Los verdes de Quipu
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Ya se sabe: Márgara dialoga con la magia. La hace luz y certidumbre. Acá la pone a vivir en forma de dibujos que narran sobre el lomo de un gato libre y misterioso –por eso su nombre: Viento- que un día se pone en el camino de “Laguna”, una niña torpe a la que las cosas se le escapan, irremediablemente, para ayudarla a ordenar sus días, sus vínculos, sus emociones.
Viento narra pedacitos de historia con los dibujos de su lomo oscuro. Retacitos que la niña empieza a entender cuando él decide volver la calle, a las manos amigas de ese niño que en el barrio del hambre le dio cobijo y razones.
En casa, Lili –la hermana-, mamá y papá acompañan con silencios cariñosos y búsqueda el dolor de la pérdida. Pero como en los sueños de Laguna, un día las puertas se abren, y Viento retorna en compañía de las zapatillas rotas, el gorro gastado, esa mirada y esas manos, las de “Arbolito”. Sumergite en esta historia hecha “de a pedacitos”, aunque es una –lo dice Lili- para aprender de una clase de amor que no claudica
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De adolescencias sufrientes...
“Tony”
Cecilia Velasco
Grupo Editorial Norma Zona Libre
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Lacerante. Recorriendo esta nouvelle uno empieza a ver con ojos de comprensión, con gesto menos adusto a quienes creemos disfuncionales, responsables de acciones y conductas perturbadoras.
Chicos que padecen alguna forma de maltrato, consecuencia de sus capacidades diferentes, su aspecto físico, su perfil.
Tony es hijo de un chino que puso en él muchas expectativas. El chico no pudo colmarlas y es víctima de abuso y destrato. A menudo es protagonista de hechos desgraciados, porque siente que debe responder por el menosprecio que recibe su figura endeble, sus ojos rasgados. Michele lo contiene, porque ella padece la prepotencia de su hermano, poco menos que un energúmeno.
Pedro siente que muchas veces é, sus hermanos Miguel y Paula, su mamá –que se las apañan solos en la vieja casona de señorial pasado en la que viven- son como grandes osos: se gruñen, se reconocen, se cobijan, se aman. Quiere superar su falta de iniciativa…¡le cuesta tanto emerger de la abulia!
Ale es corpulenta. La respetan porque lanza el disco como nadie y es campeona de ajedrez. Pero sufre por Martín, su hermano, víctima de un severo retraso madurativo que avergüenza a sus papás.
Recalan todos en el mismo colegio público .Son los más golpeados por el trágico final de Julia, esa chica que siempre fue un misterio, una sombra, un silencio que sólo se hacía luz desde sus esculturas e instalaciones. Julia, que parecía a salvo al amparo de Consuelo, tan dueña de sí, tan segura, tan decidida, tan querida.
Todos –menos Julia, que toma la determinación de segar su vida- toman la palabra en primera persona para dar cuenta de angustias, quereres, afectos. Todos reconocen un puente, un amparo, un poco de tibieza en su profesora de lengua.
Leerla para empezar a entender por qué territorios de ausencia deben andar a veces nuestros adolescentes.
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“El `lunático’ y su hermana Libertad”
Paul Kropp
Grupo Editorial Norma Zona Libre
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Es difícil vivir con Rick, un sobreviviente de Wodstock, plantado en sus principios y hábitos anticonsumo. Sharon lo soportó hasta que cerraron su tienda naturista y lo acusaron de “vender droga”. Lo dejó a cargo de Liber (Libertad) y Ian, cuando eran niños pequeños e indefensos.
Liber se rebela contra el mandato familiar . Está haciendo esfuerzos por “pertenecer”, aunque deba contrariar su propia sólida personalidad.
Ian es un chico solitario, sagaz, superdotado, que no encaja en el mundo. Se piensa un ser de otro planeta. No comprende ni acepta la estupidez humana. Padece persecuciones y maltrato.
Rick sostiene su peculiar familia con una pequeña librería temática. Percibe que algo funciona mal en casa. Cuando Sharon, que ahora triunfa en California, se lleva a los chicos de vacaciones –logra deslumbrar a Liber; Ian desdeña tanto absurdo consumismo- decide un cambio de rumbo: remodela “El rincón de Rick” y lo convierte en una librería comercial.
Entonces lo allanan , lo acusan de “vender pornografía” y es sometido a juicio.
Liber perderá su entorno de alegres amigos, habitués de shopings y centros de diversión. Ian logrará amedrentar al grupo que lo acosa, pero teme el gozo y la crueldad que experimentó vengándose de sus enemigos: se siente “apenas terrestre”.
Cuando Rick es finalmente declarado “no culpable”, los chicos deciden y eligen. Ian rechaza se parte de un grupo de “especiales dotados”: tiene que aprender a convivir como un terrícola más. Liber abandona la idea de quitarse la mochila de las dificultades mudándose con mamá -habitación , colegio, ropa nueva, auto- y se une al pequeño núcleo de su hogar de siempre. Vuelve a cargar de sentido su nombre y junto a su hermano, deciden dejar testimonio de su maduración : este libro, en primera persona, a dos voces: la de Ian, la de Liber. Ambos hablan por Rick, lo reivindican para el amor y para la vida, como el mejor referente para aprender a vivir un destino digno de libertad.
La libertad es siempre un alcázar difícil de conquistar. Acida, mordaz y a la vez, conmovedoramente entrañable.
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Que pregna en el alma...
“Click”
David Almond- Ewin Colfer…(colaboración de diez autores)
Grupo Editorial Norma Zona Libre
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Intenso. Conmovedor. Un “cadaver exquisito”, sí, pero narrativo. Una pequeña matrioschka de palabras con sentido y destino. Diez autores para narrar historia y trayectoria de G Keane y su descendencia. Días y hábitos de un gran fotógrafo que atravesó el mundo, sus guerras, momentos de prodigio y miseria, cámara en mano. Dejará a Meggie, su nieta, una misteriosa y delicada cajita de siete compartimientos. En cada uno un caracol. Y un deseo “devuélvelos a todos”. A su sitio. Ella descubre que los siete son testimonios amorosos delugares y situaciones especiales dela vida del abuelo, en los siete continentes.
A Jason, el nieto, legará sus mejores fotos…y su vieja cámara de cajón. Sabe que el niño está enojado y confundido –en casa le confiaron que es adoptado- y que busca quién ser. Será un gran fotógrafo y un entusiasta itinerante él también .Dejará su vida en una lejana playa, muy temprano.
Meggie surca una vida de venturas y llega al lugar de cada caracol, para devolverlo a su mar…menos el último: trabajo para la hija de Jason, que la acompaña en la fase final de su travesía, y también porta una cámara para construir sus días.
Cada capítulo de este puzzle que encaja prodigiosamente con los otros, fue escrito por una persona diferente. En cada uno una vida que de alguna manera quedó impresa en las películas, en la memoria, en los afectos de G, el gran viajero, el intenso filántropo.
Lo celebro y convido a festejarla, lectura amorosa -morosa también, que se lo merece- mediante.
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De pesadillas con raíces
“Tres cisnes bajo la luna”
Norma Huidobro
Ediciones Abran cancha - colección Tres gatos locos
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Irina no quiere volver a casa de la abuela , en la isla. Nada queda ahí, más que recuerdos oscuros de la crueldad de Rosario, que nunca la quiso, como tampoco pudo querer a Eugenia, su tía, ni sus papás, muertos en un accidente cuando ella tenía dos años. Vivió en esa gran casa amparada por Eugenia hasta los nueve. Entonces se fueron a Buenos Aires y empezó para ellas una vida nueva, ensombrecida solamente por las recurrentes pesadillas de Irina: el lago, los tres cisnes, la luna llena.
Debe volver por una semana, porque la tía debe hacer un viaje de trabajo.
La abuela está más fastidiosa y cruel que nunca, víctima de un acv. Siguen allí Amelia, el ama de llaves, e Isidro, el jardinero. Habrá también una enfermera dulce y jovial –Carla- y una cocinera, ambas cuidando a la abuela y asistiendo las necesidades de unos y otros.
Pronto Irina descubre que la luna y el estanque se corresponden con el paisaje…¿y los cisnes?. Vuelven las pesadillas, y hay movimientos y hechos que la inquietan. De a poco primero y a borbotones, surgirán recuerdos terribles, que su mente niña guardó muy adentro, para que no dolieran tanto. Se caerán caretas. Muchas cosas se harán comprensibles. Eugenia restañará heridas. Una novela de enigmas (policial, negro, sería el género) a las que nos tiene acostumbrados Norma Huidobro, que engarza personajes, ambientes, clima, cada vez con mayor maestría. Para jóvenes.
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Rastrear en los orígenes...
María García Esperón
Edelvives Colección Alandar
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Isabel debe enfrentar el trabajo. Presentación de su árbol genealógico. Prueba que desciende de Moctezuma, nada menos. El profesor se lo toma a risa –“y yo desciendo de Arquímedes”- , Francisco Corta, español, buen mozo, atento, no. La invita a tomar un café, en la Biblioteca Nacional, ahí, en ciudad de México.
Así empieza todo. El encuentro con Augusto Zubirí, historiador genealogista; la aventura del descubrimiento del códice de Moctezuma, de puño y letra del gran emperador; los intentos de un poderoso industrial coleccionista por apropiárselo; la intervención del “guarura” de Francisco, que como hijo de diplomáticos tiene guardaespaldas.
Una aventura entretenida ,con la dosis justa de misterio, amor, complicidades, datos de la historia y de la mitología mexicana, que se acompaña con un nutrido glosario para los términos en náhuatl , que es sustrato lingüístico del otrora imperio de la gran Tenochtitlán. Un periplo que dejará una amistad entre Isabel -la pequeña adolescente de gafas, descendiente de Moctezuma- y Francisco –que retornará a la patria por poco tiempo- ,lazos indelebles entre Norberto y Augusto Zubirí …y las disculpas del profesor de Historia, faltaba más. Para adolescentes.
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Crecer desde el amor...
“Ella cantaba (en tono menor)”
Antonio Santa Ana
Grupo Editorial Norma Zona Libre
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La protagonista de esta novela intimista y delicada es la música. Jazz, rock nacional ligado a los grandes sueños de los 60 y 70, funk, bolero, envuelven a Pablo, que debió abandonar la guitarra y abordar el bajo para acoplarse a la banda; Francisco,
Un trompetista que quiere ejecutar y cantar como Chet Baker, ahora que vino desde El Bolsón a Buenos Aires por cuestiones económicas ; Diego, que compone y es fiel a su guitarra, y ya no quiere hacer música pasatista; Guadalupe, que entona boleros entrañables en tono menor, mientras busca denodadamente su lugar en el mundo: es argen.mex, está en Buenos Aires a causa de la separación de sus padres, acompañando el regreso a casa de su mamá diseñadora.
Sobre encuentros, desencuentros, primeros desengaños, la dificultad de crecer y elegir (Pablo vive con mamá, su nueva pareja y su medio hermano, pero mantiene relación fuerte con su papá, Ernesto, un arquitecto nostálgico y reservado que adora al flaco Spinetta. Es un chico parco y con problemas para entablar relaciones . Cuando Guadalupe cierre la relación que ella misma inició , se siente morir) trata esta nouvelle encantadora “de época”.
Diego sabe qué quiere desde siempre. Participa en grupos de militancia y lo suyo son las Ciencias Políticas. Francisco vino del sur con un objetivo: la música. Guadalupe regresará a su otro hogar, México. ¿Y Pablo?. Se debe una gran charla con Ernesto. Lo dejamos buscando esa intimidad.
Entrañable. Los amantes de la música van a hacer un montón de interesantes descubrimientos. ¡Yo los hice!. ¡Fantástica!
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De maltrato y discriminaciones
“Si alguien te espera”
Lydia Carreras de Sosa - María Jesús Alvarez Macmillan
“Todos distintos”
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Apenas Itatí atenúa esa sensación de vivir en una mundo, una vida de prestado, apenas exorcisa su angustia mirando desde afuera su propia historia –la escribe como la vivió- contada en una obra de teatro por la que gana un concurso…en forma de rumor, solapada, esquina, estalla la verdad que por protegerla ocultaron su tutora, las maestras, el director del colegio: “la mamá de ´Paraguay` está presa”.
Entre miradas de asombro, comentarios torvos, un inmenso vacío hacia la niña, se sabrá que Marcela es la abogada de su madre, que el caso está a punto de resolverse, que Itatí no tenía quién se hiciera cargo de ella hasta entonces, y que creció y se educó en una cárcel. Ello no le impidió ser aplicada, seria, responsable, afectiva.
Tendrán que intervenir el aplomo, la madurez y aún la osadía para que esta nena, querida y aceptada hasta saberse su origen, recupere a bocanadas de angustia las riendas de su destino, y para que un mundo soterrado salte a la luz y conmueva los cimientos de nuestros prejuicios, nuestros miedos, nuestra crueldad.
Valiente. Atrevida. Bien armada. No esquiva nada. Todo tiene nombre y se perfilan claramente los buenos, los malos, los hipócritas, los crueles, los indiferentes, sin subterfugios. Además, es un libro de bello y delicado diseño que contiene –en manuscrita- el Diario donde Itatí vuelca alegrías, pesares, angustias, anhelos… Desde los once. Casi imprescindible
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El amor a tu lado...
“Foto Estudio Corazón”
María Fernanda Heredia
Grupo Editorial Norma - Torre de Papel Amarilla
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El pueblo de Agustín es pequeño; el nombre “Los altos cerros de San Ignacio del Corazón de Jesús”-, demasiado largo. Los puebleros le dicen “Corazón”, a secas. En la familia, todos los varones heredan el oficio del tátara abuelo: fotógrafo. El estudio se llama “Foto Estudio Corazón”. Agustín ayuda a papá en las tareas, sobre todo ahora que mamá y Valeria se mudaron a casa de los abuelos, ahora que mamá tiene otro novio con el que se va a casar, ahora que papá está tan triste. Por eso se quedó con él, en la casa de siempre.
Para desandar los días tiene a Clara, la única chica que no es una pusilánime que adora el rosa, la única desprejuiciada…una niña que parece un chico. Cuando descubre en el estudio de papá esa foto ¡se enamora perdidamente! ¿En quién confiar?: en Clara, que no se impresiona: “se llama Alegría y va a mi clase”.
Agustín es esmirriado y tímido. Dueño de orejas y ojos enormes. ¿qué hacer?. Escribirá cartas preciosas y convincentes y usará a Clara como correo. De vez en cuando una foto que haya pasado por su habilidad de “cirujano fotográfico”. Eso sí: sólo el torso, los ojos, las orejas, para que Alegría se haga una imagen que lo favorezca. Las cartas tienen respuestas que estimulan. Debe ser hora de darse a conocer. Clara duda y quiere ponerlo sobre aviso. ¿De qué?. Agustín lo hará pocos días después de haberle hecho a la chica de sus sueños una foto carnet. Alegría ya lo registra …¿o no?.
¡Ay! Si fue extraño que la chica no reconociera a Clara en el estudio Corazón, qué pensar del menosprecio cuando se atreva a abordarla, después de tantas cartas que fueron y vinieron. Un final con sorpresa y azoro. De las buenas, que hacen justicia, además. Valiosa y muuuy entretenida. Desde los once.
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Ponerse en los zapatos de otra...
“Una historia (más) de princesas”
Toño Malpica
Grupo Editorial Norma - Torre Azul
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Algo anda mal. Oli Núñez viste como princesa, habla como tal y solo acepta “lo que es apropiado”…no a su hermano, que es un energúmeno; no a sus amigos, no son dignos de una princesa, y a pesar de que la consienten mucho, siente que sus papás no están a su altura.
En otro lugar, Coqui –María Ursula Rococó Talesitana, duquesa de Mermerodia-, que ES princesa, está harta de que la escolten, la vistan, le impidan jugar con Florial, le recuerden que “no es propio de una princesa”…
Así surgen el concurso y el intercambio, promovidos por el hada madrina de una y la Tía Ingrid de otra.
Una descubrirá que ser princesa no es como se lo imaginaba: papás enfrascados en meros caprichos, ningún límite para nada, horas vacías en un mundo lleno de cosas. Otra, que la vida prolija al extremo de una niña sin amigos, sin afectos –los rehuyó siempre Oli, por “inapropiados”- no se puede tolerar. Cuando intentes operar cambios, cuando desesperen y admitan “daría mi vida por…”, cada cual vuelve a su lugar y suposición, pero con otra mirada. Una será la niña capaz de reir, jugar ,permitir que la ensucien, la toquen y llegará a límites insospechados de alegría y plenitud. Otra ordenará su mundo con menos cosas y más afectos. Escuchará consejos, demandará cariño y pondrá freno a los caprichos que la embrutecen.
Qué decir. Para divertirse, lógicamente, pero también para mirarnos un poco, a ver cuánto hay en nosotros de Olis y Coquis. Desde los once, me parece.
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De magia y realeza...
“Yo era una reina delicada”
Laura Palacios
Ediciones Abran cancha - Colección Caballo bayo
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Fue una sorpresa en el otoño de los reyes. La tutelaron y velaron por su educación las más buenas hadas, que imprimieron su nombre ven lo más delicado de su piel. Se consagró a crecer y a dialogar con los espejos. Descubrió en la torre oscura a la bruja pitonisa, que le enseñó abecedario, cálculo, el secreto de los astros y los saberes herméticos de sabios y filósofos.
Cuando a los trece la conminaron a elegir esposo, huyó, con un espejo distante, una agujita de oro y una porción de pastel interminable que le cedió la pitonisa, después de rogarle que se quedar. “Sabrás cuando usarlos”, le dijo.
No supo cómo la atrapó el caballero de nieve de sombrero azul y plumitas de búho. La dejó en un territorio habitado por muñecos de nieve. Todos tenían ojos luminosos de piedras preciosas y graciosas naricitas de fruta. “Estamos hechizados. El gran mago robó nuestros nombres y no recordamos quiénes somos”
Urgía recuperarlos antes de la primavera, antes de que se derritieran. Entonces la reina delicada usó el espejo distante y vio el lugar en que la mamá del mago ocultaba el cofrecito con los nombres. Recuperarlo fue un desafío para el que precisó la agujita de oro. Hubo que sortear la prueba impuesta por esa bruja que guardaba magia y crueldad en el gran rodete que coronaba su cabeza maldita…
Extraña. Atrapa muy de a poquito, con un relato en primera persona engarzadito de belleza sutil.
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De fortalezas y amistad...
“¡Qué guapa tu madre!”
Lydia Carreras
SM El barco de vapor serie roja
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Branco –once años- disfruta tanto de sus dibujos –es especialista en historieta, y su personaje preferido es el Corto Malté- se esmera tanto en ellas después de haber tomado clases a distancia con Hugo Pratt- que casi no siente el peso de quedarse solo por las mañanas en el departamento que alquila Andrea, su mamá, desde que se mudaron de lo de los abuelos, en Córdoba, porque ella necesitaba independizarse y forjarse una vida nueva, ahora que papá es un doloroso pasado.
Tenía una niñera que ya no puede venir. Mamá no acierta a encontrar un reemplazo. La preocupa estar tan absorbida por su trabajo, que la mantiene fuera todo el día, lejos, hasta bien entrada la noche. Delma, la señora metiche del mercadito de la planta baja, aunque molesta un poco con sus nada discretas observaciones, es la única que percibe una nube en la mirada de Andrea, y le pide un teléfono, por si acaso.
Mientras desempeña sus labores con buen criterio, Branco se cruza con el señora Otto, que vive en el mismo piso, dos puertas más allá. Debe llevarle una carpeta que olvidó en lo de doña Delma… Su vida dará un vuelco. Tendrá el maestro que anhelaba. Tocará el cielo con las manos. Su trabajo con trazos y tintas alcanzará el borde de la perfección. Tanto , que cuando ocurre la gran explosión por la pérdida de gas en el edificio, los bomberos podrán jurar que reciben al niño exánime de brazos de un personaje extraño y etéreo –el Corto-. El número pedido por la vecina, su mirada incisiva, habrán torcido un destino de tragedia.
Lydia Carreras, tan sensible a las problemáticas sociales de nuestros días, ficcionaliza a la vez que historia el trágico escape de gas que sumió a la ciudad de Rosario en el horror y el desconcierto. Para recomendar fervientemente, desde los once.
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"Mas polvo enamorado..."
“Muerto, maldito y enamorado”
Rosa Huertas
Edelvives Alandar (X Premio Alandar)
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Elisa vive con su papá –heredero de una vieja zapatillería- con Carmen, su hermana, y con la abuela Milagros, en la tradicional calle Toledo, en el casco histórico de Madrid. Lo que es orgullo del padre fue agobio para mamá, que se fue, buscando otros aires. Elisa es pequeña y vulnerable. Se apoya en Ricardo, su amigo africano, otro raro que solapa su timidez y sus problemas en el dibujo. Sus padrea adoran a la chica, pero el de ella, conservador, no tolera al joven.
El día que Carmen –que detesta la literatura- encarga a su hermana una investigación sobre vida y obra de Lope de Vega, la vida de Elisa se conmueve hasta los cimientos. Cuando retira el único libro que queda en la biblioteca en el sector correspondiente –extraño un solo ejemplar para un autor prolífico, ex alumnos del colegio, además- se siente morir: se le manifiesta un espectro con un solo ojo, que la llena de pavor y de un frío sobrenatural. Carmen insiste: “si no lo hacés, desapruebo.
Así comienza esta aventura, que llevará a Elisa a lugares, tiempos e historias insospechadas. El espectro debe recuperar su memoria y sobre todo su nombre, para poder abandonar el ámbito de la biblioteca y sortear la maldición que sobre él impuso Lope. Si acompañás a la chica –cuando uno se conecta con un espectro, muchos otros que no descansan hacen sus peticiones- harás un derrotero por territorios pavorosos, pero conocerás detalles interesantísimos del Madrid del siglo XVII y de la vida peculiar del genio del teatro del siglo de oro. Sabrás del poder luminoso y también oscuro del amor. La acompañarás a casa de Lope y verás en el espejo del dormitorio de su hija menor el fantasma de la niña, el gran amor del fantasma tuerto, maldito y enamorado.
Carmen hará lo suyo, porque entusiasmada con los visos de los sucesos –ignora cuánto sufre su hermana, presa ahora de dos amores- descubrirá el nombre buscado. Ricardo tendrá la misión más importante: ofrecer sustancia corpórea al enamorado… Esoterismo, buena Literatura, profundas reflexiones sobre el amor y la fidelidad. A mi juicio, con todos estos ingredientes, PRECIOSA. Para jóvenes (y enamorados)
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Hacerlo en equipo...
“El faro de la mujer ausente”
David Fernández Sifres
Edelvives Colección Alandar (XI Premio Alandar 2011)
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Cinco chicos de diferentes nacionalidades serán nucleados cuando ganen un premio de perfeccionamiento en francés, en Bellemer, una de las sedes del desembarco aliado en Normandía durante la segunda guerra.
Mientras perfeccionan el idioma se los invita a conocer la fatídica historia del lugar. Franz y Henry –alemán e inglés- , testigos de la alianza de por vida de dos supervivientes de bandos contrarios, derribarán sus mutuas reservas y entablarán una amistad construida desde el rechazo inicial. Gabriella –bella y vital italiana- y Klara –después sabremos que en su caso el viaje es un premio de una fundación a enfermos terminales- acompañarán a Hugo –español- sobre todo desde la experiencia paranormal por la que cree haber sido testigo de un asesinato sin lograr hacer nada por evitarlo. Todos se hermanarán en torno a esa obsesión del jovencito y trazarán estrategias para develar un misterio. Muchos enigmas deberán aclararse. Caerán máscaras sostenidas por décadas, surgirán identidades atormentadas que vivieron tras la fachada de nombres como “Bernard”, guardián del faro, Mathieau Schwaller, director del orfanato.
Una historia densa sobre destinos aciagos que impone una guerra que se cierne sobre unos y otros, para segar vidas, sueños, amores,. Un testimonio valiente sobre los esfuerzos por sobrevivir alodio, el dolor, el resentimiento, las pérdidas.
Atrapante, bella, digna, sobria. Un llamado a la paz de los pueblos. No te prives. Adolescentes.
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Recuperar afectos y volver a las raíces...
“Vuelta al sur”
Mario Méndez
Edelvives Col. Alandar
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Cuando Pablo salió de Trelew para radicarse en Mar del Plata a terminar su carrera –Periodismo-, sabía muchas cosas de su abuela, la Mena. Se hablaba de ella con resentimiento. Cuando ya instalado en Buenos Aires sintió que algo no funcionaba en su vida, y que su permanencia en el diario dependía de una idea original, cuando la halló: Historias de viejos lindos… supo que le darían las fuerzas para encontrarla. Quería escuchar esa historia tantas veces repetida desde la mirada de ella; Filomena Juliana Benavidez. Solo sabía que estaba en Buenos Aires, esa ciudad inmensa, tantas veces cruel y marginante.
La metrópoli lo estaba expulsando cuando al fin dio con ella. Ya no tenía trabajo, ni novia. Por eso la idea tan osada de convidarla al sur, a cerrar una historia de dolor y desencuentros. La Mena, Julita, tan vital y valiente, aceptará el convite como el más grande desafío, aunque flaquee más de una vez en el trayecto.
De ese viaje desde la gran ciudad al sur que purifica, del derrotero de la abuela desde los tristes días de infancia en una pequeña aldea chilena, hasta la necesidad de volver a ver a sus hijos, de las muchas pérdidas, del abandono, de la soledad, de la portentosa capacidad de reponerse aunque muchas veces decaiga la voluntad de llegar hasta el final, trata esta linda novela de viaje. De viaje: por las rutas de un país inmenso y por los hitos fundamentales de una vida: la Mena, Julita. Dos hijos a los que tuvo que dejar. Un amor perdido. La incomprensión de la familia. El silencio de Francisco –papá de Pablo- el rencor de Helena… Dos viajes y una posibilidad.
Cuántos destinos habrá así de azarosos. Qué bien que alguien pueda poner la palabra, para que los aparentes silencios, las ausencias dolorosas, los abandonos que no se explican encuentren un motivo. Qué bien que alguien se atreva a proponer la maravillosa oportunidad de restañar heridas, aunque sea lejos en el tiempo y en el espacio.
Saludable. Entrañable. Reparadora. Jóvenes y adultos
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Reencontrarse en los ojos del otro...
“La mirada de la luna”
Jaume Cela I Ollé
La Galera - Colección Grumetes
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El encuentro –fortuito primero, querido y buscado después- entre Daniel y Bartomeu, será sanador para ambos. Daniel, hijo de la portera del edificio, a quien mamá debe traer al trabajo porque papá está en proceso de recuperación, es un niño que sufre, aunque lo disimule admirando a Rambo y cuanto héroe de serie demuestre fuerza y poder.
Bartomeu es un anciano que carga con el enorme peso de la culpa por la muerte del amigo que fue hermano. Sobreviviente
De la guerra civil española que se llevó la vida del amor de su vida, donde combatió con los republicanos, combatiente junto a Jordi, el hermano de vida, en la resistencia francesa de la segunda guerra.
Cuando el viejo descubra el por qué de los terrores del niño, quién es esa “Mancha” de aliento alcohólico que lo martiriza, podrá él también restañar su duelo por la muerte temprana de Jordi, de la que siempre se sintió responsable.
Sobria y medida. Una amistad hecha de charlas, paseos, pero sobre todo de encuentros en torno a la lectura y los libros, redime a los protagonistas desde el sufrimiento agónico a la gozosa aceptación de mejores destinos. Para jovencitos.
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Del amor que es para siempre...
“Aunque diga fresas”
Andrea Ferrari
SM Gran Angular
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Ayelén vive con sus papás en Madrid, aunque nostalgia con Buenos Aires donde quedó su hermano Bruno. Fernando muere por volver a Ecuador. Claudio no quiere regresar a Colombia, a pesar de que él y su papá tienen problemas de residencia –son ilegales- y eso conlleva dificultades económicas y de salud –papá José padece insomnios, úlcera y ahora verdaderos ataques de pánico-.
Sergio es madrileño. Lo tiene todo y sin embargo se queja de “falta de libertad”. Un día decide cambiar su vida con la de Claudio. No imaginan que es solo la primera apuesta fuerte que juegan en la vida. Todos se verán envueltos en una vorágine de acontecimientos que los unirá y los obligará a replantear posturas.
Los sucesos serán la “Historia del mes” en un diario local, cuando Ayelén –que decide quedarse en Madrid- se sienta convocada por un concurso. Atrapante. Con todo el brío y las dudas de los proyectos adolescentes. Para jóvenes.
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Dolores que se callan...
“Hay palabras que los peces no entienden”
María Fernanda Heredia
Alfaguara Juvenil
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Cuando Francisca recibe el llamado y ab re la puerta, cree que los días de soledad y miedo se terminan. Ahí está el pequeño labrador, negro, tibio, amigable. Se lo ha regalado Miguel, su hermano, que debió irse de casa cuando se negó a seguir la carrera elegida por papá.
Papá es violento, denso, frío. No acepta al cachorro, y la niña deberá deshacerse de él. Quebrada, lo lleva a la tienda de mascotas. Ahí está Julián, que también carga un dolor largo. Vive con el abuelo veterinario, la única luz de su vida, porque su padre padece desde hace muchos años una profunda depresión que lo ha convertido casi en un niño sombrío.
Papá no solo golpea con órdenes y miradas gélidas. Puede apelar a las cachetadas, puede anular a mamá, que no se atreve a enfrentarlo, revisar los mails de la chica, impedir que Francisca vea a Miguel y su pareja…cuando después de los golpes lo muerde el remordimiento, reemplaza el perro por un pez. Francisca lo mira, distante y sordo y siente que ella también vive en una pecera de la que solo emerge cuando, después de clases, visita a Solón –así llamó a su labrador- y a Julián, que lo cuida.
Algo –terrible, definitivo- deberá pasar para que en la vida de estos dolientes se abra una hendija, una pequeña grieta por la que entre la luz. Quizás ese algo se inicie en la cola festejante de un pequeño cachorro, o en los ojos glaucos y lejanos de un pez en su pecera silenciosa.
Lacerante, y aún así, entrañablemente hermosa
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Fantasy del nuestro...
Saga : “El último reino” – “Heredero de las hadas” - “Heredera de dragones”
Leo Batic
Ediciones “B”
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Conocemos a Leo Batic como el gran investigador, el exquisito dibujante de seres mitológicos: duendes, hadas, dragones…Ahora, como miembro de la “Cofradía de la luna llena” nos ofrece su primer saga fantástica, ambientada en Buenos Aires. Aquí y ahora.
Sofía es una adolescente que vive con su mamá adoptiva -papá ya no vive con ellas- y tres tías excéntricas, extrañas, un tanto sobreprotectoras. Un día –precisamente el de su menarca- se siente trasportada a otra dimensión: asediada por un mundo de seres fabulosos que le recuerdan una de sus más persistentes pesadillas: la de estar envuelta en una burbuja gelatinosa, custodiada por grandes dragones marinos.
Tendrá que aprender que no es un ser como tantos: es “heredera del último reino”. Fue la niña entregada al cuidado de hadas y dragones, cuando los reyes sucumbieron al asedio de Ragarath y su legión de seres oscuros.
Tiene papás adoptivos porque sus tías –parte de esas hadas de antaño- estuvieron cuatro décadas vagando por América buscando la familia apropiada para la heredera, salvada y cobijada en el seno de una dragona a la espera del tiempo propicio para “volver a nacer” en Buenos Aires.
Ahora Ragarath, hada pérfida que demanda el trono para dominar el mundo, sabe dónde se refugia, bajo qué identidad, y pondrá todo el mundo mágico que responde a su mando para destruirla.
No tiene el misterio ni la belleza metafórica, ni la pujanza mística, ni el brillo literario, ni ha logrado crear un mundo tan querible como el de Bodoc, como los de Averbach, pero tiene un interesante manejo de los tiempos que convierte la lectura
En todo un desafío, y ha sabido perfilar personajes entrañables y reglas propias para vivir en “esta realidad” y en ese mundo paralelo, simultáneo, que parece responder a la “teoría de las cuerdas”.
Bienvenido pues a la cofradía del Fantasy argentino. Habrá que esperar el cierre, tomo III
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El dolor de casi no ser...
“La piel de la memoria”
Jordi Sierra i Fabra
Edelvives Col Alandar
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Kalil Mtube desgrana su historia. Vivía en una pequeña aldea africana. Mabalébala, Mali, cerca de Burkina fasso. Creía ser feliz. Mayele Kunasse, el sabio del lugar, le había prevenido: el mundo es inmenso y cruel. Cuando su padre lo vendió por quince dólares, pudo comprobarlo. Zippo –el hombre de muchos nombres- lo llevó grandes distancias, junto a otros niños, usando la lengua dura de su vara, y los grilletes.
Fue destinado a un campo de cacao en Costa de Marfil. Desde el primer día brilló en sus ojos la luz de la rebeldía. Manu Sibango, su apropiador, lo supo , y truncó siempre huidas con castigos cada vez más rigurosos. Kalil buscaba en las noches la estrella de Kebila Yasse, su madre, que le había dicho que iba a estar en el cielo abierto, brillando para él.
Se hizo casi hombre en los cultivos. Padeció hambre, dolor, miseria. No había solidaridad ni siquiera entre quienes corrían la misma suerte. Cuando Naya llegó a sus ojos, su rebeldía se aplacó. Buscó ese calor y esa complicidad. Se vengó duramente del hombre que la maltrató. Pero la joven murió tras dar a luz al niño concebido tras reiteradas violaciones.
Entonces ya no temió la furia del patrón. Huyó.
Hubo meses de tegua en Daloa, la vieja ciudad donde se le brindaron Ama Naru, la segunda mujer de su vida, y Masa Bissou, el maestro que le enseñó a leer y escribir porque con eso le entregaba la llave de la libertad.
Pero el tiempo del dolor iba a prolongarse. Junto a otros niños y jóvenes fue atrapado para ser parte de la mercancía a trasladar en un viejo barco, que navegaría furtivo y oscuro en pleno océano.
En la más límite de las situaciones vitales, Kalil comprenderá que hubo destinos más ominosos que el suyo, que el de Ieobá Bayabei, su compañero de infortunios desde el principio, cuando escucha el duro nihilismo de Big Ngu, mercenario en todas las guerras, su último compañero de padeceres en el vientre asfixiante del barco de esclavos. Comprende que en su vida hubo al menos luz de amor _Kebila, Naya, Ama, Mayele, Ieobá, Massa…- y una esperanza imbatible, perpetua.
Tal vez lo salva el cúmulo de recuerdos amables, y la voz de su madre, que parece decirle “te están llamando”, cuando él cree haber llegado desde el tubo infecto de su último escondite, al país de las estrellas.
Un testimonio valiente de este autor que no evade responsabilidades. En el apartado “Agradecimientos y recuerdos” , las cifras de la ignominia, en pleno siglo XXI. Niños esclavos, guerreros, explotados , expulsados de sus pueblos, refugiados en grandes campamentos, en pleno desierto. Se cuentan por millones. Son demasiados para que lo soporte fría la conciencia universal. Mis respetos y mi admiración, Jordi Sierra.
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Sanar el alma...
“La entrevista”
Liliana Bodoc
Alfaguara Serie Roja
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Nada será igual en la vida de Guada, Manuel, Gregorio y Justina a partir de ese trabajo grupal ineludible para aprobar el curso que les encomienda una rigurosa profesora de Literatura. Tendrán que hacerlo juntos, sin posibilidad de elección. Elegir sí el entrevistado, grabar, desgravar, dar forma al trabajo sin una sola huella de oralidad. Tejer una estrategia para funcionar juntos. Ellos, tan diferentes. Y –creen que lastimosamente- llegar al personaje por descarte. Lo propone Manuel, cuando les falle el prominente neurólogo elegido por Guadalupe, que lo detesta porque sospecha de un affaire de Pedro Montiel con Paloma, su mamá. Y sin embargo, l entrevista a ese actor alguna vez famoso, lacerado y apartado del mundo de las tablas por un dolor definitivo, que arma para ellos una escena para que todos comprendan qué es el teatro -pasajes de Shakespeare y creaciones personalísimas preparadas especialmente-, cuánto compromete…cambiará la vida de todos. A pesar de que el trabajo final se entregue pobre y a destiempo. Guadalupe podrá tolerar la situación familiar: un padre acusado de intoxicar y matar niños de un hogar con una donación de alimentos en mal estado, cuando su única intención era bajar cargas impositivas, una madre que se evada de la cruda realidad del estigma construyendo puzles de escenas marinas, de cinco mil piezas
Gregorio dejará de engañarse y de dilatar proyectos que tienen que ver con el “miedo a crecer”. Se descubrirá un actor innato y empezará tímidamente, con Pedro, una carrera.
Justina aceptará una mamá extraña, un poco mística, un tanto hippie, siempre al borde del abismo, y de mano de Manuel y la música, conocerá el amor.
¿Y Manuel?. Enamorará a Justina y descubrirá que lo de mamá no es traición. Es vocación escondida que pudo despertar al contacto con ese actor del barrio, desesperado de soledad.. Irá al estreno de la primera obra que tenga a Paloma como protagonista y revindicará su rencor: papá camionero jamás fue traicionado.
No es una lectura fácil. Nunca es sencilla Bodoc. Ofrece remansos y cataclismos. Tempestades y alas livianas. Acá el tormento de Otelo, la dolorosa mansedumbre de Cordelia, el brío de Puck. Leerla siempre es desafío y luminosa conquista. Para jóvenes y fanas de la autora.
Liliana Bodoc
Alfaguara Serie Roja
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Nada será igual en la vida de Guada, Manuel, Gregorio y Justina a partir de ese trabajo grupal ineludible para aprobar el curso que les encomienda una rigurosa profesora de Literatura. Tendrán que hacerlo juntos, sin posibilidad de elección. Elegir sí el entrevistado, grabar, desgravar, dar forma al trabajo sin una sola huella de oralidad. Tejer una estrategia para funcionar juntos. Ellos, tan diferentes. Y –creen que lastimosamente- llegar al personaje por descarte. Lo propone Manuel, cuando les falle el prominente neurólogo elegido por Guadalupe, que lo detesta porque sospecha de un affaire de Pedro Montiel con Paloma, su mamá. Y sin embargo, l entrevista a ese actor alguna vez famoso, lacerado y apartado del mundo de las tablas por un dolor definitivo, que arma para ellos una escena para que todos comprendan qué es el teatro -pasajes de Shakespeare y creaciones personalísimas preparadas especialmente-, cuánto compromete…cambiará la vida de todos. A pesar de que el trabajo final se entregue pobre y a destiempo. Guadalupe podrá tolerar la situación familiar: un padre acusado de intoxicar y matar niños de un hogar con una donación de alimentos en mal estado, cuando su única intención era bajar cargas impositivas, una madre que se evada de la cruda realidad del estigma construyendo puzles de escenas marinas, de cinco mil piezas
Gregorio dejará de engañarse y de dilatar proyectos que tienen que ver con el “miedo a crecer”. Se descubrirá un actor innato y empezará tímidamente, con Pedro, una carrera.
Justina aceptará una mamá extraña, un poco mística, un tanto hippie, siempre al borde del abismo, y de mano de Manuel y la música, conocerá el amor.
¿Y Manuel?. Enamorará a Justina y descubrirá que lo de mamá no es traición. Es vocación escondida que pudo despertar al contacto con ese actor del barrio, desesperado de soledad.. Irá al estreno de la primera obra que tenga a Paloma como protagonista y revindicará su rencor: papá camionero jamás fue traicionado.
No es una lectura fácil. Nunca es sencilla Bodoc. Ofrece remansos y cataclismos. Tempestades y alas livianas. Acá el tormento de Otelo, la dolorosa mansedumbre de Cordelia, el brío de Puck. Leerla siempre es desafío y luminosa conquista. Para jóvenes y fanas de la autora.
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De lo que hay que hablar...
“Los ojos del perro siberiano” Antonio Santa Ana Grupo Editorial Norma Zona – Zona Libre
Otro tema “perturbador” para la literatura para jóvenes. Alguien –no sabemos su nombre porque el único nombre que importa es el de Ezequiel, su hermano- narra la historia de su familia : clase acomodada, casona en San Isidro, colegio y club privados. Mamá que cultiva un pequeño solar de hierbas –la voz dice que amó siempre el olor a romero, porque ese pequeño jardín fue lo único que lo acercó de veras a su madre, por breves ratos-, padre autoritario acostumbrado a decidir y acomodar la vida de todos. La suya –ajedrez, rugby, buenas notas en el colegio de prosapia, música clásica- y la de Ezequiel, el hermano mayor, la estrella en quien estaban puestas todas las esperanzas y las miradas.
Hasta que Ezequiel es un proyecto que se quiebra. Se va de casa a los dieciocho, cuando el pequeño que cuenta tiene cinco, y ya no se lo nombra siquiera.
La mirada ausente y llorosa de mamá, la dureza de papá llevan a este hermano a averiguar, a los once, dónde está Ezequiel, por qué se fue, por qué todos –menos la abuela, esa anciana dulce y sabia que mantiene vinculo estable y afectivo con el nieto- están tan enojados con él.
La revelación destruye y enfada. Hasta que este hermano menor decide imponerse por sobre el muro que la sola palabra ha construido: SIDA, y recuperar el amor en lo que resta de esa vida joven que se apaga sin remedio.
Ezequiel vive sol en compañía de Sacha, su perro siberiano, de quien dice “los únicos ojos que me miran igual, en los únicos ojos en que me veo como soy, no importa si estoy sano o enfermo, es en los ojos de mi perro”. Antes de morir tocará para su hermano, como último gran tributo de amor la Suite Nº y en sol mayor de Bach, en chelo, y le legará el tibio amor por la lectura, para no dejarlo desamparado.
Del dolor, de los prejuicios, de la hipocresía, pero también del coraje de atreverse a vivir con alegría. Inenarrablemente hermosa, necesariamente sobria, indiscutiblemente honda y lacerante. Para recomendar con fervor y admiración
Otro tema “perturbador” para la literatura para jóvenes. Alguien –no sabemos su nombre porque el único nombre que importa es el de Ezequiel, su hermano- narra la historia de su familia : clase acomodada, casona en San Isidro, colegio y club privados. Mamá que cultiva un pequeño solar de hierbas –la voz dice que amó siempre el olor a romero, porque ese pequeño jardín fue lo único que lo acercó de veras a su madre, por breves ratos-, padre autoritario acostumbrado a decidir y acomodar la vida de todos. La suya –ajedrez, rugby, buenas notas en el colegio de prosapia, música clásica- y la de Ezequiel, el hermano mayor, la estrella en quien estaban puestas todas las esperanzas y las miradas.
Hasta que Ezequiel es un proyecto que se quiebra. Se va de casa a los dieciocho, cuando el pequeño que cuenta tiene cinco, y ya no se lo nombra siquiera.
La mirada ausente y llorosa de mamá, la dureza de papá llevan a este hermano a averiguar, a los once, dónde está Ezequiel, por qué se fue, por qué todos –menos la abuela, esa anciana dulce y sabia que mantiene vinculo estable y afectivo con el nieto- están tan enojados con él.
La revelación destruye y enfada. Hasta que este hermano menor decide imponerse por sobre el muro que la sola palabra ha construido: SIDA, y recuperar el amor en lo que resta de esa vida joven que se apaga sin remedio.
Ezequiel vive sol en compañía de Sacha, su perro siberiano, de quien dice “los únicos ojos que me miran igual, en los únicos ojos en que me veo como soy, no importa si estoy sano o enfermo, es en los ojos de mi perro”. Antes de morir tocará para su hermano, como último gran tributo de amor la Suite Nº y en sol mayor de Bach, en chelo, y le legará el tibio amor por la lectura, para no dejarlo desamparado.
Del dolor, de los prejuicios, de la hipocresía, pero también del coraje de atreverse a vivir con alegría. Inenarrablemente hermosa, necesariamente sobria, indiscutiblemente honda y lacerante. Para recomendar con fervor y admiración
El amor llama dos veces...
“El juramento de los Centenera” Lydia Carreras de Sosa Edelvives
Col. Alandar – VII Premio Alandar
Cuando Josep siente a su lado algo de la tibieza de la fraternidad se atreve a confiar el terrible secreto que los cuatro varones Centenera juramentaron guardar cuando desembarcaron –l905: huían del hambre y del posible alistamiento para la guerra de Melilla, en España- en el puerto de Buenos Aires.
Cuando le narra a Encarna la triste historia de la pérdida de sus padres, la decisión de Lupe de desposarse con el mísero dueño de las tierras que cultivaron siempre, la iniciativa de Francisco –el mayor de los varones- de cumplir el deseo de migración que habían alumbrado cuando eran una familia completa, el largo y azaroso viaje junto a una abigarrada multitud de pobres que también soñaba con la América…se lo dice (es que Encarna apremia “en tu relato me falta una niña”).
Entonces se pone en marcha una maquinaria sutil de búsqueda –que encabezarán don Juan Parelló, el patrón, su amigo de siempre, el juez Modesto Valero- , una trama de secretos y mezquindades -Elisa, Candelaria, Ramón Caballero-, la tormenta afectiva y moral de quienes juraron enterrar el secreto: Francisco, Josep y los mellizos Salvador y Domingo.
Cuando el peso del juramento enloquece a uno de los gemelos, Josep sabe que hizo lo correcto, a pesar de la ira y el rechazo inicial de Francisco.
Su tenacidad –junto a la invaluable perseverancia de Don Juan, el juez, Encarna y otros compañeros de trabajo- permitirá deshacer una urdimbre de horrores… y recuperar del pozo más profundo a la pequeña María .
Un sobrio, contenido y luminoso tratado sobre las pasiones; las que enaltecen y las que envilecen. Un testimonio basado en hechos reales. Una historia que pudo ser definitivamente trágica y destructiva, pero que no lo fue por el coraje de un adolescente, y el apoyo de un entorno sano. Jóvenes y adultos, no abstenerse.
Para detectives sagaces...
“Los dos Giménez” Griselda Gambaro Alfaguara juvenil
Entretenida. Dinámica. Sutil. Justiciera. Pico Dormido se conmueve con la noticia del asesinato del capitalista usurero del pueblo. El comisario deberá desperezar su modorra, y hacer que su ayudante –Facundo Giménez- investigue el caso sin abandonar las tareas habituales que le facilitan los días: mantenerle el parque, hacer los mandados y otros menesteres. Quizás haya ascenso, se ilusiona.
Giménez se aboca y cuando encuentra en la escena del crimen una vieja cigarrera con las iniciales FG, se alteran los cimientos de su moral: Francisco Giménez, su inseparable amigo de infancia. Deberá ir a buscarlo, después de décadas de haber abandonado juegos y complicidades, a la vieja chacra que heredó de su padre. Irá una y otra vez, y se retirará siempre antes de escuchar la confesión, que duele a los dos por igual.
El comisario reclama premura. Giménez sabe que el otro Giménez es una persona entera, de buena familia, amado padre y esposo .Al fin y al cabo quien asesinó al pérfido prestamista hizo un favor al pueblo: todos le debían mucho dinero y a nadie se puede reclamar nada: el justiciero ha hecho desaparecer toda huella de deudas. ¿Qué harán los dos Giménez? ¿Cómo reaccionará Pico Dormido? ¿Habrá ascenso para el comisario?.
A no perderse este policial que es también un amoroso tratado de ética, filosofía, nostalgia. Fidelidades y justicia.
Grande Gambaro también cuando escribe para jóvenes.
Curar el alma y volver a levantarse...
“Piedra, papel o tijera” Inés Garland
Alfaguara Serie Roja
Devastadora. Pero necesaria. Las ilusiones, las pasiones, las pequeñas preocupaciones de la cotidianeidad, la inconmensurable tragedia argentina de fines de siglo en una novela para jóvenes dispuestos a no soslayar la Historia.
Alma –clase media acomodada, hija única (“vivís en una burbuja”, le reprochará Marito adolescente cuando todo está a punto de quebrarse) – vive una infancia feliz a no ser por los pequeños avatares de la vida con sus amigos de fin de semana en el Delta. Marito y Carmen son de ahí, como la abuela Angela, los tíos Tordo y Chico… un mundo de barcas, juncos, pesca, crecidas… En los días niños ella cree que solo los separa la semana, un canal y la calidad de la vivienda. Pero los separa un mundo, y el únicp puente que persista será el amor…y la desesperación. Cuando Alma pueda romper la burbuja, impulsada tanto por el amor como por la angustia, el pavor, comprobará que la violencia se ha cernido sobre todos. Para Marito y los suyos, tortura y desaparición. Para ella la desfachatez de la ignorancia de clase, los insulsos argumentos de su colegio católico, la empecinada negación de sus padres. Violencia también.
La noche larga y negra de la dictadura fueron. Si se quiere cambiar un destino, habrá que mirarse. Mirar. Recordar.
Por eso Alma volverá treinta años después a los paisajes del delta, a sus rutinas, sus entrañables haceres, a reconocer en Ariel, hijo de Carmen y Emil, nieto recuperado, los ojos luminosos, el andar, la fuerza de Marito, para que todos tengan Historia, y salten por sobre la categórico y doloroso rótulo “desaparecidos”. Para que aparezcan otra vez, revindicados.
Señero el epígrafe que encabeza un Epílogo abierto a la Esperanza. Es del Subcomandante Marcos , y habla de la memoria, una de las siete guías del corazón humano, junto con la verdad, la vergüenza, la consecuencia, la honestidad, el respeto y el Amor.
Contar el sufrimiento para poder vivir...
“Veladuras” María Teres Andruetto Grupo Editorial Norma Zona Libre
Rosa Mamaní ha vuelto a la casa y los paisajes de baguala de su abuela. Debe sanar su alma. Haciendo veladuras y rescatando figuras de ángeles, haciendo parecer viejo lo que es nuevo –pátina, jabón de oro, betún de judea y mucho restregar- va sacando dolores viejos a la superficie.
Gregoria era de estas tierras, como papá. Ella, Rosa, la invitó a casa, porque estaba sola. De a poco Gregoria se puso a amasar, a preparar tamales y humitas, y a cantar bagualas queditas. Papá acompañaba con la caja, hasta que ocurrió lo que ocurrió y papá debió irse, y no lo soportó.
Después de verlo colgar del algarrobo, Rosa enfermó y la mandaron a la casa de descanso, con la cabeza llena de pájaros lacerantes. Pero su cura fue volver a la tierra de la otra Rosa Mamaní, y rescatar la vieja casa, y hacer veladuras mientras cuenta, con tono monocorde y cansino, con calma norteña, el dolor de adentro. Puede hacerlo porque ha vuelto a ver a Gregoria llevando al niño de la mano. Lave de lejos. También ella se ha refugiado en su tierra, para sanar, para olvidar.
Vivir en los márgenes...
“Perros de nadie” Esteban Valentino S.M. Gran Angular
En la abyección de la marginalidad y sus lacras: delincuencia, drogas, violencia, prostitución… hay sin embargo gloriosas epifanías de luces pequeñitas para que la vida se cuele en el barrio de la Fábrica, donde el viejo Eleazar cuenta una y otra vez a Nueve sobre el destino de Masada al cual debe su nombre de resistencia y orgullo, mientras le enseña hechizos y ensalmos del Africa ancestral que colaboran para que se pueda recuperar en el viejo taller –su propia Masada- todo trasto mecánico que le traen. Para que el sol se derrame en los vericuetos barrosos de la villa donde Bardo se refugia en Hugo, carpintero fracasado de día, triste puta travesti de noche, un ser que busca la luz sin perder la confianza en sí mismo.
No se quieren los de la villa y los de la fábrica. Lo irremediable se desencadenará cuando el jefe de la pandilla de Nueve ordene lacerar a Hugo, que regresa a casa travestido en Elizabeth. Bardo no podrá tolerarlo porque “no hay buenas en la vida”, como comenta su amigo. Ni siquiera deshará la trama urdida que decida su destino cuando sepa que Nueve será el padre del bebé que engendra su hermana Sandra.
O tal vez no habrá marcha atrás para que después de la Muerte –Eleazar, que se despide porque ya ha entregado y enseñado todo, Bardo porque se impone como último límite no matar- haya vida nueva, fresca, sana: Alexis, el retoño de Sandra y Nueve, que se dan chance a sí mismos como dueños del Taller-fortaleza del maestro Eleazar.
Bardo se redime por la muerte. Hugo-Elizabeth por amor. Y los demás… los demás son solo perros de nadie.
Una nouvelle inquietante, que pone mirada a los lugares que no queremos ver, pero existen por puro derecho a la vida.
La peor esclavitud...
“El pan de la serpiente”
Norma Huidobro
Grupo Editorial Norma Narrativa Histórica.
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No por nada ganó esta autora el premio Clarín novela con “El lugar perdido”. Acá, literatura crecida, cuidada, profunda, bella. Excelente narrativa, la trama, la dinámica, el lenguaje, la temática. Hay suspenso, denuncia, compromiso por dar voz a quienes siempre se les ha negado.
Felisa considera haber nacido el 26 de noviembre de 1892, cuando desembarcó con Joaquín –su enamorado- en el Puerto de Buenos Aires, huyendo de la crueldad, los malos tratos, el peor de los abusos. Entra a “servir” en una casa y coincide con Juana, hija de india, arrebatada de los brazos de su madre por la fuerza. Comparten cuarto, dolores, una vida de abusos…y sueños. Felisa logra ser feliz –tiene a Joaquín-, Juana no: padece el abuso del “señorito” y la prepotencia de la madre. Le ha confiado a su amiga ciertas cosas. Cuando Felisa, que es curiosa y escucha conversaciones de los señores es consciente de que Juana –que ha sido “prestada” a la familia que comparte veranos camperos con el señorito- repetirá la historia que ella misma vio en la casa de la serpiente, no cejará en su lucha por recuperarla.
De qué lejos viene la trata de personas, el trabajo esclavo, la prepotencia. La hermandad de estas dos desdichadas y la valentía de un jovencito lograrán torcer el destino,al menos por esta vez. Para adolescentes.
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De cuando nació la patria...
“El rastro de la canela”
Liliana Bodoc
Grupo Editorial Norma Narrativa
histórica
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De casi inasible hermosura. Compleja y heroica. Amanda regresa a Buenos Aires colonial de la que partió muy pequeña por designio de sus padres. Ha vivido días libres y felices en Río de Janeiro, en contacto con los negros y su cultura. A la muerte de su padre retorna con María –esclava pero más bien amiga- a casa de Clara, su hermana mayor, casada con un hidalgo español con el que ha tenido a Fausto, un ser empequeñecido por al enfermedad y el resentimiento. Es que Eladio Torrealba tiene un hijo bastardo. Lo concibió con Veridiana, una hermosa esclava negra: Tobías Tatamuez, un mulato sano, alegre, capaz de manejar la hacienda del padre sin dejar de vivir y gozar con los suyos.
A Clara le duelen el apocamiento de Fausto, el modo desenfadado con que Amanda se relaciona con el mundo, su simpatía por los esclavos… y la preferencia indisimulada de Eladio por el “bastardo”.
El bastardo es un libertario que alumbrará la revolución. Enamorará a Amanda. Nada les será fácil, pero intervendrá la providencia en la figura de don Eugenio Montesinos, notable caballero que renunciará al amor, por amor. Un Bodoc entrañable que rescata la historia, el sustrato dignísimo de la cultura negra y aborigen, y los sentimientos indómitos de rebeldía, libertad, y amor. Leerla, que solo puede contarte parte del rico argumento. La belleza, la hondura, está en la novela
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Salvar lo que nos queda...
“La lluvia y los cinco”
Márgara Averbach
Letra Impresa Col Son soles
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De una belleza honda y esperanzada. Un llamado urgente a la cordura que no olvida que el alma y la razón humanas necesitan palabras lacias y mansas y frescas para comprender, para decidir un cambio de rumbo.
Alguien “de la raza loca parecida a los monos”, sueña el futuro. Sin hombres ya y con un planeta que desfallece de sed. Hay una sola “máquina de las lluvias” y los continentes enviarán a Rapa Nui, Ombligo del Mundo (Isla de Pascua) a sus representantes para hallar solución al problema de todos. El tucán por la gran América, con su gusto por los vuelos y su música d selvas y ríos. El koala por Australia, con sus saberes técnicos del arte de volar y su son de tambores y su parsimonia de troncos. La cebra por Africa, con su eterno trotar, sus orejas expectantes y abiertas, su enorme impaciencia de extensa sabana. El yak –su mansedumbre de filósofo- por Eurasia. La Antártida, que no precisa agua ni lluvia, envía a la gran ballena franca y su canción poderosa de ola y profundidades. Deberán aprender un idioma común. Deberán tejer laboriosamente la tolerancia. Deberán urdir el gran plan. Deberán renunciar a egos y gustos para ponerlo en marcha… y viajar una y otra vez a sus lugares, a escuchar y entender con la conciencia y la pura emoción el lenguaje verde y la urgencia de las plantas.
Una nouvelle extraña, cautivante, poderosa,
convocante. Una pequeña gema que a veces brilla y otras se oscurece, porque la
sed es de todos y el planeta agoniza, sin atenuantes. Porque casi no queda
tiempo para que se escuchen los alertas. Un Averbach, hasta los tuétanos
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Legados...
“El profesor de música”
Yäel Hassan
Edelvives Ala Delta - Colección Alandar, Serie Violeta
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Simón debe enfrentar con angustia,, con desánimo, con pavor, el último año de trabajo como profesor de música en un colegio público francés.
Lo hará resignado, con la derrota mordiéndole los tobillos, dispuesto a padecer indiferencia, escarnio, burlas. Para colmo es tutor del curso en que está matriculado el último de los Choukri, una familia de inmigrantes de origen árabe cuyos hijos han causado mil y un problemas a la comunidad de la escuela. Nada puede ser peor.
Pero Malik Choukri tiene una pasión : la música. Y el violín, un instrumento que Simón –judío- ha jurado no volver a tocar jamás. Le trae demasiado dolor. La desgracia de su familia está ligada al violín… tanto como lo está al dolor de la familia Choukri.
Simón está dispuesto a enseñar música a Malik. Pero él no quiere aprender piano ni ningún otro instrumento. Y Simón sabe que el niño ha despertado sueños, utopías, resonancias que estaban soterradas con empeño, con capricho.
Una novela bellísima. Habla de las pasiones que elevan el alma, pero también de las que la degradan… de los prejuicios y de la necesidad de entendimiento entre los pueblos.
Un niño y un anciano en comunión por los caminos universales de la música, sorteando obstáculos, odios y dolor.
Para pre-adolescentes, adolescentes y adultos dispuestos a mirar la vida con los ojos del corazón.
Para que los docentes volvamos a creer en paradigmas convocantes, en sanas utopías.
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“El mar y la serpiente”
Paula Bombara
Grupo Editorial Norma - Colección Zona Libre
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Los recuerdos como chispas, insinuaciones apenas, de una pequeña niña. Lenguaje conciso. Bellas imágenes del dolor y de la alegría.
Los recuerdos como chispas, insinuaciones apenas, de una pequeña niña. Lenguaje conciso. Bellas imágenes del dolor y de la alegría.
El olvido balsámico para poder sobrevivir y la lenta reconstrucción de una historia. De a poco. Con dolor. A cuentagotas.
La asunción de un destino en forma de “Composición” escolar. Tema: “Los desaparecidos”
Tres partes para tres momentos de la vida de Ana, de su mamá sobreviviente, de la dolorosa ausencia de un papá que porta –para el país, para el mundo entero- una increíble categoría: desaparecido
Una novela para preadolescentes, para empezar a entender un período oscuro de la historia del país. Para soslayar al menos sus consecuencias en la psiquis de una Nación.
Paula Bombara es joven, bioquímica, escribe para divulgar contenidos científicos y hacerlos asequibles y atractivos. Pero se atreve también con estos otros temas. Que son un compromiso necesario.
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De reinos perdidos...
“El
jinete del dragón”
Cornelia Funke (Ilustraciones de
la autora)
Fondo de Cultura Económica - Ediciones
Siruela
Colección “A la orillas del viento” para grandes lectores
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En un recóndito lugar del Himalaya –dicen las leyendas- está la Orilla del Cielo, refugio de dragones. De ahí debieron huir los dragones plateados cuando Ortiga Abrasadora –el gran, pérfido dragón dorado- inició su persecución.
Cuando el último valle en que se refugiaron los sobrevivientes es amenazado por el avance del hombre, Lung, joven dragón, decide ser él quien intente retornar a la Orilla del Cielo… si es que tal lugar existe.
No irá solo. Lo acompañará Piel de Azufre, una duende niña. Primero deben hallar un jinete de dragón. Y cambian la vida triste y marginal de Ben, un niño huérfano que encuentra un destino portentoso: guiar a la extraña delegación en la búsqueda de un sueño.
Habrá grandes pruebas: Ortiga Abrasadora los descubre pronto surcando los cielos nocturnos. Habrá espías, traiciones, pero también la inestimable ayuda de una familia de humanos: el doctor Barnabas Wiesengrund –estudioso del tema de los dragones, convencido como está de la supervivencia de estos seres- , su esposa Vita –Vita estudia
duendes y hadas, y su gran objetivo es el hallazgo del Pegaso- y la pequeña Ginebra.
Un largo, accidentado, vitalizante vuelo nocturno surcando los cielos del mundo -es que los dragones se nutren exclusivamente de la luz de la luna- para hallar el último refugio y despertar allí a los dragones dormidos.
Al final de esta fantástica aventura donde descubrirás muchos otros personajes increíbles –al pequeño homúnculo Pata de Mosca, el irascible y codicioso Barba de Guijo, Lola, la pequeña ratita aviadora- Ben habrá encontrado una pequeña familia y Lung irá por los suyos, para retornarlos al gran valle donde ya lo espera Maya.
Del destino de Piel de Azufre y demás criaturas de esta maravillosa saga podrás enterarte si leés esta extensa novela de la alemana Cornelia Funke, que ya dio fantásticos personajes al mundo de la literatura para chicos y jovencitos, y que ahora está ocupadísima completando la Trilogía que inició con “corazón de tinta”, el primer volumen, recientemente publicado por este mismo sello editorial
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Con hondura de saga...
“Los
siete nombres”
Clara Levin
Alfaguara Serie Roja Juvenil
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Hesat ha usurpado el trono con el poder de su quinto nombre. Sólo debe susurrar al oído y el corazón del hombre para llenarlo de un pavor helado y descomunal. Hesat susurra con la voz de la víctima y la convierte en un ser servil , delator, asesino. Por eso un gran ejército le responde y los reinos le temen. Se ha asegurado permanencia degollando a todos los niños que pudieran disputarle poder.
Tenumis y Muhueles -sobreviven ancianos, mujeres y muy pocos guerreros- laten y preparan la resistencia sumergidos en cuevas subterráneas. Guardan dos grandes tesoros: Adar, el chico de ojos insondables entre los Muhueles, y Petalla, la niña “nombrada” que encabezará la rebelión, y que inicia la marcha desde la oscuridad con el poder de su primer nombre, entre los tenumis.
Eidora, la gran pitonisa, ha de guiarla y prepararla para la gran batalla y para la conquista perseverante de sus siete nombres, cada uno portador de un poder que ha de fortalecerla.
Si te atrevés con el primer tomo de una Saga que apenas nace, harás una travesía dolorosa, crispante, solidaria. Deberás salir del horror instalado en el Reino de los Nombres y acompañar a las solitarias viajeras por los territorios de Los Sabios –patria de Eidora-, del Viento, de Dos Diosas. Al borde de tus fuerzas llegarás al inmenso Reino de la Espuma y conocerás a las Molugas, unas extrañas criaturas legendarias que apoyarán con gestos y el obsequio del quinto nombre la lucha por la reconquista.
Cuando todo parece destinar a Petalla-Eda-Wenia-Leola- Elamys-¡Hesat!- a un justo reinado, ella descubre atribulada que la posesión de su séptimo y definitivo nombre costará la vida de la pitonisa.
¿Reiniciará otro periplo de maduración? ¿Huirá del sino que le reclama el pueblo?. Tendremos que esperar una segunda parte, que ya tiene título: “La duna helada”.
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Entrañables...
Liliana Bodoc
Alfagurara Juvenil Serie Roja - Pre-adolescentes, Adolescentes, Adultos sensibles.
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Todavía subyugada por la sensación de estar como suspendida, en “otros lugares”, en éxtasis, trato de abordar este texto magnífico, ahora para comentarlo y ponerlo en tus manos pidiéndote que lo tomes como el tesoro delicado que es. Lo leí con delectación cuatro veces, y siempre que lo tomo en mis manos es la primera, porque cada vez descubro una gema insospechada que no vi en el recorrido anterior.
Una bella historia que involucra a tres niños –Julián y Diego, de once, y Lila , una nena especial que tiene “una pierna sin música”,de diez. Las aventuras, complicidades, pequeños heroísmos fueron escritos en un cuaderno a rayas que todos se juramentaron debería destruir el último sobreviviente.
Julián cree ser ese. Ahora –anciano y débil- debe cumplir el pacto. Le faltan las fuerzas. Pero su nieta lo tranquiliza: “leí el cuaderno muchas veces… no tengas miedo… A lo mejor la muerte también es un lugar y tiene plaza y tiene amigos”.
Hay mucho más. Un mapa imposible con palabras hermosas tejidas en sutil filigrana de hondura y belleza.
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De estos días
“El aguijón del diablo”
Ricardo Alcántara
Edelvives Colección Alandar
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Si Joaquina no se pone firme con Gustavo, hijo atrapado en las oscuras redes de la adicción, perderá también a Fernando, su hijo menor, así como por callar e ignorar señas perdió a Ramón, que no pudo tolerar la dureza de la situación. Mucho aportarán Martha –inmigrante latinoamericana- y Cayetano –el carnicero del barrio-, con su luz, su alegría, su solidaridad. Cuando ya casi no quedan caminos –Gustavo ha huido dos veces de dos clínicas de recuperación, ha robado, mentido y forzado a hurtar y callar a Fernando, ha abusado de la lealtad y el cariño de su hermano y de la debilidad de su madre- Joaquina reacciona. Salvará a su familia…lo que queda de ella. Eso incluye a Titina, la pequeña gata rechazada por su desazón, único bastión de cariño que todavía le queda a Fernando cuando todo se derrumba en torno. Para eso deberá cerrar una puerta, y abrir el corazón a los afectos incondicionales que le quedan.
Dura. Reflejo de muchas dolorosas realidades. Se puede y se debe luchar contra el flagelo de las drogas. Hay que admitir que está, que doblega y mata. Para chicos desde los doce, adolescentes , docentes y padres.
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Un paseo por la Historia
“Corazón de tinta”
Cornelia Funke (Ilustraciones de la autora)
Cornelia Funke (Ilustraciones de la autora)
Fondo de Cultura Económica – Ediciones Siruela.
Colección “A la orilla del viento” (para grandes lectores)
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Meggie vive encantada con Mo, su papá, que es un papá singular: restaura libros y le ha preparado un gran cofre lleno de tesoros hermosamente encuadernados que ponen a la niña en contacto con los más bellos personajes y las más bellas historias de la literatura de todos los tiempos.
Aunque a menudo deban mudarse, y siempre a lugares retirados, Meggie adora a Mo. Apenas recuerda a su mamá, que desapareció cuando ella era pequeña y dejó ese aire de tristeza en la persona de Mo. Ambos comparten una pasión: los libros, que son la razón de sus vidas.
Hasta que una noche tormentosa y oscura llega a sus vidas un extraño de nombre misterioso: Dedo Polvoriento.
Deben partir llevando apenas lo indispensable: el cofre de Meggie y las herramientas de Mo. Cuando Dedo Polvoriento pregunta a la niña si alguna vez su padre le leyó algo en voz alta, ya están inmersos en la aventura más increíble. Una que sobrepasa a cualquiera de las historias que Meggie haya leído, y que tiene que ver con un poder secreto de Mo: el de dar vida a los personajes y objetos cuando lee en voz alta, con esa articulación, esa cadencia, esa voz enormemente sugerente que Meggie nunca pudo escuchar.
Hay más amantes de libros y literatura en esta gran novela: la adusta tía Elinor, el viejo escritor Fenoglio, todos arrastrados a una epopeya alucinante, mágica, tenebrosa.
Hay que leerla. Para amantes de los libros y para quienes quieren empezar a quererlos. Para chicos a partir de los 11 – 12 años. Para adultos de hasta 105.
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Un mundo de tinta...
“Sangre de tinta”
Cornelia Funke
Fondo de Cultura Económica - Ediciones Siruela
Colección “A la orilla del viento” (grandes lectores)
_______________________________________Dedo Polvoriento ha dado con el lector capaz de devolverlo al Mundo de Tinta del que ha salido por la lectura de Mortimer Folchart, Mo, “Lengua de Brujo”. Orfeo –eximio lector aunque pobre persona de bajísimos valores- lo retorna al Bosque Impenetrable, a Umbra, para que pueda recobrar sus artes y el amor de Roxana.
Pero queda Farid, venido de alguna de las historias de “Las mil y una noches”. El muchacho no concibe sus días sin su maestro, el bailarín de fuego. Así que acude a la finca de Elinor, donde viven Mo, Meggie y Resa.
Meggie no sólo lo transportará sino que logrará lo que nadie nunca: trasladarse a sí misma al Mundo de Tinta, al que aprendió a amar por los relatos en señas de su madre. Sabe que es una osadía, pero confía en que Fenoglio, autor de “Corazón de tinta”, sabrá ayudarle a volver cuando lo considere oportuno.
Cuando Orfeo y su horroroso séquito de execrables de la Mansión de Capricornio se presentan también en el hogar de Elinor, Mo sabe que debe hacerse llevar. No puede evitar que también lo acompañe Resa.
Cuando Orfeo y su horroroso séquito de execrables de la Mansión de Capricornio se presentan también en el hogar de Elinor, Mo sabe que debe hacerse llevar. No puede evitar que también lo acompañe Resa.
En ese mundo de ficción absoluta, abigarrado, cruel, arbitrario, creado por la increíble imaginación del viejo Fenoglio, transcurrirán los sucesos en que jugarán sus cartas la vida, la muerte, el fuego, el horror, la oscuridad, el amor.
Segunda parte de la saga iniciada con “Corazón de Tinta”, que tendrá su culminación en “Muerte de Tinta”, recientemente traducida al español, que ya ya estoy recorriendo acompañada de hadas azules, elfos de fuego y fragilísimos hombrecillos de cristal, custodios de la tinta y el papel. Para lectores exigentes, capaces de sostener tensiones e interrogar al misterio.
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“Muerte de tinta”
Cornelia Funke
Fondo de Cultura Económica Ediciones Siruela
Colección “A la orilla del viento” (grandes lectores)
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Mo tendrá que resolver la tensión de ser el encuadernador exquisito, el excelso lector “Lengua de brujo”, y a la vez “Arrendajo”, el bandido celebrado por el Pueblo Variopinto de Umbra.
Mo tendrá que resolver la tensión de ser el encuadernador exquisito, el excelso lector “Lengua de brujo”, y a la vez “Arrendajo”, el bandido celebrado por el Pueblo Variopinto de Umbra.
El Mundo de Tinta parece no obedecer los argumentos de su creador, el viejo Fenoglio, que contempla azorado cómo la historia parece escribirse sola, y volverse cada vez más sombría por intervención del pérfido Orfeo.
Dedo Polvoriento ha muerto, y Mo hará un trato con las Mujeres Blancas para recuperarlo. Cuando ambos retornen definitivamente hermanados por la experiencia con la Muerte, deberán enfrentar junto al Príncipe Negro, a los bandidos, a Roxana, el horror que se cierne sobre Umbra: ahora reinan Pardillo –cuñado de Cabeza de Víbora- y su insaciable voracidad. Los bandidos deberán recoger cosechas y ocultarlas para que el pueblo no perezca de hambre, y proteger a los niños, secuestrados por la soldadesca para que sus cuerpecillos diminutos se internen en las minas y le quiten a la tierra los tesoros que la corte necesita para sostener su jolgorio y desenfreno.
Cabeza de Víbora padece una inmortalidad infecta y para recuperarse necesita que Mo-Lengua de Brujo cure el libro que lo ha hecho inmune a la muerte, pero no a la enfermedad y los dolores.
Resa acompañará a su esposo en ese imperio caprichoso y lúgubre, porque lleva un niño en sus entrañas. Lo hará como mujer y como golondrina. Meggie apuesta por el Mundo de tinta, a pesar de que nunca termina de sorprenderla su cruda arbitrariedad, ni de maravillarla su enorme riqueza de hadas, mujercitas de musgo, elfos de fuego, gigantes…
Hasta la adusta Elinor Loredan se traslada a este mundo en el que definitivamente se atan todos los cabos sueltos de esta saga, para recordar a Fenoglio su responsabilidad, para alentarlo en la recuperación de los hilos fundantes de esta abigarrada, atrapante historia…
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Los que ven el mundo con ojos diferentes...
“El curioso incidente del perro a medianoche”
Mark Haddon
Editorial Salamandra - Colección Narrativas
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Christopher es especial. Maneja los números primos y los enumera hasta el 7.507. Cita sin vacilar las capitales del mundo. Resuelve ecuaciones de segundo grado y puede calcular potencias enormísimas en su cabeza. Pero no puede relacionarse adecuadamente con las personas. Lo aterroriza el contacto físico, aún con personas conocidas. No tolera mentiras –lo desestabilizan peligrosamente- y ama los animales. Cuando encuentra muerto al caniche de su vecina, atravesado por una herramienta de jardín, decide hacer de detective, porque también admira a Sherlok Holmes. Buscando pistas descubre que “Madre” no sólo no ha muerto hace dos años, sino que le ha enviado cuarenta y tres cartas desde Londres.
Christopher es especial. Maneja los números primos y los enumera hasta el 7.507. Cita sin vacilar las capitales del mundo. Resuelve ecuaciones de segundo grado y puede calcular potencias enormísimas en su cabeza. Pero no puede relacionarse adecuadamente con las personas. Lo aterroriza el contacto físico, aún con personas conocidas. No tolera mentiras –lo desestabilizan peligrosamente- y ama los animales. Cuando encuentra muerto al caniche de su vecina, atravesado por una herramienta de jardín, decide hacer de detective, porque también admira a Sherlok Holmes. Buscando pistas descubre que “Madre” no sólo no ha muerto hace dos años, sino que le ha enviado cuarenta y tres cartas desde Londres.
La seguridad de sus rutinas –tiene cábalas y manías, y traza planes precisos para vivir cada día-, la confianza en Padre, se desmoronan de golpe. Y deberá empinarse desde sus terrores para buscar cobijo, para volver a tener el control. Huye, recobra a Madre y sin proponérselo mejora la convivencia de sus padres y las relaciones con el vecindario.
Narrada en primera persona, para que podamos meternos de lleno en las angustias, las dificultades, las expectativas, la inocencia de este adolescente –un especialista diría de él que es un “savant”- que busca caminos, afectos, salidas a su particularísima manera.
Su autor –ilustrador, poeta, catedrático licenciado en Literatura Inglesa- trabajó muchos años con personas con deficiencias físicas y mentales, y decidió relatar sus experiencias sobre las ricas vivencias de los “diferentes”.
Lo recomiendo fervorosamente. Adolescentes y adultos. No debieran obviarla los docentes.
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Asumirse...
“El año de la vaca”
“La vaca”. Lenta hasta la exasperación para moverse, para tomar decisiones. Segura. Serena. Seria. Contenida. No pudo ni quiso resultar indiferente a nadie. Llegó al colegio -ojos marrones, llorosos, de vaca ; andar lento, de vaca ; el cuerpo enorme, un poco cuadrado, de vaca-, conmocionó y cambió la vida de todos o de casi todos para mejor. Solo entonces pudo ser Juana. Miraba mucho a los demás y siempre pensaba en todos y en cada uno. Quizás por eso, por esa increíble capacidad de entrega, suscitó tanto odio inicial, para convertirse en “vaca”.
Márgara Averbach Primera Sudamericana - Colección “La pluma del gato” Juvenil
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“La vaca”. Lenta hasta la exasperación para moverse, para tomar decisiones. Segura. Serena. Seria. Contenida. No pudo ni quiso resultar indiferente a nadie. Llegó al colegio -ojos marrones, llorosos, de vaca ; andar lento, de vaca ; el cuerpo enorme, un poco cuadrado, de vaca-, conmocionó y cambió la vida de todos o de casi todos para mejor. Solo entonces pudo ser Juana. Miraba mucho a los demás y siempre pensaba en todos y en cada uno. Quizás por eso, por esa increíble capacidad de entrega, suscitó tanto odio inicial, para convertirse en “vaca”.
Bastó un año para que Nadia , la caprichosa, la insolente, recuperara su identidad verdadera y su familia, y ayudara a otros como ella a transitar ese camino tan difícil. Para que Laura se aceptara distinta y pudiera querer a esa hermanita que reía demasiado en su silla de ruedas. Para que Leo pudiera decidir quién era. Para que Sebastián se despegara de la mala persona que había elegido ser Rafael, el que no quiere cambiar.
Un año para que “la vaca” pudiera empezar a ser Juana, y para que dejara finalmente que los otros pudieran hacer algo por ella.
Una novela diferente. Un año y una chica vistos desde varias miradas. Los varones –primera parte. Las chicas –segunda parte. En capítulos que llevan los nombres de los monologuistas. Todos los monólogos terminan de dar las pistas de esta misteriosa muchacha que parece un ángel, y de ese año inolvidable que los cambió a todos.
Bien podría esta magnífica novela breve ser el hilo conductor de los contenidos de todo un año de Formación Etica y Ciudadana Los prejuicios, la marginación, los derechos de todos, la identidad, la desaparición de personas, la labor de H.I.J.O.S. son algunos de los temas abordados sin golpes bajos y con bella LITERATURA
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De cuando todo cuesta...
“Un desierto lleno de gente”
Esteban Valentino
Primera Sudamericana - Colección "La pluma del gato" Juvenil
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El Esteban Valentino que emocionó en “Los guerreros de la hierba”, que conmovió hasta el tuétano y denunció la arbitrariedad del hombre en “A veces la sombra”, el que inundó de terneza en “ Pahicaplapa”, trata acá sobre nuestro pasado reciente, sobre injustas muertes e injustas desapariciones, sobre la juventud lacerada por el pensamiento obtuso de quienes se erigieron en salvadores y conductores…sobre la juventud que sufrió pero a la que el amor salvó y obligó a vivir, para dejar testimonio, para enrostrarnos un compromiso, sin rencor, sin espíritu de venganza.
Hay lugar –entre estos ocho relatos- para pensar en la deuda con nuestros pueblos originarios, una deuda con la sangre y con la tierra, y para conectarnos con los conceptos de amor, vasallaje, libertad que tienen otras culturas.
Hasta hay una pequeña tesis sobre el por qué del tormento que acompañó la vida del Van Gohg que conocimos.
Los chicos del secundario y sus profesores no deberían pasar por alto este libro. No para llenarse de desazón , sino para aprender a surgir del miedo, la soledad, la desventura.
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De marginaciones ...
“A
veces la sombra”
Esteban Valentino
Editorial Alfaguara - Serie Celeste
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Si solamente hubiese sido enorme y silencioso
como los de su estirpe, hubiera sido uno más, aceptado y querido en esa rara
comunidad de seres austeros. Pero esa enorme joroba en mitad de la espalda que
acendraba el cariño y la piedad de su madre, provocaba el rechazo instintivo de
los suyos.
Por eso empezó a aislarse y a incursionar en
el mundo de los humanos, para conocerlos y acercarse un poco a su calor y sus
latidos
Así que mereció castigo: sus excursiones, cada
vez más osadas, ponían en peligro la supervivencia de la raza. Lo condenaron a
irse y le dieron un año para poner distancia. Después de ese tiempo de gracia
empezarían la persecución para ultimar la amenaza.
Partió sin queja, arrastrando su desmesura, su
giba y un dolor tan hondo como el de la madre que salió a despedirlo.
En ese año simuló ser cruel y sanguinario.
Dejó huellas de horror en su camino y se recluyó para poder amar sin culpa al
pequeño pueblo elegido, y a aquella niña candorosa y delicada a la que vigilaba
protegido por las sombras, cuando las calles se tornaban silenciosas. El pueblo
intuyó su presencia. Algunos lo vieron escurrirse por esquinas misteriosas.
Se transformó en leyenda y en motivo de pavor.
Dejó que creyeran que “la Sombra” era
despiadada y violenta. Era su escudo para proteger su pequeño mundo de ternura
solitaria.
Pero cuando el amor despertó el corazón de su
niña -él no era destinatario de ese
sentimiento nuevo- y el tiempo que le
habían dado los suyos expiró, todo fue vorágine y desatino…
Un relato bellísimo. Una filigrana sutil de
voces para cobijar a este ser de rara hermosura escondida tras una apariencia
repulsiva. Para que sepamos cuánto golpean la intolerancia, los prejuicios y la
sobrevaloración de lo que es apenas apariencia.
Para adolescentes. Para adultos que precisan
recobrar la “blandura”
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“Con
las alas del viento”
Lilia García Bazterra
Editorial Libresa
(Ecuador) - Colección “País del sol”
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Una celebración de la amistad en esa edad en
que empiezan a gestarse los lazos que dan sentido a la vida. Un homenaje a los
proyectos que nacen como sueño de uno, y los abraza y los concreta el generoso
colectivo.
Nahuel sueña construir y botar un velero en el
mar. Su familia lo ayudará. Elige a sus mejores amigos –Gabriel y Matías- para
tripularlo.
Mientras en el galpón de la casa de los Ruiz
se realiza el sueño, fecundan también las amistades, nace el primer amor,
llegan al clímax los conflictos, se restauran hondas heridas…
Amistades, porque menos la violenta banda de
Rodrigo, los chicos y las chicas se suman a la construcción de “Lucero”. Amor
entre Manuela –triste y confusa por el divorcio de sus padres- y Gabriel, que
no sabe qué hacer con la ausencia de papá, muerto absurdamente en un accidente,
con las demandas y la sobreprotección de mamá. Conflictos con Rodrigo y su
barra, quienes intentarán impedir la botadura aún a costa de un cobarde
sabotaje. Heridas que se sanan cuando Gabriel puede hablar con Carola –su mamá-
de esa ausencia que pesa tanto y puede visitar la tumba de su padre con
Manuela…cuando Manuela acepta que ahora tiene dos casas, dos lugares, dos maneras
de relacionarse con “sus” familias.
Y capeando sobre todos la sabiduría originaria
del abuelo Loncopán, papá de la mamá de Nahuel, acompañando euforias,
estallidos, desazones, con gestos,
miradas y profundas palabras de equilibrio y sapiencia.
Navegá con estos chicos en Lucero. Viví la
gloria de la primera travesía, el miedo de la primera aventura arriesgada, la
tensión y el espanto de la primera
tormenta en alta mar.
A partir de los doce: imprescindible. Hacelo,
porque hasta Rodrigo espera atribulado y expectante el regreso de los
intrépidos viajeros, rogando que nada malo ocurra. No lo dejes solo y culpable
en ese muelle, en esa oscura noche …El y vos pueden palpitar –a la vista de las
velas desplegadas que retornan- “maravillosamente, una felicidad recién
estrenada”.
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“El (h)ijo de la libertad”
Margarita Mainé
Grupo Editorial Norma - Colección Zona Libre
____________________________________Leí e incluso comenté otros títulos de esta colección. Me animaría a decir que reúne obras comprometidas con temas tan intensamente inabarcables, imprescindibles, difícilmente abordables como la Libertad, el Amor, la Discriminación, el trabajo –gozoso a veces, terrible otras- de la búsqueda de Identidad.
Acá el gran tema es la Libertad. Por eso cada capítulo está amorosa, bellamente presentado con un epígrafe de un pensador (filósofos, poetas, novelistas, políticos, científicos hacen luminosos aportes) sobre ese concepto tan amplio y tan aparentemente inasible.
Santiago es solamente hijo de María hasta que en la vida de ambos aparece Martín y luego nace Candela.
Hasta los dieciocho, hasta que ingresa a la Facultad de Filosofía y Letras y debe presentar un ensayo sobre La Libertad, papá es un enigma. Pero aparece un día en la puerta del edificio, justo cuando Santiago incorporaba a sus afectos a Dolores. Lo hace y todo parece estallar y disolverse.
La fuerza de los acontecimientos permitirán al joven aprender de ese desconocido qué sentido debiera tener la libertad, entender que su papá es definitivamente Martín, aferrarse a los afectos que siempre tuvo a mano y entregarse con soltura a los nuevos, darle la oportunidad a quien se presentó como “padre” –Pedro-…y encarar el ensayo que lo tenía confundido, como podría hacerlo un adolescente… desde su subjetividad en formación.
El último capítulo es eso: el Ensayo de Santiago Vázquez Montena. Sin epígrafe. No lo aprueba por “demasiado subjetivo”. Pero a mamá le encanta. Habla de un Santiago que busca. Y eso está muy bien.
Para adolescentes curiosos. Y hasta para adolescentes descreídos, vean.
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Imponerse sobre los prejuicios
“Palomas son tus ojos”
Eduardo Dayan
Grupo Editorial Norma Zona Libre
___________________________Otro de Zona Libre. O sea, para un tema que por lo general preferimos evitar. Acá, la Discriminación, la xenofobia. aunque estos vocablos no aparecen nunca en esta novela breve.
Pablo estudia Letras –son bellísimos los poemas insertos en la trama- cuando conoce a María del Carmen, que cursa junto a sus amigas Jael y Ana, el último año del secundario.
Verse y quererse es el destino de ambos. Pero él es judío, y ella una “goim”. Las familias harán lo posible para romper una relación que con dudas, celos y altibajos se sostiene, nutrida por la lucha por justicia después del atentado a la Amia, en la calle Pasteur, en el corazón de Buenos Aires.
Otros temas atraviesan la historia: la angustia por un período que termina, el peso de tener que elegir, el doloroso descubrimiento que los adolescentes hacen de hipocresías y oscuras mentiras adultas.
En tono coloquial y liviano –de hecho la personalidad de los protagonistas surge solo de sus diálogos-, salvo en los fragmentos líricos –pequeños poemas que Pablo entrega o envía a María del Carmen- , para tratar asuntos densos que pretenderíamos soslayar en nuestro andar cotidiano.
Una voz para atender la de Eduardo Dayan. Para jóvenes. Bueno que lo consideraran también docentes que trabajan con chicos del secundario.
______________________________________
Del bullyng, esa carencia
“El hombre de los pies- murciélago”
Sandra Siemens
Grupo Editorial Norma Zona Libre
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Golpea. Y cuánto. Pero hay que leerla aunque el espíritu quede aterido de pena. No será mayor que la de Esper -se llama Ramón Espento, pero desde niño le asignaron el mote: “esperpento”… “Esper”-, hijo de Ceci, que lo tuvo de muy chica y por eso no tuvo viaje de estudio ni adolescencia y se la procura ahora; que quedó al cobijo de la nana cuando Ceci fue a abrirse paso a la ciudad. Ni será tan honda como la de Dolo, que sufre el peso de las miradas burlonas sobre sus caderas anchas, que se muere por ser como las demás, por vestir como ellas, por ser parte del grupo siempre, no cuando precisan de su fuerza, no solo para hacer de “campana”.
Esper soporta tanto ultraje porque tiene al “hombre de los pies-murciélago”, que es como él, invisible y silencioso, y lo escucha y protege, y tiene su grabador –se lo regaló Ceci cuando era pequeño… ya por entonces soñaba con ser periodista- y sus dos viejos cassettes que graba y regraba para volcar allí su desazón.
Dolo creció con él, porque en otros tiempos la nana le alquiló una pieza a mamá Cristina –tan hermosa mamá, tan alegre y vital, no así de gorda y fea- cuando se quedaron solas al morir papá. Pero ahora quiere ser parte del grupo. A toda costa. A costa de la trampa y el maltrato. Aunque los planes sean despreciables, abyectos.
Sólo cuando la desgracia se ponga en marcha llegará esa angustia súbita que convoca a remediar lo que no tiene retorno.
Al final Esper estará definitivamente solo, porque el hombre de los pies murciélago ha perdido las alas. Solo, porque Ceci dejará de ser mariposa y no podrá acompañar su último vuelo.
Para adolescentes. Para los que creen saberlo todo: los ganadores, los “que la curten”. Para los docentes. A ver si empezamos a ver los Esper y las Dolos que nos piden puentes para pasar al territorio de la comprensión y la tibieza.
¡Escribo esto tan triste…tanto tanto! . Fui Esper y Dolo muchas veces. Por eso mismo pido que la lean.
Esper soporta tanto ultraje porque tiene al “hombre de los pies-murciélago”, que es como él, invisible y silencioso, y lo escucha y protege, y tiene su grabador –se lo regaló Ceci cuando era pequeño… ya por entonces soñaba con ser periodista- y sus dos viejos cassettes que graba y regraba para volcar allí su desazón.
Dolo creció con él, porque en otros tiempos la nana le alquiló una pieza a mamá Cristina –tan hermosa mamá, tan alegre y vital, no así de gorda y fea- cuando se quedaron solas al morir papá. Pero ahora quiere ser parte del grupo. A toda costa. A costa de la trampa y el maltrato. Aunque los planes sean despreciables, abyectos.
Sólo cuando la desgracia se ponga en marcha llegará esa angustia súbita que convoca a remediar lo que no tiene retorno.
Al final Esper estará definitivamente solo, porque el hombre de los pies murciélago ha perdido las alas. Solo, porque Ceci dejará de ser mariposa y no podrá acompañar su último vuelo.
Para adolescentes. Para los que creen saberlo todo: los ganadores, los “que la curten”. Para los docentes. A ver si empezamos a ver los Esper y las Dolos que nos piden puentes para pasar al territorio de la comprensión y la tibieza.
¡Escribo esto tan triste…tanto tanto! . Fui Esper y Dolo muchas veces. Por eso mismo pido que la lean.
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Crecer con dolor...
“Viaje al fin del mundo”
Henning Mankell
Editorial Del bolsillo
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Lo bueno es que este título contiene los cuatro tomos de la saga juvenil de Henning Mankell, a un precio muy accesible.
Joel Gustafsson es un niño de once años, hijo de Samuel, otrora jubiloso marinero, hoy resignado talador de bosques en una aldea sueca muy lejos del mar, y de Jenny, que desapareció cuando Joel era pequeño.
Joel está un poco cansado de ser madre de sí mismo y muchas veces también padre de Samuel. Por eso en “El perro que corría hacia una estrella”, primer tomo, busca una razón y es así como encuentra a Simón Tempestad, tan sabio en su aparente desquicio, y a Gertrud, la sin nariz, tan capaz de entenderlo desde ese rostro horroroso que interroga y acaricia con miradas y palabras acertadas.
Joel crece y nota que desde que Samuel frecuenta a Sara, ya no busca constantemente el consuelo del alcohol (“Las sombras crecen al atardecer”, segundo tomo”). Por eso, cuando padece un accidente que casi le cuesta la vida, decide compensar su suerte con una buena acción, que fracasará. Pretendió un buen compañero también para Gertrud, y solo consigue lastimar su sensible humanidad.
La pubertad lo encuentra otra vez sosteniendo a papá y con ansias de escapar del destino de ser él también un triste talador de bosques. Anhela conocer el mar y labrarse allí un destino. Por eso habrá de “curtirse” y conocer el amor. Precisará de la música y del apoyo del viejo Simón, que le regala su valiosa guitarra (“El niño que dormía con nieve en la cama” Tomo III). Cuando el desasosiego y el desengaño otra vez laceren su corazón y quiera retornar al fuego amigable de la cabaña del viejo, descubre que éste no está y va tras los desesperados perros de Tempestad –que ha sufrido un ataque cerebral- a su rescate. Lo arrastra kilómetros bajo la nieve, toda una proeza para sus disminuidas fuerzas de niño. A pesar de sus esfuerzos, Simón muere, y esa desazón marca el final de la infancia de Joel.
En “Viaje al fin del mundo”, Tomo IV , Joel tiene quince . Papá Samuel recibe noticias de mamá Jenny y decide acompañar a su hijo a encontrarse con ella.
Un largo viaje en tren los deposita en una gran ciudad puerto y el joven concretará -con dificultades- dos sueños: conocer a mamá y enrolarse como marinero. Pero Samuel enferma de gravedad y ya no lo acompañará es esa travesía que pergeñaron juntos tantas veces mientras desplegaban junto al “Celestine”, réplica de barco pesquero, grandes mapas en la cocina de la vieja cabaña que también parecía una nave a punto de zarpar.
El muchacho se hará a la mar. En tierra dejará una madre amorosa, dos pequeñas hermanas… y un papá agonizante que torna a morir junto al bosque, en la casa-barco de siempre. Cuando Joel vuelva a despedirse de Samuel, a dejarlo al abrigo en el pequeño cementerio, el periplo hacia la adultez se habrá completado.
Bella. Iniciática. Para que comprendamos que la infancia y la adolescencia no siempre son despreocupados paraísos.
¡Ah!. Los tomos por separado son libros importados de Siruela, y por ende, caros. aunque de buena factura y cómoda tipografía. Esta edición económica de Del Bolsillo suple con creces la dificultad del costo, aún cuando la edición resulte bastante más modesta.
Joel Gustafsson es un niño de once años, hijo de Samuel, otrora jubiloso marinero, hoy resignado talador de bosques en una aldea sueca muy lejos del mar, y de Jenny, que desapareció cuando Joel era pequeño.
Joel está un poco cansado de ser madre de sí mismo y muchas veces también padre de Samuel. Por eso en “El perro que corría hacia una estrella”, primer tomo, busca una razón y es así como encuentra a Simón Tempestad, tan sabio en su aparente desquicio, y a Gertrud, la sin nariz, tan capaz de entenderlo desde ese rostro horroroso que interroga y acaricia con miradas y palabras acertadas.
Joel crece y nota que desde que Samuel frecuenta a Sara, ya no busca constantemente el consuelo del alcohol (“Las sombras crecen al atardecer”, segundo tomo”). Por eso, cuando padece un accidente que casi le cuesta la vida, decide compensar su suerte con una buena acción, que fracasará. Pretendió un buen compañero también para Gertrud, y solo consigue lastimar su sensible humanidad.
La pubertad lo encuentra otra vez sosteniendo a papá y con ansias de escapar del destino de ser él también un triste talador de bosques. Anhela conocer el mar y labrarse allí un destino. Por eso habrá de “curtirse” y conocer el amor. Precisará de la música y del apoyo del viejo Simón, que le regala su valiosa guitarra (“El niño que dormía con nieve en la cama” Tomo III). Cuando el desasosiego y el desengaño otra vez laceren su corazón y quiera retornar al fuego amigable de la cabaña del viejo, descubre que éste no está y va tras los desesperados perros de Tempestad –que ha sufrido un ataque cerebral- a su rescate. Lo arrastra kilómetros bajo la nieve, toda una proeza para sus disminuidas fuerzas de niño. A pesar de sus esfuerzos, Simón muere, y esa desazón marca el final de la infancia de Joel.
En “Viaje al fin del mundo”, Tomo IV , Joel tiene quince . Papá Samuel recibe noticias de mamá Jenny y decide acompañar a su hijo a encontrarse con ella.
Un largo viaje en tren los deposita en una gran ciudad puerto y el joven concretará -con dificultades- dos sueños: conocer a mamá y enrolarse como marinero. Pero Samuel enferma de gravedad y ya no lo acompañará es esa travesía que pergeñaron juntos tantas veces mientras desplegaban junto al “Celestine”, réplica de barco pesquero, grandes mapas en la cocina de la vieja cabaña que también parecía una nave a punto de zarpar.
El muchacho se hará a la mar. En tierra dejará una madre amorosa, dos pequeñas hermanas… y un papá agonizante que torna a morir junto al bosque, en la casa-barco de siempre. Cuando Joel vuelva a despedirse de Samuel, a dejarlo al abrigo en el pequeño cementerio, el periplo hacia la adultez se habrá completado.
Bella. Iniciática. Para que comprendamos que la infancia y la adolescencia no siempre son despreocupados paraísos.
¡Ah!. Los tomos por separado son libros importados de Siruela, y por ende, caros. aunque de buena factura y cómoda tipografía. Esta edición económica de Del Bolsillo suple con creces la dificultad del costo, aún cuando la edición resulte bastante más modesta.
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Mimos que duelen
“Coraline”
Neil Gaiman
Editorial Salamandra
_________________Coraline es inquieta, curiosa, valiente, atrevida. Sus papás se mudaron a un lugar alejado, ideal para las tareas intelectuales que realizan. Ahora viven en un enorme y antiquísimo castillo que comparten con dos viejas actrices de varieté, glorias retiradas, y un excéntrico “domador de ratones” que habrá ostentado rango militar.
Hay valles, colinas, pequeños montes para investigar a gusto. Y en la casa, trece puertas que se abren y una prohibida que cede con una gran llave misteriosa, y da a una pared tapiada…de día.
Coraline, que tiene el mundo a disposición y toda la libertad para explorarlo no está satisfecha: sus padres le prestan poca atención. Papá es torpe para organizar juegos, mamá es fatal en la cocina. Y ahí está esa puerta, que de noche la transporta a un mundo idéntico al suyo, y a la vez diferente. Hay otros papás amables que la colman de mimos, juegos maravillosos, comidas exquisitas, un cuarto especial y acogedor. También están sus vecinas, pero tienen su teatro y hacen un espectáculo maravilloso. Cuesta volver a trasponer el pasillo. Cuesta volver a cerrar esa puerta. Y sobre todo cuesta aceptar que sus papás-los verdaderos, los de siempre, un poco distraídos pero infinitamente amorosos- han desaparecido. ¿Dónde? Cuando Coraline vuelve con los “otros papás” descubre detrás de un gran espejo a otros niños que cayeron en la misma trampa de atenciones y candor. Debe rescatarlos. Y recuperar SUS papás. Antes, descubrir dónde están, qué han hecho con ellos “esos” padres –ahora puede verlos- de ojos muertos. Ojos cosidos. Ojos de botones.
Hay bastante mas que podrás disfrutar con creces . Neil Gaiman es un gran narrador, un avezado creador de ambientes, misterio, intrigas-si te atrevés a recorrer esta novela. Eso sí. Para lectores ambiciosos de doce o más.
Coraline, que tiene el mundo a disposición y toda la libertad para explorarlo no está satisfecha: sus padres le prestan poca atención. Papá es torpe para organizar juegos, mamá es fatal en la cocina. Y ahí está esa puerta, que de noche la transporta a un mundo idéntico al suyo, y a la vez diferente. Hay otros papás amables que la colman de mimos, juegos maravillosos, comidas exquisitas, un cuarto especial y acogedor. También están sus vecinas, pero tienen su teatro y hacen un espectáculo maravilloso. Cuesta volver a trasponer el pasillo. Cuesta volver a cerrar esa puerta. Y sobre todo cuesta aceptar que sus papás-los verdaderos, los de siempre, un poco distraídos pero infinitamente amorosos- han desaparecido. ¿Dónde? Cuando Coraline vuelve con los “otros papás” descubre detrás de un gran espejo a otros niños que cayeron en la misma trampa de atenciones y candor. Debe rescatarlos. Y recuperar SUS papás. Antes, descubrir dónde están, qué han hecho con ellos “esos” padres –ahora puede verlos- de ojos muertos. Ojos cosidos. Ojos de botones.
Hay bastante mas que podrás disfrutar con creces . Neil Gaiman es un gran narrador, un avezado creador de ambientes, misterio, intrigas-si te atrevés a recorrer esta novela. Eso sí. Para lectores ambiciosos de doce o más.
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“El espejo africano”
Liliana Bodoc
Editorial Alfaguara
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Donde se narra con hondura simple pero delicada –con Literatura- el extraordinario periplo de un pequeño espejo que enlaza destinos memorables. Desde las manos forjadoras de Imaoma a las de su amada Atima. Desde estas al cuello ya esclavo de la pequeña hija de ambos, en el Africa. Desde la lacerada mujer en que se convierte esta niña vencida por la peste en una vieja hacienda en Mendoza, a las atribuladas manos de su hija, Atima Silencio.
Desde el agradecimiento de esta sufrida liberta a las necesidades de un ejército que cruzará los Andes. Desde las vituallas de un mensajero que lo usa como salvoconducto a la desesperación de un joven pelirrojo que en España lo empeña por monedas para medicina, y lo pone al amparo de un huérfano temeroso, que buscando restañar culpas golpea las puertas de un convento y se reencuentra con su sino de música y embriaguez creativa, porque el pequeño objeto engastado en ébano puede obrar maravillas. Y desde este virtuoso del violín a la vieja dama que alguna vez tuvo a la pequeña esclava Atima Imaoma como doncella de compañía, para que ella cierre el círculo cuando encuentre a la última sobreviviente de esos ancestros negros, la valiente y generosa Atima Silencio que alguna vez supo desprenderse de lo único que la ligaba a sus orígenes para contribuir a la gran causa de la Libertad de un continente, cuando su propio afán de independencia desfallecía.
La sensibilidad y la pluma comprometida de Bodoc obsequian pasajes conmovedores que tocan como tenues alas el espíritu de quien lee abierto a toda sorpresa, ávido de historias que cuentan que los empeños-aún los más humildes- no carecen de sentido. Una novela breve que movilizará a lectores de cualquier edad, desde los doce.
Desde el agradecimiento de esta sufrida liberta a las necesidades de un ejército que cruzará los Andes. Desde las vituallas de un mensajero que lo usa como salvoconducto a la desesperación de un joven pelirrojo que en España lo empeña por monedas para medicina, y lo pone al amparo de un huérfano temeroso, que buscando restañar culpas golpea las puertas de un convento y se reencuentra con su sino de música y embriaguez creativa, porque el pequeño objeto engastado en ébano puede obrar maravillas. Y desde este virtuoso del violín a la vieja dama que alguna vez tuvo a la pequeña esclava Atima Imaoma como doncella de compañía, para que ella cierre el círculo cuando encuentre a la última sobreviviente de esos ancestros negros, la valiente y generosa Atima Silencio que alguna vez supo desprenderse de lo único que la ligaba a sus orígenes para contribuir a la gran causa de la Libertad de un continente, cuando su propio afán de independencia desfallecía.
La sensibilidad y la pluma comprometida de Bodoc obsequian pasajes conmovedores que tocan como tenues alas el espíritu de quien lee abierto a toda sorpresa, ávido de historias que cuentan que los empeños-aún los más humildes- no carecen de sentido. Una novela breve que movilizará a lectores de cualquier edad, desde los doce.
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“La mujer de los viernes”
Eduardo Dayan
ComunicArte Editorial - Colección "Veinte escalones Adolescentes"
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A un colegio de clase media- alta donde sobran recursos para aprender pero también la abulia y el desparpajo de adolescentes eternamente insatisfechos, llega Rosario Menéndez, para conmoverlo todo. Las clases de Lengua y Literatura de lunes y jueves serán las que las autoridades esperan de ella…pero mejores. Las de los viernes –séptima hora- serán informales y vitalmente fecundas para profesora y alumnos.
Propondrá que los chicos escriban sus perfiles, sus angustias, sus proyectos, y los levanten a un Blog. Los contenidos se corregirán y cada autor lo leerá en clase. La propia Charo –Rosario- inicia este maravilloso desafío en el que cada cual empieza a mirarse para adentro con una mirada diferente, y puede mirar y escuchar al otro como nunca lo hizo.
Establecidos los vínculos, Rosario habla de su trabajo en la Escuela del barrio -adolescentes humildes, de villa, en situación de calle- e invita a un intercambio. Habrá dos tipos de consecuencias: el cambio de perspectiva en algunos en los que la experiencia con “la mujer de los viernes” dejará huellas, como en Julia, que desde la adultez cuenta este pasaje de su vida, este encuentro fundante, y la solicitud de renuncia a una educadora atrevida que hizo lo que no se le pedía, lo que “no se debía”.
La despedida de Charo Menéndez –vía blog- es un conmovedor mensaje lleno de lirismo, y habla del Eduardo Dayan docente, pero también poeta.
Para adolescentes. Pero fundamentalmente para docentes dispuestos a que se “le muevan las estanterías”. Mejor: para que adolescentes y docentes la disfruten juntos, y se animen a lo que deban, aunque algunos piensen que no. Novela breve.
Propondrá que los chicos escriban sus perfiles, sus angustias, sus proyectos, y los levanten a un Blog. Los contenidos se corregirán y cada autor lo leerá en clase. La propia Charo –Rosario- inicia este maravilloso desafío en el que cada cual empieza a mirarse para adentro con una mirada diferente, y puede mirar y escuchar al otro como nunca lo hizo.
Establecidos los vínculos, Rosario habla de su trabajo en la Escuela del barrio -adolescentes humildes, de villa, en situación de calle- e invita a un intercambio. Habrá dos tipos de consecuencias: el cambio de perspectiva en algunos en los que la experiencia con “la mujer de los viernes” dejará huellas, como en Julia, que desde la adultez cuenta este pasaje de su vida, este encuentro fundante, y la solicitud de renuncia a una educadora atrevida que hizo lo que no se le pedía, lo que “no se debía”.
La despedida de Charo Menéndez –vía blog- es un conmovedor mensaje lleno de lirismo, y habla del Eduardo Dayan docente, pero también poeta.
Para adolescentes. Pero fundamentalmente para docentes dispuestos a que se “le muevan las estanterías”. Mejor: para que adolescentes y docentes la disfruten juntos, y se animen a lo que deban, aunque algunos piensen que no. Novela breve.
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“La soga”
Esteban Valentino
Novelas del Eclipse
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Cuidada. Delicada. Prudente. Pura belleza para abordar el más hondo dolor argentino: la desaparición de personas, la apropiación de niños.
Atilio Nardioni llega a Aluminé con César cuando el niño tiene siete años. Es un médico que pronto se granjea el respeto comunitario, por sus acciones en favor de los más necesitados. Aunque César cree que su vida empieza ahí, en las montañas, cerca del lago, don Atilio tiene un pasado oscuro. De develarlo de a poco se encargarán las paredes, pintadas al aerosol.
César apenas recuerda a su mamá. Empieza a hurgar en esa niebla porque lo acucia Celina. Celina sabe, porque guarda los restos de la soga que empezó a unir destinos de iniquidades y dolor en Castilla, en 1226…La soga cuenta del primer atropello de un cruel ancestro de don Atilio. Y de los que siguieron, en América, involucrando aborígenes y población colonial -Ladilslao y Camila O` Gorman-. Dice la soga que las crueldades cesarán y serán conocidas cuando el último descendiente del cruel ya no pueda procrear, Ese es Atilio: estéril, médico en centros clandestinos de detención. AHÍ ESCOGIÓ AL HIJO. Lo hizo bien. Se fue lejos a forjarse un futuro claro. Pero la oscuridad del pasado se impone y un día César –amorosamente cobijado por Celina- recordará dos tetas tibias y un rumor de cosquillas y voz dulce en sus orejas que le confían el nombre elegido :Lorenzo, como el de la primera víctima de la crueldad, en la lejana Castilla.
Una sutilísima novela que abre con un dolor lacerante, y cierra con una dulcísima, confiada canción de cuna. Como debe ser la esperanza
Atilio Nardioni llega a Aluminé con César cuando el niño tiene siete años. Es un médico que pronto se granjea el respeto comunitario, por sus acciones en favor de los más necesitados. Aunque César cree que su vida empieza ahí, en las montañas, cerca del lago, don Atilio tiene un pasado oscuro. De develarlo de a poco se encargarán las paredes, pintadas al aerosol.
César apenas recuerda a su mamá. Empieza a hurgar en esa niebla porque lo acucia Celina. Celina sabe, porque guarda los restos de la soga que empezó a unir destinos de iniquidades y dolor en Castilla, en 1226…La soga cuenta del primer atropello de un cruel ancestro de don Atilio. Y de los que siguieron, en América, involucrando aborígenes y población colonial -Ladilslao y Camila O` Gorman-. Dice la soga que las crueldades cesarán y serán conocidas cuando el último descendiente del cruel ya no pueda procrear, Ese es Atilio: estéril, médico en centros clandestinos de detención. AHÍ ESCOGIÓ AL HIJO. Lo hizo bien. Se fue lejos a forjarse un futuro claro. Pero la oscuridad del pasado se impone y un día César –amorosamente cobijado por Celina- recordará dos tetas tibias y un rumor de cosquillas y voz dulce en sus orejas que le confían el nombre elegido :Lorenzo, como el de la primera víctima de la crueldad, en la lejana Castilla.
Una sutilísima novela que abre con un dolor lacerante, y cierra con una dulcísima, confiada canción de cuna. Como debe ser la esperanza
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“Si tu signo no es cáncer”
Graciela Bialet
Grupo Editorial Norma – Zona Libre
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Gaby
jamás empieza ninguno de sus días sin consultar al horóscopo, o al
horóscopo chino. Ni siquiera para llamar a Anahí, su mejor amiga.
Consulta siempre el I-ching, para saber si conciliará –ella, Tauro,
tierra- con Felipe -Piscis, deliciosa agua-.Felipe. Su amor oculto,
porque no se atreve a revelárselo ni a Anahí. No hay secretos entre
ellas, sólo este :”estoy enamorada de tu hermano”.
Ni un horóscopo anunció el accidente merced al cual y de forma fortuita detectarán un cáncer de larga data invadiendo la cadera de Gabriela. La vida se pondrá patas arriba. Ella –Tauro- deberá acordar y hermanarse con Cáncer, su enfermedad, para poder enfrentar una gran batalla.
Pese a los peores pronósticos –los médicos dicen “desarticular” cuando quieren referirse a amputar- conserva su pierna. Aunque ni runas ni cartas astrales garanticen nada, antes de entrar a quirófano sabrá que Piscis también ama a su “Princesa”, aunque no sea el momento propicio de anunciarlo.
Ayudarán Silvia –médica, joven, optimista., frontal-; Esperanza, otra “mediobruja” que enfrenta un tumor cerebral; Josecito, víctima de una leucemia que pretende llevárselo a los diez. Estará la familia, hecha amorosa reciedumbre.
Gaby perderá peso, su preciosa cabellera de rulos con reflejos y creerá –sobre todo cuando Esperanza pierda su batalla- no merecer el amor. Felipe no debe atarse a ella, que es apenas un manojito de pavores, angustias, náuseas y mucha mucha rabia.
Y sin embargo… ahí, una mano tibia sobre un corazón que late , una caricia mansa sobre una gorra negra que disimula la pelusa que empieza a insinuarse en la cabeza de ese pequeño ser valiente que se empecina por un día, un año, o dos o…
En primerísima persona. Como un testimonio. Estoica. Aguerrida. Bien informada. Las“Predicciones poéticas” que abren puerta a los capítulos – “Derrotero astral Nº…”- son una delicadeza en las que Graciela toma prestados versos, proverbios, letras de canciones, para que demos una chance la esperanza. Jóvenes y adultos. Para que sepamos que la adversidad existe, pero también están los que lo ponen todo, los que se “juegan todas las cartas” para que el destino pueda tener el color de la VIDA
Ni un horóscopo anunció el accidente merced al cual y de forma fortuita detectarán un cáncer de larga data invadiendo la cadera de Gabriela. La vida se pondrá patas arriba. Ella –Tauro- deberá acordar y hermanarse con Cáncer, su enfermedad, para poder enfrentar una gran batalla.
Pese a los peores pronósticos –los médicos dicen “desarticular” cuando quieren referirse a amputar- conserva su pierna. Aunque ni runas ni cartas astrales garanticen nada, antes de entrar a quirófano sabrá que Piscis también ama a su “Princesa”, aunque no sea el momento propicio de anunciarlo.
Ayudarán Silvia –médica, joven, optimista., frontal-; Esperanza, otra “mediobruja” que enfrenta un tumor cerebral; Josecito, víctima de una leucemia que pretende llevárselo a los diez. Estará la familia, hecha amorosa reciedumbre.
Gaby perderá peso, su preciosa cabellera de rulos con reflejos y creerá –sobre todo cuando Esperanza pierda su batalla- no merecer el amor. Felipe no debe atarse a ella, que es apenas un manojito de pavores, angustias, náuseas y mucha mucha rabia.
Y sin embargo… ahí, una mano tibia sobre un corazón que late , una caricia mansa sobre una gorra negra que disimula la pelusa que empieza a insinuarse en la cabeza de ese pequeño ser valiente que se empecina por un día, un año, o dos o…
En primerísima persona. Como un testimonio. Estoica. Aguerrida. Bien informada. Las“Predicciones poéticas” que abren puerta a los capítulos – “Derrotero astral Nº…”- son una delicadeza en las que Graciela toma prestados versos, proverbios, letras de canciones, para que demos una chance la esperanza. Jóvenes y adultos. Para que sepamos que la adversidad existe, pero también están los que lo ponen todo, los que se “juegan todas las cartas” para que el destino pueda tener el color de la VIDA
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“El jamón del sánguche”
Graciela Bialet
Grupo Editorial Norma - Zona Libre
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Ceci
sabe desde siempre que fue adoptada a los cinco meses. Y que en ese
tiempo inicial de su vida estuvo en un hospital. Lamenta sentirse “el
jamón del sánguche” ahora que sus papás se separaron y formaron nuevas
familias, con las que debe convivir en días acordados: con mamá, Rubén y
sus hijos -Javier, Jimena, Salvador-; con papá y Adela. Los mejores son
los que pasa con la abuela Yamile, o con su tía Beba.
Cuando cumple quince le regalan el diario en que nos va a confiar su historia. Una misteriosa tarjeta con el grabado de la medallita con la que llegó a casa desde el hospital y la presencia-descubierta después en fotos y filmaciones- de un ser enigmático que nadie invitó, disparará su necesidad de escarbar en los orígenes. Y mientras pierde a su mejor amiga -Marianella, víctima de la violencia que sobre ella ejerce su padre-, que la traiciona con su amorcito -Sebas- , inicia junto a su familia un investigación que la llevará a saber que tiene otros siete hermanos de sangre, todos dados en adopción portando la misma medallita consagrada a la virgen. Intentará el contacto con ellos –la ayudará en todo, pero más que nada a manejar emociones, Pablo, el chico que logrará enamorarla con su sobriedad y su sutileza, además de esa numerosa familia ensamblada-, pero sólo logrará contacto cara a cara con dos: Nancy, apenas una niña, y Natalia, mayor que ella, quien le revelará la identidad de la madre biológica.
Pronto sabrá lo más conmovedor de sus primeros días: la cuidaba un hermano mayor, Juan Carlos, muerto en la cárcel por sobredosis con cocaína. El, un niño pequeño, y ella una beba de pocos días cuando los rescataron de la calle. Y que las enfermeras encargadas de su guarda hicieron lo posible para retrasar la entrega de “Angeles” –así la llamaron, para que su hermanito pudiera venir a verla casi todos los días mientras deambulaba por la ciudad hasta ser tragado por orfanatos, reformatorios, cárcel.
“Angelo” será también el diario en quien vuelca este destino y esta portentosa capacidad para atravesar tanta adversidad.
Ceci –sin embargo- tuvo la suerte de uno… de tres hogares con amor cuando la ruptura del primero provoca los ensambles.
El final de la historia la encontrará con un nuevo hermano: Mateo, el bebé de papá y Adela, y el rescate en el cementerio del barrio del querido Juan Carlos Poveda, aquel hermano de sangre que la había sostenido en brazos, buscando cobijo y comida para ambos…
Valiente. Muchos temas en torno del destino de esta jovencita: adopción, familias ensambladas, violencia familiar y violencia de género, embarazo adolescente, abandono y situación de calle. Para leerla con disposición abierta, desplegando raciocinio y sensibilidad, pero abrigados por la emoción, que bien vale.
Cuando cumple quince le regalan el diario en que nos va a confiar su historia. Una misteriosa tarjeta con el grabado de la medallita con la que llegó a casa desde el hospital y la presencia-descubierta después en fotos y filmaciones- de un ser enigmático que nadie invitó, disparará su necesidad de escarbar en los orígenes. Y mientras pierde a su mejor amiga -Marianella, víctima de la violencia que sobre ella ejerce su padre-, que la traiciona con su amorcito -Sebas- , inicia junto a su familia un investigación que la llevará a saber que tiene otros siete hermanos de sangre, todos dados en adopción portando la misma medallita consagrada a la virgen. Intentará el contacto con ellos –la ayudará en todo, pero más que nada a manejar emociones, Pablo, el chico que logrará enamorarla con su sobriedad y su sutileza, además de esa numerosa familia ensamblada-, pero sólo logrará contacto cara a cara con dos: Nancy, apenas una niña, y Natalia, mayor que ella, quien le revelará la identidad de la madre biológica.
Pronto sabrá lo más conmovedor de sus primeros días: la cuidaba un hermano mayor, Juan Carlos, muerto en la cárcel por sobredosis con cocaína. El, un niño pequeño, y ella una beba de pocos días cuando los rescataron de la calle. Y que las enfermeras encargadas de su guarda hicieron lo posible para retrasar la entrega de “Angeles” –así la llamaron, para que su hermanito pudiera venir a verla casi todos los días mientras deambulaba por la ciudad hasta ser tragado por orfanatos, reformatorios, cárcel.
“Angelo” será también el diario en quien vuelca este destino y esta portentosa capacidad para atravesar tanta adversidad.
Ceci –sin embargo- tuvo la suerte de uno… de tres hogares con amor cuando la ruptura del primero provoca los ensambles.
El final de la historia la encontrará con un nuevo hermano: Mateo, el bebé de papá y Adela, y el rescate en el cementerio del barrio del querido Juan Carlos Poveda, aquel hermano de sangre que la había sostenido en brazos, buscando cobijo y comida para ambos…
Valiente. Muchos temas en torno del destino de esta jovencita: adopción, familias ensambladas, violencia familiar y violencia de género, embarazo adolescente, abandono y situación de calle. Para leerla con disposición abierta, desplegando raciocinio y sensibilidad, pero abrigados por la emoción, que bien vale.
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Del bullyng, ese flagelo
“Sé que estás allí”
Lydia Carrera de Sosa
Edelvives Col. Alandar
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Dos tragedias y dos víctimas. Aunque una opera sólo como victimario… y la otra su víctima. Rosendo
Moncadas –padres divorciados pero de buena relación- está en 2º año y
tiene un grave problema con sus cuerdas vocales. Voz de pito, le dicen.
Lautaro Rial perdió a su madre, que desapareció de la casa
desentendiéndose de todo y para siempre. Por eso Lautaro anda por la
vida furibundo e incómodo. Ha tenido problemas en todos los colegios. Su
padre a duras penas logra que lo acepten en el Manuel Belgrano, donde
aprueba libre todas las materias y puede ingresar a 4º. Es además cautivante y entrador.
Para ganarse la confianza de todos –no la de Josefina, íntima amiga y
compañera de banco de Rosendo, no la del profesor Torres que nota algo
disfuncional en su conducta, no la de la chica que atiende la cafetería
del colegio- hace a cada quien y en pocos trazos magistrales una
caricatura que les pinta hasta el alma, y los embauca con su amabilidad y
buen trato. Pero Rosendo sólo conseguirá ser su víctima. Lautaro
lo perseguirá, lo humillará de mil modos, lo aterrorizará y lo
lastimará hasta el límite. Torres advierte algo enfermizo en esa
relación, pero toma licencia por motivos laborales. Gabriela, la chica
de la cafetería será quien aporte las pruebas para incriminar a Lautaro
cuando todo se desmadre, y posibilitará que ambos comiencen su cura.
Rosendo, porque ha encontrado un profesional que le da esperanzas con la
dificultad que lo avergüenza, y Lautaro, porque quizás halle la razón
de su impulso de someter y humillar, tanto como lo ha sido por su madre.
Hoy que se habla de violencia escolar, acoso, builling, esta debiera ser una novela fundamental en las escuelas secundarias, atravesadas como están por la complejidad y los vínculos desintegradores. Devastadora, incómoda, pero absolutamente imprescindible.
Hoy que se habla de violencia escolar, acoso, builling, esta debiera ser una novela fundamental en las escuelas secundarias, atravesadas como están por la complejidad y los vínculos desintegradores. Devastadora, incómoda, pero absolutamente imprescindible.
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“Café solo”
Andrea Ferrari
SM El Barco de Vapor (Rojo)
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Una
historia de equívocos y conjeturas. No: muchas historias. La que
efectivamente ocurre, que involucra a Marcelo y Carla, amigos de siempre
–ellos dicen ser primos, para que nadie presuma cosas-, a “Molesto”, el
gato adoptado por Marcelo, y a Meli, la gatita de raza de la vecina de
edificio, justo el día en que Meli desaparece para desesperación de su
dueña y Marcelo sospecha que Molesto –tan huraño, tan desapegado desde
que no vive con Fernando, desde que dejó de llamarse “Modesto”- tiene
algo que ver y por eso organiza con Carla un viaje a Bella Vista, la
incursión a la terraza, el “paseo” por la cornisa para rescatar a los
felinos que ignoran qué presunciones generarán abajo.
Porque abajo, ahí mismo, -en medio del operativo rescate con bomberos, mediador, médicos- , y después, se tejerán al menos cinco historias que son pura conjetura, pura fantasía: que los chicos sobre la cornisa son “Romeo y Julieta”, viven un amor contrariado, están a punto de tirarse porque sus padres no aceptan la relación.
Seguiremos, de la mano de la chica del kiosco –la única que termina sabiendo la verdad de la boca de Carla- todas las versiones: la del periodista español, que para hacer su nota entrevista a Clori, que defiende versión romántica; la de la dueña del mercadito chino y su repositor; la del portero de la escuela a la que acuden los protagonistas; la del relojero; la de Fernando…
De cómo la subjetividad puede tejer inverosimilitudes con aspecto de verdad. De lo que puede el rumor. Y de lo divertido de tramar tanta tela con un solo hilito de tenue realidad. Desopilante (y según se mire, un poco preocupante: ¡cuánta paranoia para tan buenos vecinos!) Desde los doce (la edad de los protagonistas ¡bah!)
Porque abajo, ahí mismo, -en medio del operativo rescate con bomberos, mediador, médicos- , y después, se tejerán al menos cinco historias que son pura conjetura, pura fantasía: que los chicos sobre la cornisa son “Romeo y Julieta”, viven un amor contrariado, están a punto de tirarse porque sus padres no aceptan la relación.
Seguiremos, de la mano de la chica del kiosco –la única que termina sabiendo la verdad de la boca de Carla- todas las versiones: la del periodista español, que para hacer su nota entrevista a Clori, que defiende versión romántica; la de la dueña del mercadito chino y su repositor; la del portero de la escuela a la que acuden los protagonistas; la del relojero; la de Fernando…
De cómo la subjetividad puede tejer inverosimilitudes con aspecto de verdad. De lo que puede el rumor. Y de lo divertido de tramar tanta tela con un solo hilito de tenue realidad. Desopilante (y según se mire, un poco preocupante: ¡cuánta paranoia para tan buenos vecinos!) Desde los doce (la edad de los protagonistas ¡bah!)
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“Un año movido”
Klaus Kordon
Edelvives Aladelta - Serie Verde
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Félix fue siempre especial. Primero el terror a las moscas y al queso camembert y luego a los sapos. Cuando ingresó a la escuela sus compañeros aprovecharon sus fobias para hacerlo centro de burlas y persecuciones. Aquello debía acabar mal: una lesión complicada que dejó al niño con una pronunciada renguera de por vida. Por eso Félix tiene mundos de soledad con amigos fraternos y singulares: los libros. Y su cuarto.
Debe mudarse a Berlín con su familia. Y empezar a temer apenas verlos a “Los tres de Mollmann”: Frank, Pulle y Murmell, con quienes compartirá calle, casa… y aula.
Suerte para él –suerte para todos- que el tutor del curso sea Richter, tan joven, tan particular, tan intuitivo y afectuoso.
Muchas cosas van a hermanarse para que Félix considere a Berlín su nuevo hogar, y quiera conocerlo despacito, rengueando junto a Frank, para que se sienta “uno de Mollmann”, su calle, su casa; para que jamás abandone sus libros –sueña ser filólogo, se lo ha confiado a Richter, a todos- pero disfrute excursiones arriesgadas con los demás. Y para que logre el privilegio de que Frank nos cuente su historia a partir de un trabajo práctico encomendado por el maestro, que resulta una redención de todas las violencias ejercidas sobre este desvalido “nuevo”.
Para estos días en que las agresiones físicas y verbales aparecen casi naturalizadas, y el “builling” es casi un deporte más, esta novela para púberes y adolescentes es una bocanada a veces fresca, a veces dolorosa como una bofetada, de necesaria conciencia…
Debe mudarse a Berlín con su familia. Y empezar a temer apenas verlos a “Los tres de Mollmann”: Frank, Pulle y Murmell, con quienes compartirá calle, casa… y aula.
Suerte para él –suerte para todos- que el tutor del curso sea Richter, tan joven, tan particular, tan intuitivo y afectuoso.
Muchas cosas van a hermanarse para que Félix considere a Berlín su nuevo hogar, y quiera conocerlo despacito, rengueando junto a Frank, para que se sienta “uno de Mollmann”, su calle, su casa; para que jamás abandone sus libros –sueña ser filólogo, se lo ha confiado a Richter, a todos- pero disfrute excursiones arriesgadas con los demás. Y para que logre el privilegio de que Frank nos cuente su historia a partir de un trabajo práctico encomendado por el maestro, que resulta una redención de todas las violencias ejercidas sobre este desvalido “nuevo”.
Para estos días en que las agresiones físicas y verbales aparecen casi naturalizadas, y el “builling” es casi un deporte más, esta novela para púberes y adolescentes es una bocanada a veces fresca, a veces dolorosa como una bofetada, de necesaria conciencia…
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“El libro de todas las cosas”
Guus Kuijer
Grupo Macmillan - Todos Distintos
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Tomás Golpeter ve cosas que nadie más puede ver… o que ve solamente la señora Van Amersfoort, porque es bruja, al decir de los chicos del barrio. Para no olvidarlas las anota en “El libro de todas las cosas”. Ahí también escribe sobre su terror a papá. No le molestan tanto las palizas con el cucharón de madera, qué él mismo debe cargar al lugar del castigo: le duelen los cachetazos a mamá, que es un ángel. Solo cuando la señora Van Amersfoort –“es comunista y atea, te prohíbo verla” ,sentencia papá… “su marido dio la vida para que nosotros fuéramos libres”, tranquiliza mamá en secreto- lo escucha y lo atiende, o cuando ve a Elisa, esa chica a la que le faltan cuatro dedos de una mano y que tiene una pierna de cuero que chirria al caminar y los ojos azules más hermosos del mundo, desaparecen el hipopótamo de angustia que le crece en la barriga, el sapo que se le mete en la garganta y no lo deja hablar ni respirar.
Tomás sólo desea ser feliz –algo que sólo aspiran los flojos y los débiles, dice papá-. Pero para eso papá deberá dejar de golpear a mamá, Elisa deberá abrazarlo y tomarlo de la mano. La viejecita le da el empujoncito que ni siquiera es capaz de darle Jesús, con quien conversa a menudo,: “para ser feliz hay que dejar de tener miedo”.
¿Quién dijo que la infancia es siempre territorio de armonía?. A veces la inocencia no protege de los grandes dolores. Una gran novela de este autor holandés que denuncia los males del fundamentalismo tanto político como religioso, el poder devastador de la violencia familiar. Merecedora del premio “Búho dorado 2005”.
Desde los diez, para motivar “Despertares”.
Tomás sólo desea ser feliz –algo que sólo aspiran los flojos y los débiles, dice papá-. Pero para eso papá deberá dejar de golpear a mamá, Elisa deberá abrazarlo y tomarlo de la mano. La viejecita le da el empujoncito que ni siquiera es capaz de darle Jesús, con quien conversa a menudo,: “para ser feliz hay que dejar de tener miedo”.
¿Quién dijo que la infancia es siempre territorio de armonía?. A veces la inocencia no protege de los grandes dolores. Una gran novela de este autor holandés que denuncia los males del fundamentalismo tanto político como religioso, el poder devastador de la violencia familiar. Merecedora del premio “Búho dorado 2005”.
Desde los diez, para motivar “Despertares”.
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“Amigos por el viento”
Liliana Bodoc
Alfaguara Juvenil
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La desaparición por abandono, o por muerte, o por rapto. El desamor, que llega para quedarse en forma de abroquelado rechazo del punto de vista del otro. Nombres que se llevan por herencia y hermanan en amistad profunda a dos apellidos, dos razas, dos destinos que otrora se odiaron. Puentes de arena tendidos entre un soldado y su prisionero. Elecciones: lobos que no miran la luna ni van tras un hambre atávica sino que se enamoran de la lumbre y de los nombres que pone el amor cuando se transforman en nuestros perros. Elecciones temáticas, sensibles todas, que hacen caminos al corazón, pero sobre todo una arquitectura literaria brillante, sedosa, delicada… y dedicada. Un paciente y amoroso engarce de palabras bellas, duras, líquidas, contundentes, tenaces. Las necesarias, en los lugares y los tiempos justos. ¿Qué decir?. Bodoc en clave de amor y compromiso con el otro, y con el arte.
Hay que detenerse a cada paso, para que tanta hondura penetre, cale, refresque. Desde los doce, y para siempre.Cuentos. Para leer de a uno, de a poco, y ensimismarse
Hay que detenerse a cada paso, para que tanta hondura penetre, cale, refresque. Desde los doce, y para siempre.Cuentos. Para leer de a uno, de a poco, y ensimismarse
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“Sucedió en colores”
Liliana Bodoc Grupo
Editorial Norma - Torre de papel Azul
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Nunca es fácil Bodoc. Pero sortear el desafío del abordaje, llena de callada algarabía intelectual y emotiva.
Cuentos. Uno para cada color. En “Rojo” sabremos de un diablo empecinado en conquistar a Romilda, obligándola a pronunciar tres “sí”…y termina embaucado –tres veces sí- por poderosa bruja. En “Blanco” sabremos de boca del abuelo esquimal cómo es que la luna redonda del silencioso país blanco se quebró para siempre en cuatro, cuando se enfrentaron Oso y Lobo disputando territorios y tesoros. “Amarillo” es la desoladora historia del emperador Ye-Lou, que con sus desesperación concretó la peor de sus pesadillas. “Verde” y una desgracia que por suerte no fue, para que los campesinos pudieran oir crecer a las lechugas jugando a tirar carozos de aceitunas.“Negro” –a mi juicio la más lograda, el destino de entrega y plenitud mejor perfilado- narra lo que Bruno –deshollinador, marginal, desahuciado- cree el último de sus días. Un último día para dar y para darse, y para recibir lo que ni un solo día de una vida de pesares le brindó. La medianoche –negra y oscura- será apoteosis.
No privarse de tanta buena urdimbre literaria. Desde los doce.
Cuentos. Uno para cada color. En “Rojo” sabremos de un diablo empecinado en conquistar a Romilda, obligándola a pronunciar tres “sí”…y termina embaucado –tres veces sí- por poderosa bruja. En “Blanco” sabremos de boca del abuelo esquimal cómo es que la luna redonda del silencioso país blanco se quebró para siempre en cuatro, cuando se enfrentaron Oso y Lobo disputando territorios y tesoros. “Amarillo” es la desoladora historia del emperador Ye-Lou, que con sus desesperación concretó la peor de sus pesadillas. “Verde” y una desgracia que por suerte no fue, para que los campesinos pudieran oir crecer a las lechugas jugando a tirar carozos de aceitunas.“Negro” –a mi juicio la más lograda, el destino de entrega y plenitud mejor perfilado- narra lo que Bruno –deshollinador, marginal, desahuciado- cree el último de sus días. Un último día para dar y para darse, y para recibir lo que ni un solo día de una vida de pesares le brindó. La medianoche –negra y oscura- será apoteosis.
No privarse de tanta buena urdimbre literaria. Desde los doce.
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"Solo tres segundos”
Paula Bombara
Grupo Editorial Norma
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La celebración de la vida con sus luces y sus sombras: frustraciones, fracasos, amistades, logros, amor, en la primera parte. Una reflexión sobre la muerte joven, temprana, la devastación que provoca en quienes sobreviven, en la segunda.
La primera parte da cuenta de seres, escenarios y situaciones. Nico ha desaprobado exámenes en el Carlos Pellegrini y deberá cursar 5º año en otro colegio, el mejor de su barrio. Lamenta perder sus amigos -Rodrigo, Matías, Claudio, las chicas- y teme por su futuro. Pronto se conecta con Leopoldo –Pilu- , un chico del barrio con el que había perdido contacto cuando sus padres se mudaron, y este chico –tan buen biker como él- le abre las puertas a nuevas relaciones, al ambiente acogedor de un colegio de barrio. Así entrarán a su vida Zoe, Felicitas, Julieta, Pablo, Mariano, la barra de los bickers que se reúnen a compartir destrezas y maravillas en la plaza… y el amor, apenas descubierto con esa sensación de plenitud, vacío, confusión, tibieza que provoca, en la figura de Felicitas. Nico le confiará sus sentimientos en esa fiesta de quince celebrada lejísimos, a la que fue sin ganas, solamente porque se lo pidió el grupo, y porque ahora sabe que su pasado –el “Pelle“, Rodrigo , Matías, Carla…- y su presente-futuro se han hermanado.
La segunda parte es la voz desesperada de Felicitas, charlando incesantemente con Zoe, su mejor amiga, víctima del accidente que sufrieron los chicos mientras regresaban de esa fiesta tan cargada de revelaciones. Mueren Zoe, Mariano… y Nico, cuando apenas empezaban una historia de amor.
Desde su testimonio desgarrador sabremos cómo golpea la muerte a las familias, a los compañeros y a quienes protagonizaron la tragedia. Sabremosde sentimientos de culpa, de ataques de pánico, de aislamientos... y de la lentacariciade reencontrarse con la vida y sus significaciones.
Sobria. Entrañable. Una miradacomprensiva al complejo mundo adolescente actual: sus problemas para insertarse en un ámbito cada vez más exigente, su sentido de identidad, sus problemas con las normas y el modo equívoco de sortearlas. Sus miedos y su luminoso reconocer el nacimiento de sentimientos sanosEl tema de la muerte presentado sin morbo, sin golpes bajos, con belleza moral y literaria. Adolescentes y adultos en contacto con ellos.
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De extrañamientos y gratitudes
“La noche del polizón”
Andrea Ferrari
Grupo Editorial Norma - Zona Libre
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Karmo Dwala –con ayuda de la comisión de refugiados, con el entusiasmo de Dalma- ha logrado que la Cruz Roja ubique a Momo, su hermanito, que sigue en Liberia, en Monrovia, del que se separó abruptamente una trágica tarde en que un grupo de insurgentes llegó, incendió el pueblo, sembró el terror…
Mientras aguarda que esa comunicación –anhelada por cinco años- se produzca, repasará su historia. La ha anotado obsesivamente en un cuaderno, igual que cosas del vocabulario, y recetas, como le recomendó Gustavo, su profesor de castellano. ¿Qué contarle a Momo -que si él tiene diecisiete, debe tener doce-, para no asustarlo. En la tensión de la espera –el teléfono debe sonar ahí, en casa de Gustavo- revive la huía de días y días, confiando sólo en sus piernas. La llegada al puerto de una ciudad de otro país africano. La decisión de embarcar como polizón con Sekou, para ir a “América”, un país rico donde se habla inglés, que él maneja rudimentariamente. La horrorosa travesía en el hueco que deja el gran eje del timón. El hambre, la sed, el frío… las tempestades crueles, la fiebre, el delirio. El desembarco en un país equivocado y la muerte del amigo. ¿Podrá relatarle todo a Momo?. ¿Contarle de la soledad de la vida de un refugiado, negro en un país de blancos y por lo tanto blanco de todas las miradas?. No. Mejor hablarle de la solidaridad de Dalma, de Gustavo, de su historia con Lucía, lo más parecido al amor desde que perdió tan temprano a papá –maestro de la aldea- y a mamá y su voz cantarina esa tarde de la huida. Mejor confiarle que se puede ir a la escuela y aprender el idioma, que aunque se trabaja en negro, se puede confiar en que un día un negro trabaje “en blanco”…
¿Se podrá concretar la llamada? ¿Serán más claros los días de Karmo?. Leer este Zona Libre, porque trata de otro tema “perturbador” que la literatura para jóvenes aborda con valentía y con belleza sustantiva.
Karmo Dwala –con ayuda de la comisión de refugiados, con el entusiasmo de Dalma- ha logrado que la Cruz Roja ubique a Momo, su hermanito, que sigue en Liberia, en Monrovia, del que se separó abruptamente una trágica tarde en que un grupo de insurgentes llegó, incendió el pueblo, sembró el terror…
Mientras aguarda que esa comunicación –anhelada por cinco años- se produzca, repasará su historia. La ha anotado obsesivamente en un cuaderno, igual que cosas del vocabulario, y recetas, como le recomendó Gustavo, su profesor de castellano. ¿Qué contarle a Momo -que si él tiene diecisiete, debe tener doce-, para no asustarlo. En la tensión de la espera –el teléfono debe sonar ahí, en casa de Gustavo- revive la huía de días y días, confiando sólo en sus piernas. La llegada al puerto de una ciudad de otro país africano. La decisión de embarcar como polizón con Sekou, para ir a “América”, un país rico donde se habla inglés, que él maneja rudimentariamente. La horrorosa travesía en el hueco que deja el gran eje del timón. El hambre, la sed, el frío… las tempestades crueles, la fiebre, el delirio. El desembarco en un país equivocado y la muerte del amigo. ¿Podrá relatarle todo a Momo?. ¿Contarle de la soledad de la vida de un refugiado, negro en un país de blancos y por lo tanto blanco de todas las miradas?. No. Mejor hablarle de la solidaridad de Dalma, de Gustavo, de su historia con Lucía, lo más parecido al amor desde que perdió tan temprano a papá –maestro de la aldea- y a mamá y su voz cantarina esa tarde de la huida. Mejor confiarle que se puede ir a la escuela y aprender el idioma, que aunque se trabaja en negro, se puede confiar en que un día un negro trabaje “en blanco”…
¿Se podrá concretar la llamada? ¿Serán más claros los días de Karmo?. Leer este Zona Libre, porque trata de otro tema “perturbador” que la literatura para jóvenes aborda con valentía y con belleza sustantiva.
MMMM... curioseo a ver si puedo entablar diálogo cona alguien que comparta inquietudes. Pero acá, solita mi alma...
ResponderEliminarQué lindas tus reseñas, Verónica. Un gusto leerte.
ResponderEliminaroh, gracias. Son ustedes los que merecen ser bien leídos. Procuro eso. Me brindan tantos momentos de hondo placer y de tanta reflexión...
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