Literatura Infantil 5 : para seguir gozando

Ternura sin fin...


“ConMigo” 
Guido Van Genechten 
Edelvives

Si abrís y hojeás este librito maravilloso vas a descubrir un nene que te cuenta cómo descubrió a Migo y por qué elige estar con él. Es que tiene papás estupendos… que lo dejan solito con un placard lleno de juguetes porque tienen que ir a trabajar.

Migo en cambio no se va nunca. Puede jugar y acompañar todo el rato. Defiende y cobija. Aunque es grandote y tibio…¡es compleatamente invisible! El nene siente y dice que no hay nada como estar ConMigo. Precioso. Tapa dura, magníficamente ilustrado. Desde los tres si te ayudan




“El secreto de Osito” 
Guido Van Genechten 
Edelvives

Osito y su mamá se quieren un barbaridad. Siempre están juntos…Bueno, ahora Osito tiene un secreto, y no quiere que ella lo descubra. Un secreto que se va volviendo grande, y por eso ocupa cada vez más tiempo y obliga al pequeño a inventar excusas. ¡Ah!, pero cuando osito se lo muestre a mamá…¡qué enorme será la sorpresa, qué inmensa se manifestará la ternura! .

Bellísimo. Qué lindos celestes cielo, lilas atardecer y violetas noche los de este librito lleno de nieve y pelaje esponjoso de ositos polares. Imperdible. En el regazo calentito de mamá, desde los tres







Historias de un pequeño detective...



“Morris, quiero una pesadilla” 
Gabriela Keselman Maximiliano Luchini 
SM Barco de Vapor Serie Blanca

Bien pronto se da cuenta Morris, el mapache héroe, el que consigue complacer todos los encargos, que una pesadilla horripilantísima como la que le pidió Lupino el lobo para volver a asustar como antaño, no se compra ni se vende, ni se pide prestada. ¡Hay que fabricarla!. Todos los amigos –Flotilde la nutria, Moff el topo, Wok el castor, Maní la ardilla y hasta su hermanito Rayujo- piensan los ingredientes.

Así se armó la pesadilla. Con moños y adornos. Espolvoreada con aullidos de lobo. Era enorme. Hubo que llevarla en carretilla. Tan inmensa que nada más verla Lupino se espantó y se fue a dormir con su abuelita, aunque antes pagó el encargo con un chocolate empezado y uno entero.

Morris se lavó el morrito manchado en una cascadita y bien pronto –como le pidió mamá- se metió en la cama. Seguramente pronto vendría alguien con otro encargo, y él debería ponerse su antifaz de héroe y llevar su libretita de anotar. Pero eso, otro día. Impagable, como cualquiera de la serie Morris.




Chinchudos que hacen historia...


“A Luciano se le va la mano” 
Adela Basch – Mariano Martín 
SM Barco de Vapor Serie Blanca

Bien insoportable es Luciano. Todo, todo le molesta: la música, las voces, los vientos, las bocinas… Se muda muchísimas veces. Hasta llega a otro planeta, como el Principito, para estar solo y disfrutar del silencio. Pronto empieza a escuchar un viento, y una risa. ¡Una risa! ¿de quién, en esa inmensa soledad?. Apenas tocarse la cara y la risa –era una risa que se podía tocar- se da cuenta de que es suya, y que lo fastidia.

Entonces decide. Hay que reprenderse y decirse “LUCIANO, SOS INSOPORTABLE Y SE TE VA LA MANO”… Y UNA RETAHÍLA DE RETOS QUE SE TENÍA MERECIDOS.

Después vuelve, de lo más campante. Ya que no puede irse a un lugar donde él mismo no esté… empieza a disfrutar de su risa, sus ruidos y de las risas y ruidos y música del mundo.

Desopilante, como sucede con casi todo lo de Dolly Basch. Para mirarnos adentro y no criticar tanto al otro, me parece. Desde los ocho, me digo.




Amores a los que no se renuncia por nada...


“Lo más raro de mi casa” 
María Fernanda Heredia 
Edelvives Aladelta Rojo

Hay un concurso: “Lo más extraño de mi casa” es lo que hay que llevar. El premio es muy especial: una rarísima rana amazónica. El nene busca y busca. Nada raro, salvo ¡¡¡la dentadura del abuelo descansando en un vaso!!!

Cuando pretende llevársela el abuelo dice Sí, pero voy también. Así que el nene lleva al concurso al abuelo, que llegado el momento hace gracias con la dentadura entre las manos.

El premio se lo lleva Elena, con su cuchara rizadora. Pero -¡qué curioso!- al llegar a la esquina propone “te cambio mi cuchara y mi rana por tu abuelo, tan simpático”.

El abuelo se va. El nene regresa contento con su rana: ¡de verdad la quería!.

Pero entonces se da cuenta cuánto apreciaba al abuelito. ¿Cuándo dejó de importarle? ¿Por qué había dejado de jugar con él?. ¿Recuperará a ese viejito que alguna vez fue fundamental en su vida?.

Aleccionador, pero más que nada tierno. Para leerlo con el abuelo y los papás, que tantas veces se quejan de la cháchara de los viejos. Solito desde los siete. Con los abuelos, muchísimo antes.







 Valientes que se las traen...



“Los secretos del abuelo sapo” 
Keiko Kasza 
Grupo Editorial Norma Col. Buenas Noches

Sapito y Abuelo sapo salen a pasear. Abuelo da lecciones de supervivencia. “Hay que ser valiente”. Y justo llega una culebra para comérselos. Abuelo se infla hasta hacerse enorme…y la culebra se va, acobardada.

“hay que ser astuto”. Y se presenta una inmensa tortuga voraz. Abuelo sapo le cuenta de la gran culebra de un momento antes. Cuando se disponía a contar el tercer secreto vino un monstruo descomunal que se llevó al abuelo dispuesto a hacerse un riquísimo sándwich de sapo.

¿Qué hará sapito? ¿Cuál habrá sido la tercera y definitiva recomendación?. Uh…¡delicioso!

Leerlo, a saltos de sapo, a saltitos de sapito, desde renacuajo…ejem, desde que te consideres dentro del rango “primeros lectores”.




Caracol distraído...


El caracol que quería saber quién le robó su casa”
Bárbara Veit – Anna Laura Cantone 
Norma Col. Buenas Noches

Un tema trillado este. Pero con la gracia con la que este caracol buscaba su casa desaparecida –la había dejado debajo de un hoja- ¡ningún otro!. Es que el caracol es decidido y encarador. Algunos se enojan: las hormigas, que viven en castillos; el pájaro, que no tiene tiempo de fijarse en casas de caracol, con cinco hijos para criar en -su ni-do; el ratón, porque le importan los quesos y su linda ratonera con puerta secreta. A la ardilla la enfurece la pregunta:¡si ella vive en un hueco lleno de deliciosas nueces!. Así con el perro –que cuida que nadie robe nada, con el gato –que tiene casa en toda la casa…¡ups! Caracol había revisado la hoja equivocada. ¡Qué contento cuando pudo arrebujarse en la casa más hermosa del mundo! Chistoso, el caracol y cada uno de los interrogados. Mucho mucho mundo para entretenerse en esta travesía. Desde los ¿siete?



Cosas de princesas distraídas...


“La princesa que perdió su nombre” 
Pilar Mateos Teo >Puebla 
Edelvives Aladelta Rojo

Esta princesa era deliciosa. Un Pan de bondad. ¡Pero tan distraída!. Perdía prendedores, zapatillas de cristal, cintas, calculadoras japonesas. Un día, perdió su nombre. Solía dejarlo en el jardín, en el estanque… Cuando inquirió al jardinero él le dijo “Lo vi en el cielo. Se lo llevó una paloma”. “¡Oh!, no podré votar! “No –opinó el jardinero- y deberán llamarte chist chist”.Así fue. Mucho disturbio. La policía detuvo a la niña y el jardinero fue a consolarla. Entonces ella lo vio de verdad por vez primera: tenía mirada acogedora , ternura de embarazada, misericordia de anciano. Supo que se enamoraba y no quiso salir del encierro sino tras los pasos de él, a quién preguntó “¿me querés?”… “Podría, si tuvieras un nombre para llamarte en sueños” .Por eso el reino todo se puso a buscar el nombre perdido.

Mientras tanto, una paloma peregrina recorría el mundo convocando a la paz con el nombre de la princesa. Y una niña lloraba en su aposento, porque cuando el jardinero llamaba chist chist a su enamorada, se abrían seiscientas ventanas para interrogar “¿es a mí??”Un día, la paloma regresó. Con un nombre embellecido y dignificado por el amor del mundo. Y sonoro, como una composición de paz…¿Cómo habrá recibido este tributo la distraída? ¿Habrá aprendido a cuidarlo?.

Muy especial. Porque hay una princesita de cuento tradicional y también una nena muy contemporánea que come huevos y papas fritas, es socia del videoclub y colecciona boletos de colectivo. Una tiernísima melange de cuento de hadas y cuento modernísimo, de hoy. Para nenas y nenes, jardineros enamorados y agentes del orden. Para quien guste. Desde los cinco con ayudita.






Poder elegir...


"La selva de Sara” 
Emilio Urberuaga 
Edelvives. Aladelta Rojo

Sara conoce a todos los animales de la selva. Son amigos y confidentes. Por eso Jirafa confiesa que quisiera ser cebra y tener el cuello corto (“¿y no alcanzar las hojas de los árboles?”). A Hipo le duelen las muelas: quisiera tener pico largo (“¡ja!¿y comer licuado de frutas?, puaj!!). Cebra añoraría ser camaleón (“¿pasarse el día cazando insectos bajo el sol? Oh oh”)

Todo un día de lamentos y de consuelos. Menos mal que está Oblongo, con su lanchita de cartero de la selva. El también anhelaría barco más grande…pero ¿cómo conservaría las lindas charlas con Sara, que tiene remedio y dulzura para todos?

Sara soñará un largo largo e incómodo sueño. ¿Querés acompañarla?. ¡Es tan buena amiga! ¡Está tan conforme en su propia piel!. Acá hay gratitud de pe a pa y te lo pueden leer desde los cinco, hasta que te animes solito.





Para jugar a la ronda y mirar con mirada amorosa...


“Calle de rondas” 
Silvia Schujer Laura Michelli 
Artemisa (Con CD del Grupo “Encantando”)

Junto a viejísimas rondas tradicionales, las versiones de Silvia, contando, por ejemplo –también en son de ronda_ la verdadera historia de La Farolera, lo que sucede cuando pasa la barca del barquero que dice “las niñas bonitas /no pagan dinero”. Así sabremos también qué pasa cuando por fin sucede lo de “déjenla sola, sola y solita…”, y cuando se levanta la vieja de la cueva, Y mucho mucho más… de los maderos de San Juan, de la niña que iba en coche carabin. ¡Y qué hermosos el libro!, Hojearlo –sedosito-, leer y acompañar A 5 Encantando, es un placer que no te podés privar. Para que vuelvan a sonar las rondas de antes, con tonitos y fuerza nueva. Para que nos hermanemos con abuelos que fueron niños, y con niños que tienen que aprenderlas, porque un día serán abuelos. Para memoriosos, para nostálgicos, para curiosos de cualquier edad





Monstruos con mala suerte...


“Los monstruos ya no asustan” 
Javier Peña 
Calibroscopio

Dejo de reirme un poco y de compadecerme otro tanto para dar cuenta de este libro sedoso , de fondo negro (¡¡¡es de monstruos!!!), delicioso, que narra, en verso, con rima, por qué los monstruos que nos ponían los pelos de punta y nos hacían castañetear los dientes, nos llenaba n de pavor…ahora provocan risa o un poco de lástima. Ahí tendrás: Fantasma pasó por el lavarropas, y así arrugado después de pasar por la soga pfffff. Frankenstein, angustiado, se pasa el día tomando aceite por olvidar la herrumbre que lo embarga. Momia no puede salir a la calle: apenas la ven la llenan de autógrafos y se ve ridícula en su traje de infinitas vendas firmadas y vejadas sin compasión. ¡Así no se puede!. Para muchas más desgracias monstruosas consultar este libro. Parece inocente. Yo no sé. Pero lo recomiendo desde los seis, porque como dije: no asusta provoca risa risa risa.






Amor para despertar...


“El romance de la Duermesiempre” Soledad Córdova Libresa Col. Garabato

Aunque duerme cobijada por sabanitas de seda y manta de vicuña, la princesa se queja. No quiere despertar ni quiere vivir. El rey desespera. Ni músicos ni bufones; ni artistas ni pintores; ni brujas ni magos; ni príncipes ni monarcas… Nadie consigue animar a la Duermesiempre. Hasta que un día la niña siente frío. Sin mirar a nadie y con los ojos bajitos decide tomar un baño en las termas. Ahí ve al limonero, muriendo, como ella.

Descubre una razón para vivir. Se levanta todos los días al alba para proteger a su arbolito, y así platica con el jardinero, que mientras la ayuda cultiva un naranjo junto al limonero.

Cuando los azahares se convierten en frutas jugosas, en el limonero hay gorriones y en el naranjo cantan mirlos luminosos, Aurora, la princesa, y Manuel, el jardinero real, descubren que sus vidas caminan juntas, de la mano.

Todo en estrofitas amables de cuatro versos. Ritmo y rima para contar un destino de ventura. Y las ilustraciones ¡todo un hallazgo gráfico de la quiteña Tania Márquez.






 Versos como caminitos...



“Historias de hormiguero” 
María Cristina Ramos 
Siete vacas

Versitos suaves y rimaditos, leves como las huellas sutiles de las patitas de las hormigas. De hormigas que van a la escuela con meriendas de pan y canela, de maestras hormigas que visten delantales de blanco jazmín, de grillos que hacen de campana, de bibliotecas chiquititas atendidas por un ratoncito galante… de hormigas reinas y hormigas abuelas que usan bastón de hoja de higuera y tejen redes de madreselva para ir a pescar estrellas…de hormiguitas que juntan espuma de luna en cuencos de trébol; de hormigas enamoradas que peinan sus trenzas con gotas de rocío y escriben cartas en granos de arroz, y de hormigas que esconden secretos de amor enlazados con rayos de sol, dentro de un caracol.

Delicaditos, como todo lo que teje con palabras de bruma y sol María Cristina.






De lealtades que brillan...



“Pinzón en la tormenta” Wauter van Reck Adriana Hidalgo Pípala

Prodigioso. Cerquita del libro-álbum, porque acá las ilustraciones son esenciales para que sepamos de la preocupación que embarga a Pinzón. Es que llueve y no quiere salir de casa. Se ha acabado la leña y confía en que Tungstenos, su perro, chiquito y débil, podrá traerla, mientras él prepara el té.

El té se enfría y Tungsteno no regresa. ¿Le habrá ocurrido algo malo bajo la nieve y el viento? Pinzón va con todo –estufa incluída- al rescate.

AAAhhhh! Una lección de amor, en pleno bosque. Bajo la tormenta de nieve, en un campamento para nada improvisado, donde un Pinzón adorable y su querida mascota toman el té, abrigaditos por el fuego de la rama que consiguió Tungsteno y la amorosa preocupación del dueño.





 Para reirse del miedo...



“Un lobo así de grande” 
Natalie Lucas - Kristien Aertssen
 Océano / Travesía

Un libro “con cortinitas”. Es que en el cuarto la mamá prepara al niño para dormir. El niño le cuenta que tiene miedo, porque detrás de la cortina…¡hay un gran lobo!. Si levantás la solapa de cada página lo vas a ver crecer, porque el nene cuenta y cuenta, y el lobo se hace inmenso y feroz, tanto que la cortina ya casi no lo cubre. La mamá pregunta mientras ayuda con el pijama “¿Que hace ese lobo?” …y …y… Y bueno. Para saber si el lobo sigue detrás de la cortina, si la mamá se asustó, vas tener que asomarte a este cuartito azul donde todo todo combina: desde el amor violetita de mamá hasta l blandura pastel de los peluches que acompañan a Héctor en esta tarea enorme de enfrentar a los miedos.

Con un mamá tibiecita, desde los cuatro o cinco.





De malos humores grrrr...


“Milo, el gato malo” 
Sergio De Giorgi - Poly Bernatene
Riderchaid Col. Relatos de perrigatos

En mayúsculas grandooootas. Poco texto, mucho para mirar, porque acá los dibujos narran. Milo siempre está chinchudo. Le temen los perros y los ratones. La gente se cruza a la vereda de enfrente cuando lo ve. Hasta la luna se esconde de él. Pobre. Cuando lo ve el dentista todos descubrimos la fuente del mal humor del gatito.

Acá, en este libro tan hermoso, veo a todo el barrio mirando a Milo, que aprende a sonreír y a ronronear. Delicioso. De los que se distribuyeron hace poquito en las escuelas.








 Esos amigos del alma..


“Una mascota para tía Roberta” 
Javiera Gutierrez Adriana Keselman

Versicuento. Todo en mayúsculas. Prolijamente rimado. La tía Roberta era fanática de la limpieza, de la prolijidad. Tazas y tacitas, copas y carpetitas. Ni una brizna de polvo. Un fastidio. Ahí no se podía vivir. Así que uno de los sobrinos, trae desimuladamente la solución. Un pomponcito peludo, gris, con manchitas blancas, que ronronea de gusto. La tía Roberta / lo mima un montón / Se llamaPelusa / duerme en el sillón…

Ahora sí, hay huellas de patitas, y en una casa así ¡se puede vivir!.

Si te lo leen, desde los cinco. Tu mae te lo puede prestar. Seguro está en la biblioteca del jardín.







Brujas de leyenda...


“La bruja Rechinadientes” tina Meroto Maurizio Querello Oqo Editora Ed. La Magnolia

Como en todos los viejos cuentos, tres hermanos. El más avispado y humilde es el más pequeño, se sabe. Pese a las advertencias de mamá, los mayores deciden aventurarse al bosque, donde vive una bruja mala con dientes de hierro que se come a los niños y se entretiene rodeando su enorme catillo con un muro de huesos y huesitos de niños devoraditos.

Se hace noche en el camino y llegan a una casa. Solo el pequeño sospecha de la gentil viejecita que les da cobijo. Y solo su sagacidad salva la vida de los tres. Si te animás (la bruja es mala y fea y –ay- ahí está brillando en la noche el muro de huesos, y todo es bastante oscuro) sabrás cómo fue que el menor de los aventureros primero distrajo y después detuvo a la malvada, que sigue aún en su casa de miedo. ¿Qué si interviene la maravilla? ¡Sí!... en un jabón, un peine y un cuchillo. Todos de la bruja, claro está.

Desde los ocho, solitos si hay valentía. Para morirse de risa y llenarse de sorpresa.







Amigos que no se ven a menudo...


“Mi dragona y yo” 
Claudia Czerlowski Virginia Donoso 
Libros del Eclipse

La nena cuenta de su amistad con la dragona. Es una princesa, y como tal, trata a esta amiga especial: le unta las escamas para que brillen y se inclinen todas para el mismo lado, engullen juntas caramelos con igual voracidad, les gustan las mismas canciones, van a la escuela con desagrado y la dragona carga los útiles sin siquiera chamuscarlos. Viven grandes aventuras y la princesa se duerme usando la panza mullida de la dragona como tibia almohada. Pero algo no está bien, porque su papá rey decide obsequiar a su pequeña una mascota, digamos… más convencional.








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